El aire de la noche era frío cuando llegué a la casa de Skadi. No podía dejarla sola después de todo lo que había sucedido en la base de los Enforcers. Aunque ella era fuerte, había visto con mis propios ojos lo frágil que se había vuelto después de lo ocurrido.
Empujé la puerta con cuidado y noté que no estaba con llave. Adentro, la casa estaba en silencio, apenas iluminada por la luz tenue de una vela en la mesa.
Entonces la vi.
Skadi estaba sentada en el suelo, abrazando sus piernas, con la mirada perdida. Su cabello desordenado cubría parcialmente su rostro, pero aun así podía ver el vacío en sus ojos.
No dijo nada cuando entré. Ni siquiera reaccionó.
—Skadi…
Ella parpadeó lentamente, como si su mente estuviera tardando en procesar mi presencia.
—Ulfarr…
Su voz sonó quebrada, frágil.
Caminé hasta quedar frente a ella y me senté en el suelo, manteniendo una distancia prudente. No era bueno con estas cosas, pero sabía que si decía algo incorrecto, podría hacer que se cerrara aún más.
—Fenrir me contó lo que pasó —dije, midiendo mis palabras—. Y no podía dejarte sola después de eso.
Ella soltó una risa amarga.
—¿Te lo contó?
No respondí.
—Eso significa que sabe lo patética que fui.
—Eso significa que está preocupado por ti.
Skadi bajó la cabeza y apretó los puños.
—No podía hacer nada. Fui débil.
Negué con la cabeza.
—No fuiste débil. Solo eres humana.
Ella soltó una carcajada seca.
—¿Y qué importa eso? En este mundo, si eres débil, mueres.
La habitación cayó en un silencio tenso.
No tenía una respuesta para eso. Sabía que en este mundo esa era la realidad. Pero también sabía que Skadi no era alguien que solo aceptara esa idea sin luchar.
De repente, sentí que algo me golpeaba el pecho con fuerza.
Era ella.
Se había lanzado contra mí y me estaba abrazando con desesperación, como si tuviera miedo de que desapareciera si me soltaba.
—No me importa nada más, Ulfarr. Solo te quiero a ti.
Mi cuerpo se tensó.
—Eres lo único que me importa. No necesito nada más. No me importa el torneo, no me importa el aura, no me importa nada si no estás conmigo.
Su voz era temblorosa, cargada de una emoción cruda e incontrolable.
—Voy a quitarte de Fenrir —susurró contra mi pecho—. Lo venceré mañana y serás solo mío.
Mi mente se quedó en blanco.
Esto… no era amor.
No era simple cariño.
Era algo más oscuro, algo más profundo.
Una obsesión.
No respondí. Solo la dejé desahogarse, sintiendo su agarre apretarse más y más.
Eventualmente, sus fuerzas la abandonaron y se quedó dormida apoyada en mi hombro.
Lentamente, la acomodé en su cama y salí en silencio.
Mañana…
Mañana sería un infierno.
El rugido del público retumbaba en la arena.
Todos estaban emocionados por ver la gran final.
Pero yo sabía la verdad.
Esto no era una pelea por el torneo.
Esto era una batalla personal.
Skadi estaba parada al otro lado de la arena. Sus ojos brillaban con una intensidad aterradora, su postura era firme y sus puños estaban apretados con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos.
El árbitro dio la señal.
Y la pelea comenzó.
En un instante, Skadi estaba frente a mí.
Su puño se estrelló contra mi guardia y sentí cómo mis brazos temblaban por el impacto.
¡Demonios… esto es ridículo!
Intenté retroceder, pero ella no me dejó.
Sus golpes eran rápidos, brutales y sin ninguna duda.
No estaba peleando como la Skadi que conocía.
Esta Skadi no tenía miedo.
No tenía cadenas.
Y no tenía piedad.
—¡Ulfarr es mío!
Su puño chocó contra mi costado y mi cuerpo salió disparado hacia la pared, dejándome sin aire.
¿Cómo llegué a esto…?
Ah, sí.
Porque Skadi era un monstruo.
Me levanté con dificultad y comencé a alternar entre mis auras. Verde para velocidad, morado para mejorar mi capacidad cerebral y azul para resistencia.
Pero ni así podía igualarla.
—¿Eso es todo lo que tienes, Fenrir? —se burló—. ¡Vas a perder! ¡Y entonces Ulfarr será solo mío!
Cada palabra suya era como una daga en mi mente.
No podía ganar.
No en este estado.
Y entonces…
—¡Skadi!
La voz de Aksel retumbó en la arena.
Ella se detuvo por un segundo, respirando agitadamente.
—Basta.
Ella lo miró, confundida.
—Has perdido.
—¿Qué…?
—Ríndete.
Skadi apretó los dientes, como si esas palabras fueran veneno para ella.
—P-pero…
—Por favor.
Ella tembló.
Por un instante, vi a la Skadi de siempre.
Y entonces, con frustración en sus ojos, levantó la mano.
—…Maldita sea.
Se rindió.
Gané el torneo.
Pero no me sentí como un campeón.
Me sentí… vacío.
No me despedí en persona. No tenía el valor para hacerlo.
En lugar de eso, dejé cartas.
Una para Skadi.
Otra para Aksel.
No podía quedarme más tiempo en esta ciudad.
Así que me fui.
Junto con Sigrún, dejé todo atrás.
Colmillo Plateado
El sonido de los platos, las risas de los clientes y el aroma de la comida llenaban el aire.
Suspiré mientras me dejaba caer en una silla.
Había mucho en qué pensar. Mucho que hacer.
Y entonces, un sobre cayó frente a mí.
—Esto llegó para ti.
Levanté la vista y vi a Sigrún mirándome con curiosidad.
Tomé el sobre y lo abrí.
Mis ojos se abrieron de par en par.
Era mi carta de aceptación a la universidad.
Me quedé en silencio por un momento.
Y luego…
Sonreí.
Tal vez este solo era el comienzo.
¡Gracias por leer el Volumen 2!
Antes que nada, quiero agradecerles por haber llegado hasta aquí. Este volumen ha sido un viaje intenso, lleno de acción, emociones y muchos momentos importantes para la historia de Ulfarr.
Pero siendo completamente honesto, este volumen fue complicado para mí. Cuando lo empecé, no tenía muy claro hacia dónde quería llevar la historia ni cómo debía desarrollarse todo. Eso hizo que escribirlo fuera un reto mentalmente agotador en algunos momentos. Sin embargo, llegar al final y ver cómo todo encajó de una forma que me satisface hace que todo haya valido la pena.
Por esa razón, antes de empezar con el Volumen 3, me tomaré un tiempo para planear bien lo que viene. Quiero asegurarme de que la próxima parte tenga una dirección clara y sea aún mejor que esta.
Dicho eso… ¡esto apenas comienza! La historia de Ulfarr tiene mucho más por delante, y cuando regrese con el Volumen 3, será con más peleas, más desarrollo y muchas sorpresas.
¡Nos vemos pronto!