—Señora Ashenway —saludó Ignatius con una inclinación respetuosa, su espalda enderezándose involuntariamente en su presencia—. Estábamos discutiendo la recompensa para ese mismo chico por el nuevo método que descubrió para obtener el rango Bronce en el Túnel Viviente por primera vez en la historia registrada.
—Un asunto menor comparado con lo que creo que logrará más adelante, según mis predicciones y basado en la información que he recopilado —desestimó ella con un gesto elegante—. Pero vengo por un asunto más inmediato y sustancial. Haré un depósito en nombre de mi nieta a nombre del joven Patinder.
Wei e Ignatius intercambiaron miradas sorprendidas.
—¿Un depósito? —preguntó cautelosamente Ignatius, juntando sus dedos sobre el escritorio.
—Un millón y medio de cristales —anunció Selphira tan casualmente como alguien podría comentar sobre el tiempo—. Y espero que se aplique el sistema de duplicación habitual de la academia.