—¡Se está cayendo! —gritó Taro, con las manos temblando mientras luchaba con el delicado control requerido.
—¡No, no! ¡Más suave! —urgía Ren mientras las medusas comenzaban a mostrar signos de duda en sus movimientos—. El movimiento debe fluir, como si el aire fuera agua. Piensa en movimientos naturales, no forzados.
—¡Estoy intentando! —Las manos de Taro temblaban con el esfuerzo de controlar los hilos, cada temblor amenazando con revelar su engaño.
—Estás haciendo movimientos que son demasiado tensos... cierra los ojos, —interrumpió Ren, su voz firme a pesar del caos a su alrededor—. Olvida los hilos. Piensa en tu escarabajo, en cómo será cuando evolucione.
—Pero estamos en peligro... No puedo relajarme si...