Los auxiliares trabajaron rápidamente para retirar al Gran Acechador de Piedra derrotado por el equipo de Jin.
En las gradas, aún más estudiantes de todos los años, ahora libres de sus propias pruebas, discutían la estrategia empleada con creciente entusiasmo. Muchos escribían notas en sus diarios, dibujaban patrones de movimiento o anotaban observaciones tácticas.
Liu se había marchado antes de que el Equipo Cuatro del Grupo A entrara en combate. No era desinterés lo que lo motivaba, sino, al contrario: una oportunidad que no podía permitirse perder.
«¿A dónde vas?», preguntó Min al verlo levantarse de su asiento.
«Al estadio norte», respondió Liu. «Pronto será el turno de Zhou Liwei.»
El nombre provocó un destello de reconocimiento en la mirada de Ren.