Con el final del semestre acercándose, Ren sintió una satisfacción particular al ver cómo los proyectos en los que había invertido tanto tiempo comenzaban a dar frutos.
El nido que había preparado para Zhao finalmente mostró el huevo listo para la contratación. La cáscara cristalina latía con un ritmo constante, la energía en su interior alcanzaba niveles óptimos para el surgimiento.
Era tarde cuando Zhao llegó a la habitación. El profesor parecía ligeramente agitado, como si hubiera estado resolviendo algún asunto urgente antes de acudir a su cita.
—Espero no haberte hecho esperar —comentó mientras cerraba la puerta detrás de él.
Ren negó con la cabeza. —Acaba de alcanzar el punto crítico hace unos minutos. Tu llegada es perfecta, profesor.