—¿Puedo examinarlo más de cerca? —preguntó, mirando a Julio.
El príncipe asintió, aunque con cierta precaución. —Adelante. El contenedor es seguro, pero mantén tu distancia de su boca.
Ren se arrodilló junto al gusano, sus hongos latiendo en un patrón que parecía sincronizarse momentáneamente con los débiles movimientos de la criatura. Con movimientos precisos pero respetuosos, estudió los anillos segmentados, las sutiles variaciones de color en su piel, y especialmente las pequeñas glándulas laterales que reorganizaban la tierra absorbida y procesada.
—Es completamente normal —finalmente confirmó, levantándose—. Un gusano menor común, cerca del primer ciclo de fusión.
—Eso confirma mis observaciones —asintió Julio—. La pregunta es: ¿cómo llegó tan cerca de la superficie?
—O más bien —añadió Zhao—, ¿por qué?
Ren permaneció en silencio por un momento, sus hongos latiendo lentamente mientras organizaba sus pensamientos, su brillo fluctuando ligeramente con cada pulso.