El movimiento lento, el dolor, la concentración en el tentáculo y el miedo al Asesino hicieron que Ren se distrajera demasiado, y su pie golpeó una piedra suelta.
El sonido, apenas más fuerte que un susurro, pareció resonar como un trueno en el silencio del túnel. El Asesino Profundo se giró instantáneamente, su cuerpo negro mate moviéndose con una fluidez antinatural.
Sin tiempo para pensar, Ren lanzó el tentáculo.
El proyectil improvisado voló directamente hacia una de las piernas del Asesino, comenzando a absorber mana en el momento del impacto.
La bestia retrocedió, más por sorpresa que por daño.
Sus sentidos, adaptados a la oscuridad y las vibraciones, no esperaban un ataque aéreo. La sensación de que su energía estaba siendo drenada en un punto específico hizo que se concentrara en esa área.
Ren no perdió un segundo.
Sus manos ya estaban atando el hilo mientras el Asesino estaba distraído. Un salto rápido y su cuerpo colgaba lejos del suelo.