Capítulo 333: Salvó a un Demonio-Rata Anciano

—Siempre he sentido que era una persona abandonada por el destino. Justo cuando empiezo a albergar ilusiones sobre la vida, el destino siempre me empuja hacia otro tipo de desesperación.

La voz de Amelia Primavera era ronca y amarga, y su sonrisa, cargada de autodesprecio, era dolorosa y forzada.

La habitación estaba en silencio, excepto por la narrativa de Amelia Primavera y el sollozo incontrolable de Elizabeth Tucker.

Incluso los ojos de Elizabeth Tucker estaban rojos, y durante todo el tiempo mordía su labio sin emitir sonido alguno.

No conocía el pasado de Amelia Primavera.

Todo lo que sabía era que su madre había apoyado a una chica de un pueblo de montaña, y que se preocupaba por esa chica más que por ella.

Además, le gustaba el baile moderno, totalmente opuesto a los gustos de su madre.

Había discutido con su madre más de una vez, y la llegada de Amelia Primavera había intensificado aún más esos conflictos.