Chen Shan

Jing Yan, un genio que una vez fue el mejor del Clan Jing y que alcanzó el rango del Noveno Cielo de las artes marciales y entró en el Rango Precelestial a los 16 años, no tenía igual en la Ciudad Dong Lin. Sin embargo, de la nada, su rango cayó dramáticamente después de inscribirse en el Instituto del Dios del Viento y se convirtió en objeto de burla.

Después de romper el sello del Anillo del Universo, Jing Yan renació. Finalmente se convirtió en el conquistador del Continente de Tian Yuan y se convirtió en el hombre que innumerables guerreros admiraban.

El Dios de la Espada del Universo

Aunque la Asociación de Alquimistas era una organización estructurada jerárquicamente, se mantenía bastante flexible. La asociación en sí tenía pocas exigencias para sus miembros, y mucho menos requería que contribuyeran con fórmulas de píldoras preciosas.


La desvergüenza de Xu Dong hizo sonrojar incluso a Lu Ru, quien tenía buena relación con él. Lu Ru admitió que si él fuera el Vicepresidente de la Asociación de Alquimistas, definitivamente no podría exigirle a Jing Yan que contribuyera con sus recetas de píldoras—era demasiado pedir.


—Xu Dong, déjame preguntarte —dijo Jing Yan con una sonrisa fría mientras miraba fijamente a Xu Dong—, si tuvieras las fórmulas de estos dos elixires, ¿las contribuirías a la Asociación de Alquimistas?


—¡Se trata de ti ahora! Yo no tengo las fórmulas de estos dos elixires —replicó Xu Dong con los ojos muy abiertos y de repente notó que los otros espectadores lo miraban fijamente. Al ver el desdén en sus ojos, rápidamente añadió:


Capítulo 391: La Gratitud de Zhou Tian