Adaptación

Me desperté a la mañana siguiente, agitado había un olor agradable, me remontaba a mis tiempos en el monasterio el olor a carne de vendado en estofado era bueno, me levante y mire a una mujer hermosa de cabellera negra cocinando en la cocina de mi cabaña.

Malena: vaya durmió mucho lord Draven

Estaba confundido, que estaba haciendo aquí, el sol apenas saldrá, decidí solo fingir que era normal

Valdor: por favor no necesita ser formal conmigo solo dígame Valdor mi lady, mi pregunta en realidad es, porque está aquí cocinando…

Malena: bueno de mi parte es igual solo dígame Malena, mi padre me envió, a traerle comida, pero decidí prepararle mi especialidad, es estofado de venado con hongos y hierbas del bosque además en esta zona se dan muy bien las patatas.

Su voz era suave y segura, como si no hubiera nada fuera de lo común en que estuviera en mi cabaña, cocinando como si fuera la dueña del lugar. La miré a los ojos, y vi en ellos una mezcla de amabilidad y determinación.

Había una familiaridad en su presencia, como si la conociera desde hace mucho tiempo, aunque apenas nos habíamos encontrado el día anterior. El aroma del estofado era embriagador, y sentí mi estómago rugir de hambre. Decidí aceptar su hospitalidad, permitiéndome un momento de paz en este nuevo lugar. Mientras ella servía el estofado en un plato.

Note que no sirvió nada para ella, Valdor: para mi sería un honor si comiera conmigo, siéntete en libertad de servirte por favor.

Una sonrisa se formó en su rostro, sirvió su plato y comenzó a comer en la silla frente a mí, el sabor del caldo era intenso, pero en el buen sentido, el sabor de la carne y el olor que desprendía traía nostalgia.

Valdor: esto esta delicioso te agradezco por este gesto de tu parte Malena.

Malena: agradezco su cumplido, mi padre le encanta este platillo, así que lo preparamos continuamente, de echo me dijo que lo vería en su oficina en cuanto se incorporase, yo tengo que ir al gremio de mercaderes, tal vez lo vea más tarde Valdor, por hoy me retiro

Como siempre esa cálida sonrisa, -suspiro- Valdor: gracias, Malena, que tengas un buen día, me preparare e iré a ver a lord Dorien

Tome mi espada, mi peto, y mi capa azul, una capa que era lo último de mi estirpe, de Eddrem

Sali a caminar por el mercado, las personas estaban activas desde muy temprano, y note como me miraban, no con miedo, pero se notaba que no estaban acostumbrados a los guerreros o la pasaron mal con ellos.

Me adentre a la casa del sabio en medio de la plaza

Yliana: buenos días señor Valdor, mi señor Dorien se encuentra en su oficina lo está esperando tenga la libertad de entrar por favor

Valdor: Buen día, le agradezco Yliana.

Me adentre por el pasillo, toque el portón escuche un adelante y lo empuje para entrar a la oficina.

Empujé la puerta para entrar y fui recibido por el cálido aroma del té recién preparado. Dorien, con una expresión de entusiasmo juvenil en su rostro, ya tenía dos tazas servidas sobre una mesa.

Dorien: "Bienvenido, ¿gustas un poco de té? No importa, ya te he servido. Hoy tengo mucho que contarte. Es increíble todo lo que he descubierto."

El anciano no podía contener su emoción, caminaba de un lado a otro en la sala, sus manos gesticulando con fervor mientras hablaba. Había en él una energía contagiosa, como la de un niño ansioso por compartir un secreto fascinante.

Dorien: "¿Por dónde empiezo? Cuando era erudito en la capital de Agnorag, encontré escritos antiguos, pergaminos tan viejos que estaban casi desintegrados. Estaban en lengua draconiana, una lengua que tuve que aprender para poder descifrarlos. Lo más asombroso es que quien los escribió vivió durante la guerra ancestral, lo que significa que es alguien que presenció a los colosos con sus propios ojos."

Me senté, tomando la taza de té que Dorien había preparado para mí, y lo observé con interés. El tono de su voz, la manera en que sus ojos brillaban, revelaban la importancia de lo que estaba a punto de compartir. Había algo casi mágico en su pasión, en cómo su amor por el conocimiento lo llevaba a desentrañar los misterios de un pasado tan remoto.

Dorien: "Imagínate, Valdor. Estos escritos no solo hablan de los colosos, sino también de los antiguos pactos entre las razas y de los secretos que fueron enterrados con ellos. La información contenida en esos pergaminos podría cambiar la forma en que entendemos nuestra historia, podría..."

Dorien se detuvo un momento, su mirada fija en la ventana, como si viera más allá del presente. Luego volvió a mirarme, con una expresión más seria.

Dorien: "Pero también podría ser peligroso, muy peligroso. Si caen en las manos equivocadas... Bueno, prefiero no pensar en eso. Por eso es tan importante que personas de confianza estén aquí, en Tufnar, para ayudar a proteger este conocimiento. Y por eso, Valdor, confío en que estarás a la altura."

Asentí, comprendiendo la magnitud de lo que estaba diciendo. No solo había venido a Tufnar para buscar un refugio, sino que ahora parecía que también tenía un propósito mucho mayor, uno que requeriría de todo mi conocimiento y habilidades.

Valdor: "Lo entiendo, Dorien. Haré lo que esté en mi poder para proteger este lugar y el conocimiento que resguarda."

Una sonrisa se formó en el rostro de Dorien, una sonrisa que hablaba de planes cuidadosamente trazados y de secretos aún por desentrañar.

Dorien: "La razón por la que un explorador es necesario, Valdor, es para adentrarse en el Bosque Oscuro y recoger muestras. Necesitamos hierbas, hojas de los árboles más antiguos, y las cenizas que el volcán Druraran dispersa. Mis alquimistas y yo las investigaremos. Los pergaminos que encontré no están completamente descifrados, hay palabras en una lengua que no logro identificar. Es diferente, tal vez más antigua, o puede que pertenezca a alguna raza que se extinguió durante la guerra de la conquista."

Dorien hizo una pausa, su mirada se volvió más intensa, como si estuviera viendo algo que solo él podía percibir.

Dorien: "Es preocupante, pero también fascinante. No sabemos qué más podríamos descubrir. Pero debo pedirte algo más, Valdor. Cuando no estés cumpliendo con tus misiones de explorador, me gustaría que apoyaras a los cazadores de la aldea. Un protector será invaluable cuando las bestias del bosque los ataquen. Tus habilidades podrían marcar la diferencia entre la vida y la muerte para ellos."

Asentí, comprendiendo la magnitud de la responsabilidad que se me estaba otorgando. No solo sería un explorador, sino también un protector, un guardián de esta aldea que se encontraba en la frontera de lo desconocido.

Valdor: "Lo haré, Dorien. Cumpliré con ambas tareas lo mejor que pueda. Me aseguraré de que tus investigaciones continúen sin interrupciones, y de que los cazadores regresen a salvo."

Dorien asintió, satisfecho con mi respuesta. Había una sensación de propósito en el aire, una conexión tácita entre el sabio y el guerrero. Sabíamos que lo que se estaba gestando en Tufnar podía ser de gran importancia, no solo para nosotros, sino para el mundo más allá del bosque y el volcán.

Dorien: "Perfecto. Tienes mi confianza, Valdor. Sé que cumplirás con tu deber. Ahora, ve y familiarízate con los alrededores. Hay mucho que explorar y descubrir, y estoy seguro de que encontrarás algo que nos será de gran utilidad."

Sali por ese largo pasillo, me encontré con malena, regresando del gremio de comerciantes, nos topamos de frente, sentí su aroma al acercarse a mí, algo en ella me atraía y me daba demasiada paz.

Valdor: Disculpa Malena, no la vi llegar, debo ir a explorar el bosque, si me permite, me retiro.

Tratando de evitarla por alguna razón quise salir antes de ser detenido por su mano sujetando la mía

Valdor: lo…lo siento, ¿qué necesita?

Me vio con esa mirada afilada de siempre, supongo que sigo siendo un desconocido ¿no?

Malena: hoy por la noche mi padre hará un banquete en el salón de este edificio, por favor asiste a tiempo, te presentará ante los líderes del pueblo, supongo que solo traes contigo esta vieja armadura ¿no?

Me miro curiosamente, debemos prepararte algo más adecuado dijo algo animosa, ya que es una cena puedes ir con un traje elegante

Valdor: mis disculpas Malena, pero creo que debo ir más como lo que soy realmente, después de todo solo seré el explorador del pueblo

Un gesto de amabilidad se vio en el rostro de esta bella mujer. Valdor: me retiro entonces nos veremos después.

Sali inmediatamente del edificio, camine hacia mi cabaña, entre las multitudes del mercado, necesitaba la paz del bosque, bien, debo marcar un área hasta donde los elfos del bosque inicien su territorio, al llegar a mi cabaña decidí tomar un arco y flechas que ya se encontraban en la cabaña cuando se me fue dada, al final a veces en el bosque lo mejor es el sigilo.

Me pare en la orilla del bosque, a diferencia de los muchos lugares en los que he estado… este se siente diferente y familiar a la vez, la energía emanada aquí, me causa nostalgia, me adentre en el bosque, en ese momento lo entendí, este bosque es tan alto y frondoso, que los rayos del sol apenas pasan las cupulas de los árboles, incluso el clima cálido desaparece al entrar a este bosque

Las sombras del bosque me abrazo, el llamado de mana era abrumador, tanto que me sofoco, ahora entiendo porque nadie entraba a este lugar, porque no podía ser alguien normal el que explorara este basto bosque….

Camine con precaución, mi respiración estaba agitada, me sentía inquieto, de pronto una espada estaba en mi cuello.

-Identifícate humano, ¿qué haces adentrándote en nuestro territorio?

Trague fuerte: Mi nombre es Valdor Draven, soy un explorador de Tufnar, de echo esperaba encontrarme con ustedes señores elfos del bosque oscuro….

El elfo guardo su espada curva de un plateado brillante, él era alto, montaba un caballo, su cabello era negro y largo, con esas particulares orejas de punta, su armadura era verde con negro con símbolos antiguos élficos.

Mi nombre es Dariuen del bosque profundo, mi padre es el gobernante de este bosque.

Hice una reverencia: es un placer Dariuen, fui enviado para poder encontrar un punto en el bosque del cual ya no pudiésemos pasar y así evitar conflicto con ustedes.

Dariuen: se lo que investiga ese anciano, y lo que encontrara, no le gustara….

Esas palabras resonaron en mi mente, ellos, los elfos tenían más habilidades de las que dejaban ver….

Dariuen me interrumpió antes de que pudiera hablar: está bien, les otorgare un terreno amplio, para que explores, pero solo tú y los cazadores podrán entrar, solo cacen lo que realmente necesiten, y tengan cuidado con lo que hay antes del volcán y con el arco de piedra, no les recomiendo ver lo que hay ahí, mi madre murió por culpa del sabio del bosque…. no confíen en el….

Monto su caballo y se fue a alto galope, el caballo de un elfo es como se cuenta, silencioso, entiendo porque no lo escuche acercarse, me tomo con la guardia baja, comencé a reír me deje caer recargado en un árbol y mire al cielo suspirando viendo los apenas rayos de sol que dejaban pasar las copas de los árboles.

Cuando Sali del bosque me senté en una silla que estaba en la terraza de mi cabaña el viento frio del interior del bosque ceso y ahora estaba la brisa cálida, escuche ruido dentro de la cabaña…

Tomé una daga de mi cinturón, y entre al entrar me encontré a malena….

Valdor: pensé que había un intruso, disculpa por asustarte malena

Malena: es bueno que no me veas como una intrusa, me tome la libertad de traerte esta ropa no es elegante, pero ira bien contigo para el banquete mi padre está entusiasmado por presentarte.

Se hizo de noche caminaba por la calle empedrada, el traje era ligero, algo cómodo para correr o explorar, malena se tomó el tiempo de buscarlo para mi es una buena mujer….

Llegamos a la mansión del sabio Dorien, nos adentramos e Yliena se encontraba en la entrada como siempre

Yliena: bienvenidos, por favor entren, señor Draven usted hoy se ve muy apuesto.

Agradecí con una leve reverencia y me adentré, había bastantes personas….

Los conocidos como los 6 sabios, cada uno vestía una túnica distinta, se diferenciaban por razones muy particulares, cada uno sentado a un lado del otro en una larga mesa, en una de las cabezas estaba Dorien, quien se puso de pie, al verme y se acercó a mí y a malena.

Bienvenido muchacho, hoy serás el centro de atención y más porque nos contaras tus descubrimientos de hoy….

Esas palabras de Dorien fueron muy específicas, realmente su anillo jamás me dejara mentirle eh, bien. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el olor de platillos que los empleados de Dorien empezaron a poner en la meza.

Había lechones, estofado, patatas, sin fin de platillos se notaba el esmero por esta reunión. Mientras comíamos, note que Dorien se puso de pie.

Dorien: ven aquí Valdor…

Me puse de pie, me pare a su lado Dorien: él es Valdor Draven, el explorador que tanto hemos esperado, los que estamos reunidos aquí, fueron elegidos por mi cuidadosamente para poder hacer la investigación sobre el gran Druraran, si Kalatos no estuviera prohibido iríamos ahí, pero esa es otra historia, Valdor, preséntate tú mismo y danos tu reporte….

La mirada de Dorien era firme y precisa, notaba como todos en específico los 6 sabios me observaban con miradas afiladas.

Valdor: Es un placer estar aquí esta noche, yo soy Valdor Draven, viajero y aventurero clase A de nivel Plata, soy de las tierras del norte y viaje por las frías tierras de Uzaug un tiempo, decidí venir a esta aldea remota para alejarme de los conflictos políticos que se avecinan….

Suspire- bien, hoy me adentre al bosque oscuro, no cualquiera es capaz de adentrarse a él, es peligroso la densidad de mana, hable con Dariuen del bosque profundo.

Cuando mencione ese nombre, murmullos se escucharon en todos lados.

Continuare…. El me otorgo permiso a mí y a los cazadores de adentrarnos a ciertos límites me tomé la libertad de marcarlos, hay un asunto más, mencionaron a aun tal sabio del bosque, pero dijo que no confiásemos en el… - me detuve, no sabía si debía decir todo pero dije al menos la verdad.

Dorien con una voz más pesada: Continua….

Malena lo observo con algo de miedo pues su padre a pesar de su amabilidad fue sabio del emperador mucho tiempo sabia como tratar a los soldados.

Valdor: bien, él dijo que no nos gustaría ir más allá de un arco de piedra que se encuentra en el bosque y que lo que encontraremos en el volcán nos pondrá en un gran riesgo

Dorien sonrió cuando termine de hablar – Dorien: ¡jajaja excelente información que no teníamos en unas horas en el bosque este chico incluso conoció a uno de los 5 príncipes elfos más importantes del mundo!

Su risa, aunque inesperada, aligeró un poco la atmósfera tensa. Sin embargo, sabía que lo que había descubierto era solo el comienzo de algo mucho más grande y peligroso. Las advertencias de Dariuen seguían resonando en mi mente, y aunque Dorien parecía entusiasmado con la información, no podía sacudirme la sensación de que nos estábamos adentrando en un camino lleno de peligros que ninguno de nosotros podría prever por completo.

Los murmullos volvieron a llenar la sala, pero esta vez eran de aprobación y asombro. Aunque el peligro era inminente, parecía que los sabios presentes estaban ansiosos por desentrañar los secretos que el bosque y el volcán ocultaban.

La cena continua sin más que conversaciones, las personas se acercaban a felicitarme, por los descubrimientos.

Después de unas horas de charlas y felicitaciones, la fiesta finalmente llegó a su fin. Mientras la mayoría de los invitados se despedían y comenzaban a retirarse, Dorien se acercó a mí con una expresión más seria.

—Valdor, antes de que te vayas, ¿podrías acompañarme a mi despacho? —me pidió, su voz cargada de una calma que contrastaba con la energía de la velada.

Asentí, siguiendo sus pasos hasta su despacho. Al entrar, lo vi de pie en el balcón, con la mirada fija en el vasto bosque que se extendía más allá de la aldea. El viento fresco de la noche soplaba suavemente, trayendo consigo el susurro de las hojas y el aroma a tierra húmeda. La luz de la luna iluminaba el área del balcón, envolviendo a Dorien en un resplandor plateado que acentuaba la seriedad de su semblante.

—¿Sabes por qué los elfos odian a los humanos? —preguntó de repente, su voz cortando el silencio. No me dio tiempo a responder antes de continuar—. Es sencillo... Durante los años 600 y 700 del calendario del Rey de la Guerra, Agner Antalius II les dio caza como si fueran bestias, reduciendo sus números y arrinconándolos en territorios que pudieran controlar. Es normal que sientan rencor hacia nosotros.

Dorien hizo una pausa para inhalar profundamente de su pipa, exhalando el humo en un largo suspiro.

—Este mundo, Valdor, es inmenso. —Su voz tenía un matiz de cansancio, como si estuviera cargando con el peso de años de pensamientos y reflexiones—. Nunca entenderé los conflictos por territorios ni la discriminación entre razas. Yliena... —continuó, su tono volviéndose más suave—. Es mitad elfa. La encontré cuando era solo una niña, abandonada y viviendo en las calles. Desde entonces, la crie como si fuera una segunda hija, pero ella nunca aceptó del todo ese papel.

Permanecí en silencio, procesando sus palabras. No entendía del todo por qué me estaba contando esto, pero podía sentir que había una profundidad en sus confesiones, una verdad que iba más allá de lo que las palabras podían expresar.

Dorien continuó hablando, su voz teñida de una mezcla de nostalgia y amargura.

—¿Por qué una niña estaría abandonada? —se preguntó, como si reviviera el dolor de ese descubrimiento—. Simple, era mestiza, y nadie la aceptaba. —Suspiró, volviendo su mirada hacia la luna, que iluminaba su rostro con una luz suave y melancólica—. Sabes, tenía una buena posición en el castillo de la capital, en la gran ciudad amurallada de Agnor. Una ciudad que se jacta de ser impenetrable, protegida naturalmente... ¡Ja! —exclamó con un amargo sarcasmo—. Deje todo eso atrás. Decidí venir aquí hace años, fundar esta aldea y enfocarme en ese volcán… por curiosidad, por las leyendas.

Hizo una pausa, como si sopesara el peso de sus propias palabras, antes de continuar.

—Es como aquellos que buscan la torre blanca de los dracos o el árbol del mundo. ¿Por qué se arriesgan por tanto? ¿Por la aventura? ¿Por riqueza? ¿Por fama? —reflexionó, sus ojos brillando con una pasión contenida—. Yo lo hago porque quiero ser el primer humano vivo en la historia actual en revelar que los colosos no son solo leyendas que contamos, que hay más que no sabemos. Quiero descubrirlo, saciar esa curiosidad que arde en mí. Quiero…

Dorien se giró para mirarme directamente, su mirada era intensa, casi penetrante.

—Valdor, quiero un mundo sin conflictos y sin guerras, un mundo como el que existió antes de la guerra ancestral.

Mientras hablaba, la luz de la luna iluminó su rostro, y vi un destello de lágrimas en sus ojos. No era solo un sueño o una ambición; era un deseo profundo, nacido del dolor y la esperanza, de la añoranza por un mundo mejor. Ver a Dorien en ese estado, un hombre tan sabio y fuerte, con lágrimas en sus ojos, me hizo comprender la magnitud de su deseo. Él no buscaba poder ni gloria, sino una paz que parecía estar siempre fuera de su alcance, un anhelo por un mundo que tal vez nunca volvería a existir, pero por el que estaba dispuesto a luchar hasta su último aliento.

Me quedé en silencio, sintiendo el peso de sus palabras, el peso de su dolor y su esperanza. En ese momento, entendí que no solo estaba ante un sabio, sino ante un hombre que, a pesar de todo lo que había visto y vivido, todavía creía en la posibilidad de un futuro mejor.