Para la gente común, la magia era como trucos, pero también diferente de ellos. Al mismo tiempo, aunque eran geniales y deslumbrantes, también llevaban consigo una temible destructividad.
Sin embargo, todos los Magos eran muy conscientes de que la magia en realidad no era tan asombrosa: había una forma específica y particular de lanzar cada hechizo.
Cómo recitar la invocación del hechizo;
Cuántos elementos mágicos debían reunir;
Cómo debían organizarse los elementos mágicos;
Todos estos aspectos tenían sus propios patrones y reglas específicas. Cometer un error en cualquiera de ellos causaría que el lanzamiento del hechizo fallara.
Lo que esto significaba era que la Técnica de Bola de Fuego tenía su propia forma de organizar los elementos mágicos mientras que el Juicio del Loto de Fuego también tenía su propio conjunto de pasos para lanzar el hechizo. Una vez que se habían lanzado, los hechizos quedarían grabados en piedra, y no habría forma de alterarlos más.