—Querido Rey Esqueleto, el Rey Inframundo ha despertado. Los guardias están aquí. ¡La situación es crítica!
La carta era muy corta. Era una carta tan breve, pero contenía palabras que hacían sentir impotente al rey de los esqueletos...
Todo esto... era real...
Esa persona... había regresado...
¡Plutón...!
¡Plutón había despertado!
¡Ese hombre... realmente había despertado...!
El Rey Esqueleto se frotó dolorosamente la frente, su inexistente sien.
—Ah, cierto, mi respetado Rey Esqueleto, tengo una cosa más que decirle. Es algo que mi rey me ha instruido repetidamente hacer.
El mensajero se arrodilló una vez más, su rostro lleno de respeto.
—Habla, ¿qué es? —el Rey Esqueleto se sentía extremadamente impotente.
El mensajero bajó la cabeza disculpándose.
—Lo siento, le he molestado, mi Rey Esqueleto.
—No es nada, solo habla del asunto.
El mensajero asintió. Después de recibir la comprensión del Rey Esqueleto, finalmente se atrevió a hablar del asunto.