Fin del entrenamiento y Comenzado un Nuevo Viaje

Pasó un año y medio más de entrenamiento extremo. Ahora, Yamcha y Launch entrenaban con caparazones de 100 kilos. Su resistencia y velocidad habían alcanzado niveles increíbles. Ya no eran niños comunes y corrientes, sino verdaderos artistas marciales con un poder descomunal para su edad.

Sus niveles de poder ahora eran:

Yamcha: 115

Launch: 105

Maestro Roshi: 140

A sus 9 años, Yamcha y Launch se sentían más fuertes que nunca. Habían perfeccionado las dos técnicas insignia de Roshi: el Kamehameha y el Bankoku Bikkuri Shō. La emoción de haber alcanzado este nivel era enorme, pero Yamcha tenía otros planes en mente.

—Maestro Roshi, quiero pedirle algo —dijo Yamcha con seriedad.

—¿Ah? ¿Qué cosa, muchacho? —preguntó el anciano, curioso.

—Quiero su esfera del dragón. Necesito hacer un deseo.

Roshi lo miró sorprendido por la petición. Se rascó la barba y suspiró, observando a su joven discípulo con atención.

—Hmph…No entiendo para que lo quieres pero te lo daré igualmente 

Yamcha lo recibio emocionado, pero evitó revelar sus verdaderas intenciones. Antes de que pudiera responder, Launch se adelantó.

—¡Si Yamcha va, yo también quiero ir! —dijo con determinación.

El joven guerrero sonrió. Le agradaba la idea de tener compañía en su próxima aventura.

—De acuerdo, vendrás conmigo, Launch.

Ambos sentían una mezcla de emoción y ansiedad. Para Yamcha, encontrar las esferas del dragón no solo era una forma de cumplir un deseo, sino también una oportunidad de cambiar el destino de los guerreros de la Tierra. No quería que la humanidad se resignara a ser solo espectadores de las grandes batallas.

Launch, por su parte, veía la aventura como una oportunidad de probar su fuerza contra nuevos desafíos. Desde que había empezado a entrenar con Roshi, había desarrollado un amor por la pelea, tanto en su versión de cabello azul como en su versión rubia. La idea de enfrentarse a enemigos poderosos y descubrir más sobre el mundo la emocionaba.

Roshi les explicó que su hermana, Uranai Baba, era una adivina poderosa que tenía a su servicio a guerreros formidables. Además, les advirtió que encontrar las esferas del dragón no sería una tarea sencilla, ya que estaban repartidas por todo el mundo y algunos lugares serían peligrosos para dos niños, por más fuertes que fueran.

—Si realmente van a hacerlo, necesitarán un buen plan —dijo Roshi, cruzándose de brazos—. Hay muchas cosas que no pueden resolver solo con la fuerza.

Yamcha asintió y luego agregó con entusiasmo:

—Maestro Roshi, después de mi viaje, ¿nos podría llevar a conocer a su hermana? Quiero enfrentarme a los guerreros que tiene bajo su mando. Sería una gran oportunidad para medir nuestra fuerza contra oponentes poderosos.

Roshi arqueó una ceja y dejó escapar una pequeña risa.

—Vaya, no pierdes el tiempo, ¿eh? Bueno, si realmente quieres probarte contra ellos, supongo que no hay problema. Pero no subestimen a esos combatientes, son mucho más fuertes de lo que creen. Yamcha vio esto como una oportunidad.

Si Uranai Baba realmente podía ver cualquier cosa, podría indicarle el paradero de los otros guerreros Z, como Krillin, Tenshinhan, Chaoz y Yajirobe. También pensaba en encontrar a Mr. Satan, ya que siempre le había tenido cierto cariño al personaje. Si lograba hacerlo más fuerte, los torneos canónicos serían mucho más interesantes.

Con su objetivo claro, Yamcha y Launch se prepararon para partir. Su primer destino sería la casa de Bulma, donde esperaban que el Dr. Brief les fabricara un radar del dragón para facilitar su búsqueda. Sin perder tiempo, se dirigieron directamente a la Capital del Oeste, hogar de la gigantesca corporación Capsule Corp. Al llegar, ambos quedaron impresionados por el estilo futurista de la ciudad, con sus enormes rascacielos, vehículos flotantes y avanzadas tecnologías desarrolladas por Capsule Corp.

Maravillados por el lugar, decidieron preguntar a un oficial de la ciudad dónde podían encontrar la sede principal de la corporación.

Se acercaron a un hombre uniformado que parecía patrullar la zona.

—Disculpe, señor —dijo Yamcha con respeto—, ¿puede decirnos cómo llegar a Capsule Corp?

El oficial los miró con curiosidad. No era común que dos niños preguntaran por la sede de la compañía más importante de la ciudad.

—¿Capsule Corp? Claro, está a unas cinco cuadras en esa dirección —respondió, señalando una gran cúpula visible a la distancia—. Sigan el camino principal y no tardarán en llegar.

—¡Muchas gracias! —exclamó Launch con entusiasmo.

Ambos se despidieron rápidamente y comenzaron a avanzar con emoción. La gran aventura apenas comenzaba.

Tras caminar unas cuadras, finalmente llegaron a las enormes puertas de Capsule Corp. Yamcha presionó el timbre y esperaron ansiosos. Para su sorpresa, quien les abrió la puerta no fue Bulma ni el Dr. Brief, sino una joven de cabello rubio y expresión amigable.

—¿Sí? ¿En qué puedo ayudarles? —preguntó la chica con curiosidad.

Yamcha la reconoció al instante. Era Tights, la hermana mayor de Bulma. Su presencia le hizo pensar que Yaco, el patrullero galáctico, podría estar en la Tierra en ese momento, lo que lo emocionó, ya que recordaba que en esta época Yaco tenía un nivel de poder de aproximadamente 1000.

Recuperándose de la sorpresa, Yamcha preguntó con cortesía:

—Disculpe, señorita, ¿se encuentra el Sr. Brief? Tenemos un favor que pedirle.

Tights los observó con una mezcla de curiosidad y amabilidad.

—¡Vaya, qué sorpresa! No todos los días recibimos visitas de niños tan peculiares. ¿Y qué tipo de favor necesitan del viejo? —preguntó con una sonrisa.

—Queremos que nos ayude a fabricar un radar del dragón —respondió Yamcha con confianza.

Tights arqueó una ceja y luego sonrió con diversión.

—Bueno, pasen. No sé si papá está ocupado, pero seguro que querrá conocerlos. Y Bulma también querrá saber qué hacen aquí.

Abriendo la puerta de par en par, les hizo un gesto para que entraran. Al ingresar, quedaron fascinados por la avanzada tecnología que adornaba el interior. Pasillos brillantes, cápsulas de almacenamiento y robots de asistencia se movían de un lado a otro con eficiencia.

Poco después, una joven de cabello azul apareció en escena. Bulma, de unos diez años, los miró con curiosidad.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó con cierto desdén infantil.

—Soy Yamcha y ella es Launch —respondió él con una sonrisa amigable—. Venimos a ver al Dr. Brief para pedirle un pequeño favor.

—¿Un favor? —Bulma entrecerró los ojos con suspicacia—. ¿Qué quieren exactamente de papa?

—Bueno, queremos que nos ayude a fabricar un radar especial —dijo Yamcha con cautela, evitando mencionar las esferas del dragón.

Luego vino Tights y le dijo a Bulma porfavor no mlestes a los invitados a lo que Bulma respondio no los estaba molestando solo tenia curiosidad, luego nos llevo a ver a su padre. 

El Dr. Brief, un hombre de aspecto relajado con su característico bigote y un gato descansando sobre su hombro, los recibió con una sonrisa.

—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? —dijo el científico con voz calmada—. No todos los días recibimos visitas tan jóvenes. ¿En qué puedo ayudarles?

Yamcha, sin perder el tiempo, explicó su petición.

—Señor Brief, necesitamos un radar especial que nos ayude a rastrear ciertas esferas muy raras. ¿Cree que pueda construirlo?

El científico acarició su barba pensativo y luego sonrió.

—Oh, ya veo… Eso suena interesante. ¿Podrían contarme más detalles?

Al escuchar la historia, el científico se llevó una mano a la barbilla pensativo.

—Interesante… ¿Dicen que estas esferas pueden conceder deseos? —preguntó.

Entonces, Yamcha sacó la esfera que Roshi le había dado, y para sorpresa de todos, el Dr. Brief sonrió.

—¡Vaya! Creo que tengo una muy parecida en el garaje —dijo, sorprendiéndolos aún más.

Tights, quien escuchaba atentamente, se mostró interesada.

—¿Esferas mágicas que conceden deseos? Eso suena como una gran historia… —dijo emocionada—. ¿Saben qué? ¡Si papá les ayuda con el radar, quiero ir con ustedes! Necesito inspiración para mi próxima novela, la última que hice con Yaco fue un fracaso y hace tiempo que no lo veo.

Yamcha y Launch se miraron entre sí y luego sonrieron.

—¡Será un placer tenerte en el equipo! —dijo Yamcha con entusiasmo.

El Dr. Brief encendió su pipa y exhaló con tranquilidad.

—Bien, muchachos, puedo hacerles ese radar, pero tengo curiosidad… ¿Qué deseo planean pedir?

Yamcha cruzó los brazos, pensativo. Sabía exactamente lo que quería, pero no podía revelarlo tan fácilmente.

—Digamos que quiero asegurarme de que la humanidad tenga más guerreros fuertes en el futuro —respondió con una sonrisa.

Launch frunció el ceño.

—Yo aún no lo he decidido, pero quiero volverme más fuerte, así que tal vez algo que me ayude en eso —dijo, mirando con determinación.

Tights rió levemente.

—Vaya, no son niños comunes y corrientes… ¡Son artistas marciales con un gran sueño! Me gusta esta historia.

El Dr. Brief asintió, con una sonrisa divertida.

—Viendo su determinación y la forma en que se expresan, puedo decir que son más que simples niños. Tienen la energía de verdaderos artistas marciales. Estoy seguro de que lograrán grandes cosas.

Luego, se dirigió a su laboratorio y comenzó a trabajar en el radar del dragón.

—Denme un poco de tiempo, haré que este radar funcione a la perfección. Mientras tanto, pueden descansar y prepararse para su viaje —les dijo con confianza.

Yamcha, Launch y Tights intercambiaron miradas llenas de emoción. Su aventura apenas estaba comenzando.

Para hacer tiempo mientras el Dr. Brief terminaba su trabajo, Yamcha y Launch decidieron tener un combate de práctica en el amplio jardín de Capsule Corp. Tights, emocionada, sacó su libreta y se preparó para tomar notas, mientras algunos empleados del lugar se reunían curiosos para ver el enfrentamiento.

—No nos hemos enfrentado en serio desde que dejamos la isla del Maestro Roshi —dijo Yamcha, estirando sus brazos.

—¡Oh, esto será interesante! —exclamó Tights mientras se acomodaba para observar mejor.

El combate comenzó con un veloz intercambio de golpes y patadas. Ambos guerreros se movían a velocidades que apenas podían seguir con la vista. Yamcha lanzó un fuerte puñetazo, pero Launch lo esquivó con una voltereta y respondió con una patada giratoria que obligó a Yamcha a bloquear con ambos brazos.

—¡Nada mal, pero no suficiente! —dijo Yamcha antes de lanzar una ráfaga de golpes.

Launch esquivó la mayoría, pero recibió un impacto en el hombro que la hizo retroceder. Con una sonrisa, cargó hacia adelante y lanzó un fuerte rodillazo al abdomen de Yamcha, quien apenas logró bloquear a tiempo.

De repente, Yamcha y Launch desaparecieron por un instante, reapareciendo en diferentes posiciones del patio. Tights y el Dr. Brief quedaron perplejos.

—¿Eh? ¿A dónde fueron? —preguntó Tights, parpadeando confundida.

—Estaban ahí hace un segundo... —murmuró el Dr. Brief, ajustando sus gafas.

Antes de que pudieran procesarlo, Yamcha y Launch reaparecieron en medio del combate, con Launch lanzando un veloz codazo que Yamcha apenas esquivó girando sobre sí mismo.

—¡Creíste que podías sorprenderme, ¿eh?! —exclamó Launch con una sonrisa desafiante mientras contraatacaba.

Yamcha, sorprendido por la rapidez de Launch, retrocedió y comenzó a moverse en zigzag, aumentando su velocidad. Sin embargo, Launch no se quedó atrás y aceleró su propio ritmo. La batalla se intensificó, con ambos luchadores intercambiando golpes en un torbellino de movimiento que dejó a Tights completamente asombrada.

—¡Increíble! ¡Son demasiado veloces! —exclamó, tratando de seguir la pelea con la mirada.

Ambos guerreros chocaron nuevamente, deteniéndose con las manos entrelazadas en un punto muerto, ambos estaban emociónados pro este combate.

—¡Eso fue increíble! —dijo Tights, escribiendo rápidamente en su libreta—. ¡Definitivamente tengo que incluir una pelea así en mi próxima novela!

Yamcha y Launch se separaron y, sin perder tiempo, volvieron a lanzarse el uno contra el otro. Launch giró en el aire y lanzó una serie de patadas relámpago, obligando a Yamcha a bloquear con rapidez. Cada impacto resonaba con fuerza, levantando pequeñas ondas de choque en el suelo. Yamcha retrocedió con una voltereta y, al aterrizar, se impulsó con fuerza para contraatacar con un veloz gancho ascendente. Launch lo esquivó inclinando su cuerpo hacia atrás con agilidad felina, apenas sintiendo el viento del golpe pasar rozando su barbilla.

Aprovechando su inclinación, Launch usó la fuerza de su torso para girar en el aire y lanzar una patada giratoria descendente. Yamcha reaccionó al instante, cruzando los brazos en una guardia firme y deteniendo el golpe, pero la presión lo hizo hundir los pies en el suelo. Con una sonrisa desafiante, Yamcha usó su fuerza para empujar a Launch hacia atrás y, en un movimiento veloz, desapareció de la vista de todos.

—¿Dónde se fue? —preguntó Tights, intentando seguir la pelea con la mirada.

De repente, Launch sintió un golpe de aire detrás de ella. Giró en el último instante y apenas alcanzó a ver la sombra de Yamcha antes de recibir un puñetazo directo al estómago. El impacto la lanzó varios metros hacia atrás, pero se recuperó con una voltereta en el aire, aterrizando con firmeza.

—¡Así que dominas el Zanzōken! —exclamó Launch con una sonrisa feroz, limpiándose la comisura de los labios—. Pues no eres el único —exclamó.

Yamcha no respondió. En cambio, flexionó las piernas y se lanzó nuevamente contra ella. Launch hizo lo mismo y ambos guerreros desaparecieron en destellos de velocidad, apareciendo y desapareciendo por todo el patio mientras intercambiaban golpes a una velocidad sobrehumana. Sus puños chocaban en destellos de energía, generando pequeñas explosiones de fuerza cada vez que sus ataques impactaban.

De repente, Launch logró anticipar el movimiento de Yamcha y, con una finta veloz, apareció a su espalda.

—¡Te tengo! —gritó con una sonrisa confiada.

Antes de que Yamcha pudiera reaccionar, Launch giró sobre sí misma y le propinó una patada ascendente en la mandíbula, haciéndolo elevarse en el aire. Sin darle tiempo a recuperarse, saltó tras él y encadenó una serie de golpes rápidos, empujándolo aún más alto. Con un grito de esfuerzo, lanzó una última patada giratoria que lo envió directo hacia el suelo.

Yamcha logró estabilizarse justo antes de tocar el suelo, aterrizando con un impulso controlado. Se frotó la mandíbula con una sonrisa desafiante.

—Nada mal… pero ahora me toca a mí.

Finalmente, Yamcha vio una apertura y saltó alto en el aire.

—Launch, te mostraré mi técnica especial —anunció con confianza.

Concentrando su energía, Yamcha giró sobre sí mismo y lanzó una feroz ráfaga de aire cortante con su palma extendida.

—¡Rōgafūfūken! —gritó mientras descendía como un lobo acechando a su presa.

Launch intentó esquivar, pero la rapidez y precisión de la técnica la tomaron por sorpresa. Yamcha lanzó una serie de golpes en espiral que la rodearon como el ataque de una bestia salvaje. Con el último golpe, un puñetazo giratorio potenciado con su energía, Launch fue lanzada varios metros antes de que lograra recuperar el equilibrio con una acrobacia en el aire.

Tights y el Dr. Brief observaron asombrados la demostración de poder y habilidad.

—Bien, muchachos, su radar está listo. Parece que su viaje comenzará pronto —dijo el Dr. Brief con una sonrisa, saliendo del laboratorio con el dispositivo en la mano.

Tights, aún con la emoción del combate grabada en su mente, no podía creer lo que había presenciado. Hasta ese momento, siempre había pensado que solo los extraterrestres como Jaco poseían una fuerza sobrehumana, pero estos dos niños habían demostrado un poder impresionante. Su entusiasmo aumentó aún más, sintiendo que esta aventura no solo inspiraría su próxima novela, sino que también la llevaría a descubrir cosas increíbles sobre el mundo.

—¡Definitivamente quiero acompañarlos! —exclamó con una sonrisa radiante—. ¡Esto es más emocionante de lo que imaginé!

Yamcha y Launch intercambiaron una última mirada antes de asentir con determinación. Su aventura apenas comenzaba, y estaban listos para lo que viniera.

El radar del dragón guió a Yamcha, Launch y Tights hacia una región montañosa cubierta de densos bosques. Al aterrizar en el Monte Paoz, sus ojos se posaron en una pequeña casa de madera. Según el radar, la Esfera de 4 Estrellas estaba justo allí.

Cuando se acercaron, la puerta se abrió y de ella salió un anciano de complexión robusta con una larga barba blanca. Su mirada era tranquila, pero llena de energía.

—¡Vaya, vaya! ¿Qué los trae por aquí, jóvenes? —preguntó con una sonrisa.

—Buscamos la Esfera del Dragón de 4 Estrellas. Según nuestro radar, está en esta casa —respondió Yamcha con respeto.

El anciano rió entre dientes y acarició su barba.

—Ah, esa esfera. La tengo desde hace mucho tiempo. Pero no se la entregaré así como así. ¿Qué les parece si lo decidimos con un combate? de manera picara

Yamcha y Launch intercambiaron miradas. Yamcha conocía al abuelo Gohan el era muy fuerte y sabía que enfrentarlo no sería fácil. Por eso, antes de asumir posición de combate, miró a Launch con determinación.

—Vamos a necesitar trabajar juntos si queremos siquiera hacerle algo —susurró.

Launch bufó y cruzó los brazos. —Hmpf... No me gusta trabajar en equipo, pero está bien. Solo porque quiero ver cómo peleas en serio.

Ambos asumieron una posición de pelea, mientras que el anciano simplemente se paró con los brazos a la espalda.

—Pueden atacarme cuando quieran.

Yamcha fue el primero en moverse, lanzándose con una ráfaga de golpes rápidos. Para su sorpresa, el anciano los esquivó con facilidad, inclinando apenas el cuerpo. Launch intentó rodearlo y atacar desde otro ángulo, pero su puñetazo solo encontró aire. Era como si el anciano supiera exactamente qué harían antes de que lo hicieran.

—Tienen talento, pero aún les falta mucho. —Gohan sonrió y, en un instante, desapareció de su vista.

Aprovechando la distracción, Launch intentó distraerlo y atacó con una serie de patadas y puñetazos rápidos, buscando acorralarlo. Yamcha intentó sorprenderlo con una veloz patada giratoria, pero Gohan la bloqueó con facilidad y lo tomó del pie, lanzándolo contra el suelo. Sin perder tiempo, Launch saltó sobre él con un rodillazo descendente, pero el anciano giró sobre sí mismo y la esquivó con un elegante movimiento.

Yamcha se incorporó rápidamente y ambos volvieron a la carga con ataques sincronizados. Gohan se movía entre ellos con fluidez, bloqueando y esquivando con maestría. En un instante, lanzó una palmada al aire, generando una onda de choque que los hizo retroceder.

—Nada mal —comentó el anciano—, pero aún no es suficiente.

Yamcha apretó los dientes y se apartó unos pasos. Canalizó su energía, mientras Launch corría hacia Gohan para mantenerlo ocupado.

—¡Kamehameha! —gritó Yamcha, liberando una poderosa onda de energía hacia Gohan.

El anciano levantó una mano y, con un poco de esfuerzo, logró desviar el ataque, disipándolo en el aire. Antes de que Launch o Yamcha pudieran reaccionar, Gohan se movió con velocidad abrumadora. En un parpadeo, apareció detrás de ellos y con un suave pero certero golpe, los dejó fuera de combate.

Tights, que había estado observando desde un costado, abrió los ojos de par en par, completamente impresionada por la facilidad con la que el anciano los había derrotado. No era un ataque para lastimarlos, sino para demostrar la diferencia abismal entre sus niveles de poder.

—Increíble... —murmuró Yamcha, frotándose la cabeza.

—Entrenan bien, pero aún pueden mejorar mucho. —El anciano los ayudó a levantarse. En ese momento, una pequeña figura salió de la casa. Un niño con cabello alborotado y un bastón a la espalda los observó con curiosidad.

—Abuelo, ¿quiénes son ellos? —preguntó el niño.

—Son visitantes en busca de la Esfera del Dragón, Goku.

Los ojos del niño brillaron con entusiasmo.

—¡Wow! ¡Yo tengo una! —dijo, sacándola de su ropa y mostrándola.

El abuelo Gohan rió y asintió.

—Ahora que veo su estilo de pelea, me doy cuenta de que son alumnos del Maestro Roshi. En ese caso, les daré la esfera.

Yamcha se inclinó levemente al recibir al esfera y habló con determinación.

—Le prometemos que se la devolveremos. No solo porque es suya, sino porque queremos una revancha cuando seamos más fuertes.

Gohan sonrió con aprobación al escuchar esas palabras.

—Me parece bien que unos jóvenes como ustedes tengan tanto entusiasmo por hacerse más fuertes —dijo alegremente—. También, si ven al Maestro Roshi, mándenle mis saludos.

Luego, el anciano sacó un pequeño paquete y se lo entregó a Yamcha.

—Denle esto de mi parte. Estoy seguro de que le traerá buenos recuerdos.

Yamcha y Launch asintieron con respeto.

—Lo prometemos.

Tomaron la esfera y agradecieron al anciano, Tights no pudo evitar expresar su asombro.

—El mundo es realmente fantástico... Un abuelo como Gohan es tan poderoso. ¡No puedo creerlo!

Yamcha sonrió y asintió.

—Pues claro, él también fue discípulo del Maestro Roshi —afirmó Yamcha.

Gohan asintió con una sonrisa y añadió:

—Hace ya muchos años, entrené bajo su tutela junto a mi compañero Gyuma. Después de nuestro entrenamiento, participamos en el Torneo Mundial de las Artes Marciales. Fue una experiencia increíble, llena de desafíos y combates memorables. Fueron tiempos difíciles, pero llenos de aprendizaje. El Maestro Roshi es un gran maestro, y ustedes están en el camino correcto si entrenan con él.

Launch cruzó los brazos y asintió con una sonrisa desafiante.

—La próxima vez te derrotaré fácilmente, viejo —dijo Launch con una sonrisa confiada, apuntando a Gohan con el dedo—. Sí, entrenaré duro para patearte el trasero luego.

El anciano rió con diversión y cruzó los brazos.

—Me alegra ver tanta confianza. Espero que entrenen duro, porque no se los pondré fácil la próxima vez.

Launch reafirmó con confianza, cruzándose de brazos y mirando a Gohan con determinación.

—No lo dudes, la próxima vez te derrotaré sin problemas.

Yamcha sonrió y añadió con convicción:

—Y cuando nos volvamos a ver, ya te habremos superado, Gohan.

Antes de que se marcharan, Goku, quien había estado observando con curiosidad, se acercó con los ojos brillando de emoción.

—¡Wow! Ustedes son realmente fuertes —comentó emocionado—. Nunca había visto a nadie pelear así. Me gustaría pelear con ustedes algún día, pero todavía soy muy débil.

Yamcha sonrió y revolvió el cabello del niño.

—Aún nos falta mucho, pero seguiremos entrenando.

Gohan los observó con una sonrisa mientras se preparaban para partir.

—Buena suerte en su viaje. Entrenen con determinación y recuerden: la verdadera fuerza no está solo en los puños, sino en el espíritu.

Con una última reverencia de respeto, Yamcha, Launch y Tights se despidieron y emprendieron su camino. Con la Esfera del Dragón en su poder y un nuevo objetivo en mente, su aventura continuaba, pero ahora con una renovada determinación de hacerse más fuertes.