La expresión de Rosa se endureció.
No esperaba que Logan defendiera a Selina, dejándola completamente humillada.
—P-Pero...
—Logan, lo siento. Fue Rosa quien se equivocó.
Bella se acercó rápidamente, con el rostro lleno de culpa.
—Selina, para compensarte, si hay algo que te guste, solo dímelo y lo compraré para ti. Por favor, no se lo tengas en cuenta a Rosa.
Selina arqueó una ceja. La Señorita Hayes sí que sabe cómo soportar la humillación y montar un espectáculo.
Estaba a punto de responder cuando Logan se le adelantó, con voz indiferente.
—Si Selina quiere algo, yo seré quien lo pague. No hay necesidad de que la Familia Hayes se preocupe.
La sonrisa de Bella vaciló ligeramente.
—Logan, no es eso lo que quería decir. Solo estaba preocupada de que... No importa. Rosa, vámonos.
Selina silenciosamente les mostró el dedo medio.
«¿Qué demonios?
Esta zorra hipócrita ya intentó causar problemas una vez, ¿y ahora vuelve por la segunda ronda?