—¿También quieres la bestia que preparé para ti? —preguntó él, con una leve sonrisa—. Debo advertirte que fue la más cara de todas.
Luna apretó los puños, obligándose a superar su vergüenza.
—Pido disculpas si parezco ingrata —finalmente dijo—. Pero primero, ¿puedo preguntar qué bestia es? Había una que quería antes de obtener el lobo, pero fue difícil de conseguir debido a... circunstancias particulares.
—Es la bestia que mejor complementa a tu lobo sombrío, en mi opinión —respondió Ren—. Aunque parece que por tu familia fue bastante costosa... Es la forma base del tigre blanco celestial. Un gato de luz rayado.
Luna llevó sus manos a la boca, sus ojos se abrieron con sorpresa y algo más complejo: Un anhelo largamente reprimido.
—Oh, Ren... —Liora sacudió la cabeza con una expresión entre divertida y preocupada—. Más bien, es mi familia la que es el problema ahora.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Ren, confundido por la reacción.
Larissa sonrió con cierta melancolía.