En la tienda temporal de las Crestas de Oro, Kharzan se sentó repentinamente desde su lecho de descanso. Su cuerpo aún no se había recuperado completamente del esfuerzo de la manifestación abisal, pero sus sentidos permanecían agudizados, especialmente para detectar fluctuaciones en el mana circundante.
—¿Lo sientes? —le preguntó al guardia a su lado.
—¿Los líderes Tejedor de Estrellas y Ashenway?
Kharzan asintió, su rostro contrayéndose con una mueca de disgusto. —Selphira y Sirius están manifestando sus bestias de nuevo. —Sus ojos se entrecerraron, el tinte púrpura en ellos se volvió más pronunciado—. Pero hay algo más… algo extraño… ¿Quizás el tercer anillo estaba con la anciana después de todo?
Extendió su percepción, tratando de identificar esa presencia desconocida que se entrelazaba con las energías familiares. Era pequeña, increíblemente extraña, y también… desagradable de alguna manera. La sensación le provocaba náuseas.