Jun Wu Xie se sorprendió un poco al mirarlo y fruncir el ceño ligeramente.
Él se dirigió casualmente hacia la silla más cercana, se sentó y puso perezosamente su cabeza sobre su mano mientras le sonreía encantadoramente. Su largo cabello negro satinado caía por un lado y enmarcaba su hermoso rostro.
Esa imagen en sí misma era un pecado.
Jun Wu Xie no lo había visto en los últimos días y casi había olvidado su existencia. No pensó que aparecería tan de repente.
Con su aparición, ella pudo oler vagamente el familiar olor a sangre, a pesar de estar cubierto por el fuerte aroma de las hierbas, con su nariz sensible aún podía detectar ese leve rastro.
Jun Wu Yao la miraba felizmente, pero su expresión casi se desmorona cuando vio que ella fruncía el ceño y se tapaba la nariz con la mano. Su guapo sonriso se congeló.
—La próxima vez, si no has eliminado completamente el olor, no te permitiré entrar a la farmacia —ella lo advirtió frunciendo el ceño profundamente. No le importaba de dónde venía, mientras no la provocara a ella ni al Palacio Lin, él podía hacer lo que quisiera.
Jun Wu Yao se levantó lentamente mientras la miraba con una expresión angustiada.
El olor era apenas discernible y además este lugar tenía un fuerte olor punzante a hierbas, ¿cómo de agudo era ese olfato suyo para poder detectarlo entre esta miríada de olores?
—¿Te disgusta tanto ese olor? —se rió entre dientes.
—¡Sí! —Lo vio caminando hacia ella lentamente. Ella instintivamente dio un paso atrás mientras se acercaba. ¡Ese olor realmente le hacía sentirse enferma si no estaba tratando a ningún paciente!
—De verdad... lo siento —mientras miraba a Jun Wu Xie evitándolo descaradamente, una sonrisa maliciosa destelló mientras de repente desaparecía. Antes de que ella pudiera siquiera reaccionar, fue abrazada por un par de brazos fuertes.
Su delicado rostro fue presionado a la fuerza contra su amplio pecho mientras el olor a sangre asaltaba su nariz ya que era muchas veces más fuerte. Jun Wu Xie se quedó petrificada.
—¡Suéltame!
—Sé buena, la próxima vez no te dejaré olerlo —Jun Wu Yao no solo no la soltó, sino que en realidad la abrazó aún más fuerte.
Tan pequeña, tan suave, era como un pequeño animal escondiéndose en un lugar seguro pero la pequeña que él estaba sosteniendo parece tener colmillos afilados y los estaba mostrando.
Estaba frenética mientras él la abrazaba fuertemente y le acariciaba la cabeza como si fuera alguna clase de mascota. La ropa que acababa de cambiarse tenía que ser cambiada de nuevo ya que ahora tenía el hedor a sangre. Cuando él finalmente la soltó, ella salió corriendo de la farmacia y se frotó muchas veces antes de estar dispuesta a salir.
Después de ser abandonado por su amo, el pequeño gato negro solo podía mirar a Jun Wu Yao. Jun Wu Yao no pudo evitar reírse al ver la sombra huyendo de Jun Wu Xie. —¡El gato negro pudo sentir algunas fuertes fluctuaciones de energía y se dio cuenta de lo peligroso que era realmente este hombre! Inmediatamente siguió los pasos de su amo y huyó de la farmacia.
—¡Amo! ¡No me dejes solo con este loco!
….
Jun Qing finalmente se movió mientras veía borrosamente una silueta familiar sentada junto a su cama. A medida que su visión se restauraba lentamente, se dio cuenta de que era su preocupado Padre, quien parecía haber envejecido desde la última vez que lo vio.
—¿Padre? —Jun Qing luchó por sentarse, pero su cuerpo se sentía como si todos los huesos estuvieran rotos y era tan intenso que no podía moverse.
—¡No te muevas! ¡Acuéstate! —Jun Xian extendió la mano rápidamente.
—¿Qué me pasó? —Aunque sentía que todo su cuerpo estaba desmoronándose y no podía moverse, todavía sentía un atisbo de comodidad y alivio.
—¡Casi matas de un susto a tu Padre!
...… —Jun Qing miró indefenso a la figura taciturna junto a su cama.