Debajo del Árbol de la Vida y dentro del escudo dorado, todos habían perdido toda esperanza. Muchos de ellos desahogaron su odio contra Meng Lei.
—¡Bastardo!
—¡Todo es su culpa! ¡Si no hubiera sido por él, no estaríamos en esta situación!
—¡Ese idiota nos jodió tanto!
—¡Se acabó! ¡Todo se acabó!
—Qué idiota tan patético y tonto. ¿Realmente tiene delirios de resistencia? ¡Qué broma! ¡Qué ridículo! Trágico...
¡Boom!
Sin embargo, fue en este momento cuando innumerables corrientes de aire verdoso-negras estallaron repentinamente desde Meng Lei, quien había sido aprisionado en el lugar por el Dominio de Dios del Árbol de la Vida y no podía mover ni un dedo.
Como llamas cian ardientes y también como señales de humo espesas y turbulentas de guerra elevándose hacia el cielo, envolvieron a Meng Lei en un instante.
¡Boom!
Como si se disparara hacia el cielo, el aura de Meng Lei se disparó y se expandió de manera insana.
10, 50, 98, 99...
¡Boom!