Enfrentando a la Deidad Malvada, Redención Extrema de Crédito

Algo asombroso sucedió.

Poco a poco, el rostro de Abbe comenzó a rellenarse y tornarse rosado. Su débil aura también empezó a fortalecerse nuevamente...

—¡Funciona! ¡La rama del Árbol de la Vitalidad está funcionando! —Meng Lei no pudo evitar dar un suspiro de alivio—. ¿Cómo te sientes, Abbe?

—No deberías haberme salvado, Meng Lei.

Abbe, quien había recuperado un poco de espíritu, miró aturdida a Meng Lei mientras una capa de neblina se formaba en sus hermosos ojos.

—¡No deberías haberlo hecho!

—Sin importar qué, somos compañeros de casa y de clase. Sería inexcusable dejarte morir cuando salvarte está dentro de mis posibilidades.

Con una risa, Meng Lei ayudó a Abbe a levantarse y dijo:

—Vamos. Salgamos de este lugar y hablemos cuando lleguemos a un lugar seguro.

—¡De acuerdo!

Abbe no dijo nada más. Apoyó su cabeza contra el pecho de Meng Lei, escuchando sus fuertes latidos...

El abrazo de Meng Lei de repente se sentía tan seguro, tan firme y tan cálido para ella...