VI

Me desperté y rápidamente, prendí una lampara y vi la hora en mi reloj. Sus manecillas marcaban las 5:40, eso era algo temprano, ya que todos los demás—Hércules, Brandan y Arnoldo— aun seguían durmiendo. <> dije para mí mismo. Empecé a caminar por todo el nido, e incluso intenté volver a dormir, pero me aburrí, y además no pude volver a dormirme.

Me vestí de un sirviente, y empecé a rondar por todo el palacio. El palacio tiene muchos sirvientes, e incluso hay algunos que solo trabajan en la mañana, tarde o noche, y eso dificulta que alguien reconozca a otro sirviente. Aunque si hay gente que sabe quién trabaja aquí y quien no, a ellos los evitaba.

En mis caminatas encontré a Lord Tighern. Lord Tighern me miro y me reconoció al instante.

—disculpe buen mozo—me decía Lord Tighern con amabilidad— me podría acompañar—te tengo que pedir un gran favor—murmuraba Lord Tighern para no revelar mi identidad.

Me aleje con Lord Tighern, y entramos al salón de música, donde en ese momento no había nadie cerca. Lord Tighern se acercó a un arpa, y empezó a decir mientras tocaba la madera de aquel instrumento.

—y bien, ¿Cómo te fue ayer?

Le dije todo lo que recopile, lo que recopilo Hércules, y lo que recopilo Arnoldo, además de lo que paso con el doctor, e incluso le dije lo que le paso a Ángelo y compañía. También le di la droga que le quité al joven, para que lo analizara.

— ¡Buen trabajo muchacho! —exclamaba felizmente Lord Tighern—pero—quito la sonrisa de su cara, y la cambio por una cara de duda— ¿no crees que te pasaste un poco con Ángelo?

— ¿tú también? —le reproché a Lord Tighern— ¿Por qué todos creen que lo que hice fue algo malo?

—bueno, yo también eh estado en esos zapatos muchachos, en esos zapatos llenos de sangre, pero yo también eh vivido como sombra, y se diferenciar cuando algo es necesario y cuando algo ya es pasarse. No digo que no fue necesario, no, no muchacho. Lo que trato de decir es que, si sigues así, te volverás igual que alguien a quien solía conocer. Se que eso que hiciste fue necesario, y sé que así te enseño Bellator— Lord Tighern se acercó a mí y me toco el hombro—pero ese no es el camino muchacho. Prométeme que no vas a volver a hacer algo tan cruel así.

Se lo prometí, y el confió ciegamente en esas palabras, tanto que soltó una sonrisa y dijo <>

—aunque no todo es malo—añadió Lord Tighern— salvaste a un joven. Ya lo conocí, me pareció raro al inicio, ya sabes: pelo sin peinar, ropa rota y vieja, además de estar muy descuidado de la cara. Alguien que busca unirse para ser la defensa del imperio no llega vestido así. ¿pero sabes porque acepte a escuchar lo que quería decirme?

Me quede callado, y solo miraba a Lord Tighern.

 Fue—prosiguió Lord Tighern — porque tenía un papel. Abrí el papel y vi tu firma, fue entonces que escuché todo lo que quería decirme. Al final hice una carta, y lo puse como marino— Lord Tighern soltó una pequeña risa—obviamente le di a elegir en qué lugar quería estar y el me respondió que, en la marina, ya que su padre era pescador, y nada le gustaría más, que poner a prueba las enseñanzas de su padre. Estoy seguro de que las almas de sus padres están felices y creo que hasta sentir mucho orgullo de él.

Lord Tighern me felicito, y se quedó callado. Una sonrisa y un sentimiento de alegría cruzo mi cuerpo, pero, aun así, también me quede callado, todavía no comprendo por qué. A pesar de que estuvimos poco tiempo callados, para Lord Tighern y para mi pareció una eternidad, una agradable eternidad.

Ese silencio fue interrumpido por un sirviente que toco la puerta. Lord Tighern le dijo que pasara, y el sirviente hizo caso.

—disculpe Lord Tighern—dijo el sirviente con la cabeza agachada—pero el Márquez de Solena Voda ha llegado.

—entiendo, voy en unos cuantos minutos.

El sirviente salió del lugar. Lord Tighern se llevó una mano a la cara, y suspiro.

—ya llego Bellator—murmuraba Lord Tighern—va a seguir hablando de sus cosas absurdas. Lo malo de todo lo que dice, es que creo que, si está convenciendo al emperador, y si lo convence— Lord Tighern suspiro— que dios nos apiade. Aunque algo bueno, es que solo se va a ir en la noche, ya que según tiene cosas importantes que hacer.

Lord Tighern se acercó a la puerta, y después de un <> se marchó. Yo seguía aun con mi disfraz de sirviente, y de pronto una voz femenina me dijo:

—que estás haciendo ahí parado. — Esa voz femenina tenía en una bandeja una botella de vino, y unas cuantas copas—ten, ve y dale esto al emperador, está en el lugar de juntas.

Tomé las cosas, y me dirigí donde estaba el emperador. Toque, y me dijeron que pasara. El emperador estaba tan enfocado en la plática que no me reconoció, al igual que Bellator, pero a él se le entendía algo, ya que a Bellator no lo veo desde que tenía 17 años—en ese entonces tenía 26 años—. Le dejé las cosas donde el emperador me dijo, y me salí de la habitación. Me quede en la puerta escuchando.

—de verdad lo siento Bellator, pero la enfermedad que está pasando en las costas, no creo que sea lo que tú me estás diciendo.

—pero señor, le juro solemnemente que yo los vi, ¡yo sé que fueron ellos!

—Te entiendo, pero no crees que es algo absurdo declararle la guerra al mayor reino que esta al otro lado del océano, y además ¿Por qué lo quisieran hacer?, ¿por un puñado de islas que no tienen ninguna utilidad?

El silencio cubrió a la habitación, y fue entonces que Bellator dio un golpe en la mesa, y exclamo:

—en ese papel están las pruebas, que contiene la firma, y la marca de huella ensangrentada de una de tus sombras, como muestra de veracidad.

Empecé a caminar, y entonces salió Bellator enojado.

No sé qué paso después, pero me alejé, y me fui al nido. Encontré a Brandan comiendo algo de picante. El seguía con la misma ropa con la que lo encontré.

— ¿Cómo estás? — le pregunte a Brandan mientras me acercaba.

— ¿alguna vez te a pateado un caballo? —Brandan me miro—pues así me siento.

—bueno, ya mejoraras pronto.

—lo se. Ah, y Giovanni, gracias. Arnoldo me conto que tú me trajiste, gracias por estar al pendiente de un descarrilado como yo—Brandan soltó una pequeña sonrisa.

Le dije que no había problema, fui por algo de comida, y me senté en la misma mesa que Brandan. A los pocos segundos llegaron Hércules y Arnoldo, e hicieron lo mismo, ósea, comer.

Mientras todos estábamos comiendo les dije que Bellator había llegado. A todos no les importo, ya que a ninguno de nosotros cuatro nos importaba Bellator, sus métodos se entramiento y sus manipulaciones nos perjudicaron mucho, tanto mentalmente como físicamente.

— ¿Qué hace un bárbaro como el, en una ciudad civilizada? —decía Arnoldo burlándose de Bellator.

—no lo sé y no me importa—murmuraba Hércules mientras seguía comiendo.

La platica sobre Bellator se fue muy rápido, al igual que un diente de león en el fuerte aire.

Quedaban unas cuantas horas para que el doctor entregara la información. Me puse ropa sucia y rota, para pasar desapercibido en ese lugar. Use: una cazadora vieja y verde, que me llegaba hasta el chamorro, una camisa vieja de Brandan, y unos viejos pantalones, al igual que unos viejos zapatos.

Me dirigí al pescado sin cabeza con mis sentidos atentos. En el transcurso del viaje no pude saber nada de la ubicación de la pelea clandestina, pero, aun así, siempre estaba atento. Cuando llegué al pescado sin cabeza, no pude ver a nadie. No había vendedores, las tiendas estaban cerradas, y no había personas rondando, estaba literalmente muerto el lugar.

Seguí caminado mientras veía a todos los lados, pero una voz de unas personas que estaban caminando llamo mi atención.

—hoy es el último día en que va a ver una pelea en todo lo que queda del año, más vale apresurarnos.

Empecé a seguir a esas personas con cuidado. Esas personas entraron se desviaron, y entraron a un túnel oscuro que llevaba a la alcantarilla. Era lógico saber eso, ya que de ese túnel salía un pequeño rio de aguas negras. Ese pequeño rio no era muy grande, a lo mucho apenas te podría cubrir el dedo pequeño del pie. Mientras el fuerte olor penetraba mi nariz, las voces y las pisadas rápidas de mis guías se escuchaban en un gran eco.

 Sople el silbato de Brandan. Miré hacia el cielo, y vi a un gran grupo de cuervos que daban vueltas arriba de mí, mientras graznaban. Uno de los cuervos que estaba en ese grupo, bajo hacia donde estaba. Rápidamente escribí la ubicación y los detalles de ese túnel, puse la nota en su pie, y el ave se fue volando, mientras hacia su característico sonido.

Entre al lugar, y me encontré con un guardia. Ese guardia era alto fornido, en sus brazos tenía tatuajes sobre sirenas, ballenas y barcos. <> pensé, y lo más probable es que quiera regresar lo más rápido a ese lugar lleno de agua salada. Eso lo puedo asegurar, ya que su cara mostraba disgusto, al igual que su forma de hablar, pero esta mostraba también hostilidad. Ese guardia protegía una puerta de metal, la cual estaba oxidada.

El guardia después de verme y analizarme un rato, me pregunto algo absurdo y casi innecesario, fue << ¿Qué día es hoy??>>, le respondí (como le haría alguien de los barrios bajos) el día que era. El guardia se quedó callado y repitió la misma pregunta, a lo que le respondí (fingiendo algo de miedo y confusión, pero no dejando el personaje de alguien de los barrios bajos) lo mismo que había dicho antes.

— ¡Bien! —me dijo ese guardia— por tu voz sé que no eres un noble, así que pasa.

El guardia me abrió la puerta oxidada, mientras esta hacia un chirrido agudo que hizo que me dolieran las orejas. La puerta abierta me presento una escalera de madera, de la cual por abajo de esta salía el agua contaminada. Empecé a subir por la escalera y el fuerte olor de aguas negras seguía, y cada paso se hacía más fuerte. No había recorrido la mitad de la escalera, cuando empecé a escuchar gritos eufóricos, malas palabras, y maldiciones, todo sonando al unísono.

El lugar era un gran circulo. Ese círculo tenía un barandal para que la gente no cayera adentro, el cual era el lugar donde peleaban. Había asientos similares a la de los estadios, que hacían que todos vieran hacia abajo. El “ring” (si es que podemos llamarlo así) era una circunferencia de madera, donde algunos peleadores chocaban a sus oponentes en esas paredes de madera. Lo que pisaban los peleadores eran las aguas negras, que les llegaban un poco más arriba del tobillo. Empecé a ver la pelea, mientras de vez en cuando miraba discretamente a todos lados para encontrar a Angus.

En el ring estaban peleando dos hombres fuertes. La sangre y el agua contaminada salpicaban las paredes y al público, mientras que estos últimos seguían con sus gritos eufóricos.

—ya estoy aquí—me susurro cerca Arnoldo—estaré vigilando un poco más cerca a Angus. ¿lo encontraste?

—en eso ando— le respondí a Arnoldo, para que después le describiera el aspecto de Angus.

—de acuerdo, lo buscare.

Después de decir eso, Arnoldo se empezó a acercar más cerca de la pelea, mientras que en su mano se podían ver algunas monedas de 5 y 10 Stens. Su disfraz era el de un apostador compulsivo.

Seguí viendo a mis alrededores, y encontré a Angus sentado en un lugar mientras hablaba con alguien. Su mirada estaba atenta a la plática. De un momento a otro, Angus sonrió, y desenfundo su pistola, apuntando a la persona con la que estaba platicando. Esa persona pereció alterarse, y afirmo con la cabeza continuas veces. Angus seguía con su misma sonrisa, guardo su pistola, y estrecho la mano a la persona que hace pocos segundos le había apuntado. Pude ver a Arnoldo algo lejos de Angus, pero estoy seguro de que Arnoldo escucho todo.

Angus aun con su sonrisa, le dijo algo alguien, y siguió viendo la pelea. Después de un tiempo, los dos peleadores estaban sangrando de la cara, pero seguían golpeándose, arrojándose a las paredes de madera, y tratando de ahogarse en el agua contaminada.

Al ver que ninguno de los dos moría, o quedaba noqueado, Angus se levantó y le dijo algo al que organizaba a las peleas, este último pidió un megáfono, y dijo a través de esa herramienta:

— ¡bien echo luchadores! Pero nuestro benefactor parece que quiere ver la pelea estelar—el organizador miro un reloj que estaba en una pared— y tal parece que ya les falta pocos minutos. Les daremos solo cinco minutos de descanso, y después seguirán peleando, pero ahora va a ser una pelea más fuerte.

Los luchadores se alejaron, y empezaron a descansar. Algunos hombres de Angus bajaron al rin, y les dieron agua y algo de pan a esos luchadores.

Pude observar cómo unos pájaros que tenían un color blanco en las puntas de sus plumas entraron volando, haciendo poco ruido. Esos pájaros se pusieron alrededor de todo el lugar, posicionándose en un lugar alto, donde casi nadie podría alcanzarlos. Después de unos pocos segundos entro Brandan. Uno de los pájaros se posó en el hombro derecho de Brandan, mientras a caminaba hacia mí. Ese pájaro era diferente a los demás, ya que esa ave era de un color café oscuro, pero eso no es todo lo que diferencia a esa ave, no, ya que tiene una cola en forma de lira, eso es lo diferente de esa ave con otras.

— ¿Quién es Angus? —me pregunto Brandan.

Le dije quién era y en donde estaba. Brandan mando al pájaro que tenía en su hombro, a un lugar alto y cercano de Angus.

—bueno—continuo Brandan—a ver la pelea.

Un cobrador de apuestas empezó a pasar, mientras gritaba que quien de los dos iba a ganar. Brandan se acercó y aposto por uno, me miro y me pregunto:

— ¿tú no vas a apostar?

Aposte por el contrario al que aposto Brandan y este con una sonrisa dijo:

 —tu siempre con la contraria

Yo nada más sonreí y afirmé con un:

—ya sabes como soy

Los luchadores recibieron unas manoplas hechas de metal, se acercaron, y se soltó el primer golpe. La sangre que salió esta vez fue más, y el dolor que tuvo el que recibió ese golpe hizo hacerse un poco para atrás, pero rápidamente respondió, golpeando en el abdomen a su atacante, y este también sintió el golpe. La pelea no duro mucho, ya que el luchador por el cual yo había apostado había caído inconsciente en el agua, debido a un golpe directo en la mandíbula, rompiéndola en el acto. El público gritaba, mientras que algunos lo hacían por emoción, algunos mentaban madres. El luchador (el que yo aposte) estaba sangrando, mientras que el agua sucia tocaba su destruida cara y a sus heridas. Al luchador, lo levantaron, y se lo llevaron. Mientras que, al otro, lo sacaron, mientras le daban su dinero.

Yo tuve que pagar lo que había apostado, mientras que Brandan recibía su dinero con una risa.

Una figura encapuchada llego al lugar, y rápidamente se acercó a Angus. Angus y esa figura estaba llevando una conversación. Arnoldo parecía algo intrigado en esa figura, y había veces que miraba de más y sin ser cuidadoso. Angus noto eso, y envió a uno de sus hombres para que Arnoldo no estuviera de chismoso. Es hombre camino lentamente y con seguridad hacia Arnoldo, mientras veía directamente a su objetivo, por si se le quería escapar. Arnoldo se quedó quieto, mientras veía a ese hombre caminar hacia él. Ese hombre le dijo de un tono “amigable” que se fuera. Arnoldo no quería causar problemas e hizo caso, saliendo del lugar, mientras era escoltado por el personal de Angus.

El tiempo paso, y la pelea estelar ya estaba a punto de empezar, la gente gritaba y apostaba, mientras se presentaban a los peleadores. Iniciaron la pelea, y los golpes y patadas empezaron a soltarse. La figura encapuchada, se levantó, y le dijo algo a Angus. Al principio Angus puso una cara de preocupación, pero rápidamente la cambio por una de tranquilidad, y después de eso, la figura encapuchada se fue.

El doctor entro rápidamente con preocupación, mientras pedía permiso. Tenía una carpeta de color amarillo entre sus manos, que protegía como si se tratara del santo grial. Angus vio al doctor soltando una pequeña sonrisa, llamo a uno de sus hombres, y le dijo algo. Este hombre se dirigió a otro, y después ellos se separaron por el lugar en lugares donde había gente, y podrían ver todos los movimientos que, hacia el doctor, y más importante, los movimientos y ordenes de Angus.

El doctor entrego la carpeta, y Angus recibió. Angus abrió la carpeta con una cara de felicidad, estoy seguro de que dijo <>, lo sé, porque lo pude leer en sus labios y en la expresión de su cara. Angus parecía complacido cada vez que veía un papel con información, y cada vez que eso pasaba su sonrisa se hacía cada vez más grande y repulsiva, pero esa sonrisa desapareció de golpe. Angus no dijo nada, solo se quedó viendo la mano del doctor, el cual solo tenía un dedo cortado. << ¿Por qué no tienes dos dedos cortados?>> Angus lo pensó, estoy seguro de eso, pero en vez de decir eso, volvió a ver al doctor mientras su sonrisa repulsiva regresaba a su horrible cara.

El doctor parecía que se quería ir, volteaba a todos lados, se sentía en peligro. Después paso a la desesperación, sus ojos lo decían a gritos <>. El doctor siguió mirando, buscando la mínima señal de que estábamos en ese lugar. Angus noto eso, así que lo invito a sentarse junto a él. El doctor acepto dudoso, y con movimientos torpes y lentos se sentó. El miedo era visible en su cara, y la desesperación por buscarnos a Hércules y a mí crecía.

La pregunta que tanto temía llego:

— ¿Qué le paso a tu mano doctor? —decían los labios de Angus, mientras que sus ojos estaban fijos en esa mano.

El doctor parecía estar llenándose más y más de miedo, así que se levantó, pero Angus le detuvo, para después preguntarle más cosas, que ponían más nervioso al doctor.

La puerta oxidada soltó un chillido rápido, al cual la gente no escucho por escuchar los golpes y los chapoteos en el agua. Muchas pisadas empezaron a hacer sonar la madera con sus pesados y rápidos pasos, pero los peleadores lo cubrieron con sus empujones y golpes en las paredes de madera. Y al final esos que subieron rápida y pesadamente se hicieron notar. se escuchó un balazo, y un ¡quietos! La policía había llegado.