¡La Puerta Fantasma... Está Abierta!

Li Nianfan estaba repentinamente muy curioso. Quería preguntarle si había estado en una relación antes.

Sin embargo, sus últimos rastros de racionalidad vencieron su impulso.

La curiosidad mató al gato. Mantenerse vivo era más importante.

—Xiao Bai, hemos terminado. Ven a limpiar la mesa —le dijo Li Nianfan a Xiao Bai.

—Sí, mi querido maestro —Xiao Bai medio se contoneó y trotó hacia allá.

¡Crash!

La forma en que Xiao Bai limpió la mesa fue brusca y brutal. Simplemente arrojó los platos al estanque, sorprendiendo a la multitud.

¡No mostró ningún respeto por los Últimos Tesoros Espirituales Celestiales!

Ziye miró a Li Nianfan y dudó por un tiempo. Finalmente, con un sentimiento extremadamente inquieto y emocionado, dijo:

—Se-Señor Li, después de escuchar 'Investidura de los Dioses', tengo una idea infantil... No sé si debería compartirla o no.

Li Nianfan se detuvo ligeramente. Preguntó con curiosidad:

—¿Qué idea?