Toda la habitación fue repentinamente envuelta en un resplandor arcoíris.
Para Jing Yan, este espectáculo no era desconocido.
Después de refinar un elixir de calidad perfecta, uno podía aprovechar las Leyes del Cielo y la Tierra, y un halo de luz de cinco colores emergería, fluyendo hacia el elixir.
—¿Es este el poder de la Ley manifestada? —murmuró Jing Yan algo distraído.
Desviando su mirada, observó el contenido de la caja dorada.
Dentro de la caja había piedras de cristal del tamaño de un puño, una caja llena de ellas, coloridas e increíblemente hermosas de contemplar.
—¿Qué son estas? —Los ojos de Jing Yan se agrandaron, nunca había visto estas piedras de cristal multicolores antes.
Parecían ser similares a piedras espirituales de alto grado, pero los colores eran diferentes, y las fluctuaciones de energía en su superficie eran incomparables a las de las piedras espirituales de alto grado.