V

El doctor había controlado la sangre, y estaba sentado en un sillón, mientras se ponía una inyección contra el tétanos.

—él sabe varias cosas cuervo—me dijo Hércules mientras señalaba al doctor—está dispuesto a cooperar, dice que es lo mínimo que puede hacer.

—así es—respondió el doctor—pregunte todo lo que quiera, yo…yo hablare sin problemas.

Le pregunte sobre lo que le iba a entregar a Angus.

—le iba a dar algunas muestras de un hongo llamado: Amanita Muscaria. verán—murmuraba el doctor mientras se ponía de pie, y caminaba a un lugar de la biblioteca— ese hongo es muy toxico y mortal—empezó a buscar un libro—aunque creo que lo va a ocupar para hacer más drogas, ya que si consumes ese hongo puedes delirar, y sé que digo puedes, pero en realidad es que ¡VAS A DELIRAR! —el doctor encontró el libro y lo empezó a hojear—vea, es este hongo.

El doctor me dio un libro donde venia los detalles de ese hongo. Hércules se acercó a mí, vio el libro con curiosidad y me dijo al oído: <>, yo solo le conteste con un <>.

—Dígame algo doctor— le di el libro al doctor cuando terminé de echarle un vistazo rápido— ¿quiere usted cooperar con nosotros?

—si eso garantiza mi seguridad, sí.

—bien, usted va a ir mañana a la pelea de mañana y….

— ¿disculpe? —me interrumpió haciendo una cara de confusión— ¿usted quiere que yo…?

Levante levemente la mano con el dedo índice apuntando al techo y le dije: —se lo que parece, pero necesitamos la información. No se preocupe por la seguridad, nosotros estaremos cuidándolo en todo momento.

El doctor se quedó callado un momento, se acercó a la ventana, y empezó a mirar la luna.

—está bien, confió en ustedes—termino diciendo el doctor—solo debo encontrar unos papeles para entregarle mañana.

 Le pedí ayuda a Hércules para que le ayudara a buscar al doctor. Después de unas pocas palabras, me retiré por el agujero que había en la reja, y me fui al callejón donde había puesto a aquel joven.

La espera no fue tan larga como esperaba. El joven se despertó algo confundido, mientras yo estaba apoyado de pie en una pared. La luz me alumbraba los pies y algo del torso.

—al fin despiertas— murmure, mientras cerraba y guardaba mi reloj.

— ¿quién eres tú, y que me hiciste? —el joven volteo a todos lados— ¡respóndeme! —grito.

El joven saco su navaja y me apunto con ella. Sus manos temblaban, y su cara estaba llena de miedo y preocupación.

—estas aferrado a esa navaja como un creyente a una cruz cuando tiene miedo. ¿Qué te da tanto miedo?

El joven volteo a los lados, y empezó a murmurar—¡o no!, Ángelo me va a matar, deje pasar a alguien.

—no lo va a hacer, porque él ya lo está.

—entonces, si ya hiciste lo que tenías que hacer, ¿Qué haces aquí?

Me acerque al joven, y la luz empezó a alumbrarme completamente. El joven pareció asustarse más, y fue entonces que tome la decisión de quitarme la máscara y decirle:

—porque no quiero que tu joven alma acabe como la de todos nosotros. Regresa a casa, ve con tu madre y tu padre, arrepiéntete, y busca un trabajo digno.

El joven bajo la navaja, y miro tristemente el suelo.

—no tengo familia—murmuro tristemente—mi padre murió en el mar, y mi madre murió hace medio año.

Se lo que están pensando, pero no podía hacerlo, ya que él es más grande de lo permitido, así que saqué un pequeño papel y puse algo de información en morse, seguido de mi firma.

—ten—le dije al joven, mientras le daba el papel— dile a uno de los guardias del emperador que te llevé con Lord Tighern, se van a reír, eso es normal, pero mantente en el lugar, y enséñale el contenido. Con ese papel podrás entrar a las fuerzas militares, conociendo a Lord Tighern, te va a decir que elijas.

El niño parecía dudar.

—yo te estoy dando una opción, tú decides si la vas a tomar o la vas a tirar— me empecé a alejar—además, es mejor morir haciendo el bien, que haciendo el mal— le dije mientras tomaba algo de droga que tenía en su bolsillo— ¿no lo crees? — el joven se quedó sin palabras.

Miré al joven, y me empecé a alejar, mientras le decía:

—la decisión es tuya, y solo tú puedes decidir. Espero que hagas lo correcto.

La oscuridad me cubrió totalmente, y salí del callejón.

Camine por las calles oscuras de Dinas Gaerog, mientras veía los negocios nocturnos alumbrados con focos y con velas. Recuerdo que alado de uno de esos negocios—un burdel—encontré a Brandan acostado en la oscuridad. El solamente tenía puesto su pantalón de color rojo vino, lo demás se lo habían quitado. Me acerqué a él, y lo primero que le dije fue <>. Lo levanté, y me fui al Palacio con él. Me tuve que escabullir para entrar al nido, ya que ni los guardias, ni los sirvientes nos conocen.

Arnoldo estaba haciendo algo en una mesa. Acosté a Brandan en el suelo, en una posición que por si vomitaba no se ahogara. además, le enrede alrededor de la cintura una cinta roja, ¿por qué?, pues fue porque lo escuche de unos borrachos, y les dijo que les funcionaba, así que por si las dudas.

— otra vez se pasó —murmuro Arnoldo, mientras se acercaba a ver a Brandan—su dolor es demasiado, espero que algún día encuentre la paz que lo merece.

—también lo espero, Brandan es un gran amigo, y nada me alegraría más que ver a Brandan feliz de nuevo.

—lo mismo digo amigo, lo mismo digo.

Para dirigir y quitar tantos sentimientos negativos que estaban llegando, le pregunte e Arnoldo que, que era lo que estaba haciendo. El me respondió mientras se acercaba a la mesa donde estaba trabajando.

—Brandan me dio una idea, y quise hacer lo mismo— tomo un silbato con forma de ratón y me lo dio—ten. Este silbato va a llamar a una horda de ratones que devoraran todo a su paso.

—hablando de devorar— le dije, para que después le pidiera que, si por favor me ayudaba a deshacerme del cuerpo sin vida de Ángelo, que estaba en las alcantarillas. El acepto, para que a continuación se dirigiera a la dirección que le dije.

El tiempo paso, y cuando yo estaba comiendo algo, se escuchó la voz de Hércules que se dirigía a mi preguntándome.

— ¿porque dejaste a ese pobre diablo así? lo dejaste todo deforme, ya no tenía rostro, Giovanni, a ese pobre diablo lo dejaste sin un ojo, sin la nariz, y sin las orejas. Pero no te sientas tan generoso solo por dejarle tres dedos y cinco dientes

—opino lo mismo—añadió Arnoldo— tal parece que Brandan no fue el único que se pasó esta noche.

eso ultimo desvío a Hércules de lo que quería decir, y en vez de algo contra mí, pregunto— ¿otra vez Brandan? Y… ¿Cómo esta?

—ya está bien. Ya dejo de vomitar—le respondí a su pregunta sobre Brandan.

Hércules se calmó.

—ya disculpa, si me pase, y lo lamento, pero gracias a eso conseguí información valiosa.

Les dije todo lo que me dijo.

—pero eso no fue todo Giovanni—replico Hércules—el doctor me dijo que esas peleas clandestinas son espontaneas, y es muy rara la ocasión que hacen peleas dos días seguidos. también el doctor me dio la hora en la va a estar en ese lugar, según él va a ser a las 20:30, y la estelar va a ser a las 22:00. Va a ser en esa última pelea en la que el doctor va a entregar la información.

Seguimos compartiendo información. Le pedimos a Arnoldo que nos ayudara en esta operación, y el acepto, y según sus propias palabras: <>. Estábamos planeando, y después fuimos a dormir un poco.