El aire en la arena se volvió denso.
Mientras el combate entre Eileen y Xiao Lian comenzaba, Ryuu se retiró a una de las plataformas superiores. Su pecho aún ardía por el golpe de Vladis, pero su mente estaba en otra parte.
La figura de Hikari… el mensaje sin voz. “Lo que perderás.”
Un presentimiento oscuro se clavó en su alma.
> [Advertencia: Interferencia energética de origen desconocido detectada.]
El sistema emitió una alerta tenue, casi como si intentara no llamar la atención. Ryuu alzó la vista. Muy por encima del coliseo flotante, las nubes empezaban a girar lentamente, como si algo estuviera oculto tras ellas.
—Ryuu.
Una voz lo hizo girar. Era Maestra Kaelis, la coordinadora del Torneo Celestial, pero también una antigua guerrera de la Orden de los Portales.
—Ven conmigo. Hay algo que debes saber… sobre el Kensei Negro.
Ryuu frunció el ceño. Desde su llegada, ese nombre había sido un susurro en la sombra. Un duelista que no aparecía en los registros, pero que cada Instructor temía mencionar.
Kaelis lo condujo a un corredor antiguo, escondido bajo la plataforma principal. Una puerta sellada con tres runas brillaba débilmente.
—¿Qué es este lugar?
—Los archivos ocultos del Torneo. Aquí está la historia que no se enseña.
Entraron.
Las paredes estaban cubiertas de grabados: batallas titánicas, guerreros con alas, bestias mágicas extinguidas. Pero en el centro del salón, una sola pintura sobresalía…
Un joven con cabello oscuro, cubierto con una capa negra, su espada envuelta en fuego estelar y oscuridad pura al mismo tiempo.
—Ese… ¿es el Kensei Negro?
Kaelis asintió.
—Su verdadero nombre fue Orion. Hace más de 150 años, fue el primer y único guerrero en ganar el Torneo Celestial sin perder un solo combate. Pero…
Cerró los ojos un instante.
—Él rompió las reglas del universo. Usó una habilidad prohibida, algo que ni los dioses ni el sistema pudieron controlar: el Eclipse Final.
> [Registro antiguo accedido: “Eclipse Final – Habilidad Absoluta. Permite fusionar Luz y Oscuridad. Solo un alma destinada puede soportarla sin ser destruida.”]
Ryuu dio un paso atrás. Su corazón latía con fuerza.
—¿Qué sucedió con él?
Kaelis miró la pintura con pesar.
—Fue sellado. No podían matarlo. Ni el sistema, ni los dioses, ni los otros campeones. Sellaron su alma en la Dimensión Hueca… pero algo ha cambiado. Desde que tú apareciste, el sello comenzó a agrietarse.
Ryuu apretó los dientes.
—¿Por qué?
—Porque tú y él comparten la misma energía base. La esencia estelar combinada con la fuerza oscura. Tú… eres el siguiente portador potencial del Eclipse Final.
Un trueno cayó afuera. No era natural.
> [¡Anomalía detectada! El sello del Kensei Negro ha sufrido una ruptura parcial.]
> [Emergencia nivel rojo: interrupción temporal del Torneo.]
El suelo tembló. Las plataformas comenzaron a retraerse. El cielo se abrió en una grieta oscura y sangrante, y una figura encapuchada descendió lentamente, como si flotara fuera del tiempo.
—No puede ser… —susurró Kaelis, retrocediendo—. ¡Ya es demasiado tarde!
La figura tocó tierra. No hablaba. No emitía energía. Pero su simple presencia hizo que el aire se volviera insoportable. Todos los aspirantes en la arena quedaron paralizados.
Ryuu lo sintió en los huesos:
Esa presencia era como la de un dios moribundo… o peor… algo que no debía existir.
> [Identidad confirmada: Kensei Negro (Orion) – Nivel: Desconocido – Estado: Sello Roto (30%)]
Una voz grave rompió el silencio:
—Han pasado siglos… y aún sienten miedo al verme. Patético.
Kazuki intentó moverse, pero sus rodillas temblaban. Xiao Lian tenía los ojos bien abiertos, concentrando energía en las palmas. Eileen simplemente observaba con atención, como si intentara leer cada partícula de su aura.
Orion caminó hacia el centro del campo. Cada paso dejaba una marca de sombra.
—¿Quién de ustedes… tiene el coraje de enfrentarse a mí?
El sistema intentó interceder.
> [Protocolo de Emergencia Activado: Teletransporte forzado de Orion a Dimensión Hueca]
Orion alzó la mano. Con un solo gesto, canceló el protocolo.
> [ERROR: Protocolo cancelado por fuerza superior.]
Todos los Instructores se pusieron de pie. Una batalla podría destruir el mundo flotante.
Pero entonces… Ryuu avanzó.
—¡Ryuu! —gritó Kaelis—. ¡No puedes! ¡Aún no dominas tu energía!
—Si nadie lo enfrenta, lo hará a su manera. Yo… no quiero ver morir a nadie más.
Orion lo miró. Sus ojos eran como dos galaxias colapsadas.
—Tú… eres el elegido por la diosa, ¿no?
Ryuu se tensó.
—¿Cómo sabes eso?
El Kensei Negro sonrió con una tristeza que estremecía.
—Porque yo… fui el primero que ella eligió.
El mundo se detuvo.
Un silencio absoluto cubrió la arena. La verdad era una herida abierta.
—¿Hikari… te eligió a ti?
Orion asintió.
—Y cuando fallé… me convirtió en un monstruo. A ti te ama… pero a mí me encerró.
La sombra de un dolor milenario tembló en su voz.
—Lucha conmigo, Ryuu. Demuéstrame si eres digno de su amor… o si también te convertirás en mi reflejo.
El cielo tronó. Las estrellas se apagaron por un instante.
Y así, comenzó un duelo imposible.
Ryuu vs Orion – Primer Asalto.
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Continuará en el Capítulo 26 – Fragmentos de un Pasado Maldito y la Llama del Futuro