Una Batalla Entre Dos Mujeres

El salón de subastas quedó en completo silencio.

La expresión de Bella se congeló, y la multitud que la rodeaba rápidamente salió de su asombro, intercambiando miradas desconcertadas.

¿Diez millones? ¡¿Selina?!

Este reloj acababa de ser subastado por diez millones, ¿no estaba la Señorita Hayes diciendo que Selina era demasiado tacaña para gastar dinero? ¿Por qué esto no iba como se esperaba?

—Diez millones. ¿Hay algún problema con ese precio? —preguntó Selina suavemente.

—¡No hay problema, no hay problema! La Señorita Clark ha ofrecido diez millones. ¿Hay alguien dispuesto a ofrecer más? —dijo el subastador.

El rostro de Bella se tornó pálido.

Todo su cuerpo temblaba de rabia. ¡¿Qué demonios estaba haciendo Selina?!

Ya había ofrecido cinco millones, y ahora Selina tenía que subir el precio aún más. ¡¿Lo estaba haciendo deliberadamente en su contra?!

—¡Selina, ¿estás loca?! Subir la oferta cinco millones de una vez, ¡¿acaso conoces las reglas?! —espetó Rosa sin pensarlo.