101: Una Belleza Que Cautiva la Ciudad _4

—Mamá, yo también debería regresar —continuó Sawyer Thompson.

—Tú te quedas —dijo la Sra. Thompson fríamente.

Sawyer no tuvo más remedio que detenerse.

—Ve a cerrar la puerta —dijo la Sra. Thompson después.

Sawyer fue y cerró la puerta.

—¡Esto no puede seguir así! —dijo la Sra. Thompson mirando a Sawyer.

—Mamá, ¿qué quieres decir? —preguntó Sawyer.

—¿No lo ves? ¡Sylvia es una alborotadora! —frunció el ceño la Sra. Thompson.

—Mamá, la ignorancia no es un crimen. Sylvia todavía es solo una niña. Por favor, dale una oportunidad —dijo Sawyer sintiendo que la Sra. Thompson estaba exagerando.

—¡Hoy se atreve a poner peras en la sopa a propósito, mañana podría envenenarla! —la Sra. Thompson se levantó de su silla—. Encuéntrale una pareja rápidamente.

Era imposible expulsar a Sylvia del Thompson Clan después de todos estos años.

La mejor solución ahora era casarla.

¡Si no, sería un gran problema!

—Mamá, Sylvia todavía está en la universidad —dijo Sawyer algo impotente.