Capítulo 175

Katherina avanzó en la cámara escasamente iluminada, sus tacones resonando contra el frío suelo de piedra.

Dos de sus seguidores más leales la flanqueaban, sus rostros carentes de emoción.

El aire en la habitación estaba cargado con el olor de la piedra húmeda y algo más, que hablaba de miedo.

En el centro de la cámara, Elena permanecía inmóvil, sus manos atadas y una venda negra cubriendo sus ojos.

No se movió mientras Katherina se acercaba, su presencia cerniéndose sobre ella como una sombra.

Katherina se volvió hacia sus hombres y asintió con simplicidad.

Sin dudarlo, agarraron a Elena bruscamente de los brazos y la arrastraron hasta ponerla de pie. Elena gruñó pero no resistió.

—Llévenla a la próxima habitación —ordenó Katherina, con una sonrisa maliciosa asomándose en sus labios—. Es hora de una pequeña reunión familiar.

Elena fue arrastrada hacia adelante, tropezando con los pies mientras la empujaban.