Últimos Preparativos para el Torneo Mundial de Artes Marciales

Después de haber demostrado su abrumador poder al derrotar a Launch con facilidad, Yaco finalmente aceptó entrenar a Yamcha,Launch, Pamputt, Krillin y Yajirobe. Sin embargo, antes de empezar con el entrenamiento propiamente dicho, el patrullero galáctico les dijo con tono confiado:

—Antes de comenzar, quiero ver de lo que son capaces. Ataquen todos juntos.

Yamcha, Pamputt, Krillin y Yajirobe intercambiaron miradas antes de asentir. Sin perder tiempo, los cuatro se lanzaron al ataque contra Yaco, con la intención de demostrar su fuerza. Yamcha y Pamputt avanzaron al frente con golpes rápidos y precisos, mientras que Krillin intentó flanquearlo por un costado. Yajirobe, aunque menos entusiasta, desenfundó su espada con la intención de atacar en el momento oportuno.

Pero para sorpresa de todos, Yaco esquivó cada ataque con una facilidad impresionante, moviéndose con una velocidad y gracia que los dejó perplejos. Sus reflejos eran impecables, anticipando cada movimiento con una precisión abrumadora.

—¡Vamos, terrícolas, pensaba que serían más desafiantes! —se burló Yaco con una sonrisa confiada mientras evitaba con un pequeño salto el golpe descendente de Yajirobe.

Krillin intentó aprovechar la distracción y lanzó una ráfaga de golpes, pero Yaco simplemente inclinó la cabeza a un lado y luego al otro, esquivando sin esfuerzo cada uno. Pamputt, frustrado, intentó conectar una patada giratoria, pero Yaco atrapó su pierna con una mano y lo lanzó suavemente hacia atrás.

—¡Esto es ridículo! —exclamó Pamputt mientras rodaba por el suelo antes de reincorporarse.

Yamcha, observando la escena, frunció el ceño. Sabía que Yaco era fuerte, pero ver esa diferencia de poder en acción era humillante. Sin embargo, no se dejó intimidar. Aprovechando un momento de aparente distracción de Yaco, utilizó el Zanzōken para dejar una imagen residual de sí mismo y atacar desde un ángulo inesperado. Pero cuando intentó conectar su puñetazo, se encontró golpeando el aire. Yaco ya no estaba ahí.

—No está mal —comentó Yaco, ahora flotando sobre ellos con los brazos cruzados—, pero aún les falta mucho. Su velocidad y coordinación necesitan mejorar. Ahora sí, prepárense, porque el verdadero entrenamiento comienza ahora.

Los cuatro lo miraron con sorpresa y, al mismo tiempo, emoción. Sabían que lo que estaba por venir no sería fácil, pero esta era una oportunidad única para crecer como luchadores.

—Bien, ya vi lo que pueden hacer —dijo con una sonrisa arrogante—. Puedo entrenarlos, pero solo serviré como compañero de combate y los ayudaré a perfeccionar sus técnicas. No se preocupen por lastimarme, estoy a muchos niveles por encima de ustedes.

Yamcha aceptó con gusto, mientras que Krillin,Launch y Pamputt también se mostraron entusiasmados. Yajirobe, sin embargo, intentó escabullirse, pero Yamcha lo atrapó con la mirada.

—Tú no te escaparás tan fácil —dijo con una sonrisa—. No entrenarás con nosotros en combate, pero te daré un régimen de entrenamiento especial.

—¡¿Qué?! —protestó Yajirobe—. ¿Y quién va a vigilar que lo haga?

—Tights —respondió Yamcha con una sonrisa.

La hermana mayor de Bulma le dedicó a Yajirobe una mirada de autoridad.

—Así es, me aseguraré de que sigas cada ejercicio al pie de la letra. No te escaparás, gordito o sino no habra cena para ti—dijo con una sonrisa

Así, comenzó un mes y medio de intenso entrenamiento bajo la tutela de Yaco, que resultó ser un infierno para Yajirobe, pero un gran avance para los demás.

Yamcha, motivado por la brecha de poder con Yaco refinó su Okami Dangan. Además, inspirado por la determinación de superar sus límites, desarrolló una nueva técnica, el Jaou Ensatsu Kokuryuha, una llamarada oscura en forma de dragón que envolvía su brazo y explotaba con un impacto devastador al contacto con el enemigo.

"¿Por qué parece una técnica de villano?" preguntó Krillin con una gota de sudor en la frente.

"¡Porque se ve increíble!" respondió Yamcha, emocionado al ver la energía oscura rodeando su brazo.

Krillin, por su parte, se enfocó en perfeccionar su Kamehameha, logrando reducir su tiempo de carga y aumentar su potencia. Pero no se detuvo ahí, ya que inspirándose en su necesidad de mejorar su velocidad de ataque, creó el Izutsushi, una descarga eléctrica que paralizaba momentáneamente al enemigo, brindándole la oportunidad de lanzar ataques decisivos.

"¡Ahora sí, no podrán escapar de mis golpes tan facilmente!" dijo con entusiasmo al probar su nueva técnica.

Pamputt, quien ya había perfeccionado su Omote Renge, buscó llevar su velocidad y fuerza a otro nivel. Tras semanas de entrenamiento explosivo, desarrolló una nueva técnica llamada Asakujaku, la cual consistía en una serie de golpes tan veloces cubierto de fuego desatando una tormenta de ataques contra su oponente.

"¡Esto es lo que significa la velocidad pura!" exclamó.

Launch, por su parte, se dedicó a perfeccionar aún más el Shishin no Ken. Tras intensos entrenamientos con Yaco, logró reducir al mínimo la pérdida de poder al dividirse, conservando ahora un 95% de su fuerza total en cada clon. Además, desarrolló una técnica completamente nueva: el Reigan, un proyectil de energía concentrada disparado desde su dedo índice, capaz de atravesar incluso las defensas más sólidas.

"¡Esto sí que es poder de fuego!" exclamó, disparando su nuevo ataque contra una roca gigantesca y haciéndola estallar en mil pedazos.

Mientras todos se esforzaban en el entrenamiento, Yajirobe, quien debía seguir el régimen de ejercicios impuesto por Yamcha, simplemente se quejaba y buscaba maneras de evitarlo.

"¡Esto es ridículo! ¡¿Por qué tengo que hacer todo este trabajo?!" protestó, mientras Tights lo empujaba de vuelta a su rutina.

"Si no completas tu entrenamiento, no hay comida para ti," dijo ella con una sonrisa, haciendo que Yajirobe, con lágrimas en los ojos, retomara los ejercicios.

A pesar de su resistencia al entrenamiento, su resistencia física terminó mejorando de manera notable.

"Tal vez después de esto puedas hacer algo más que solo comer y correr," comentó Bulma con una sonrisa burlona.

Pasó un mes y medio, y faltando solo una semana para el Torneo Mundial de Artes Marciales, Yamcha, Launch, Pamputt y Krillin decidieron tomarse unos días de descanso. Después de un arduo entrenamiento, era importante recuperar energías antes de la gran competencia.

Gracias a una petición de Yamcha, Yaco trajo al Maestro Roshi hasta donde ellos estaban. El anciano, con su típica actitud relajada, aceptó la invitación encantado, aprovechando la oportunidad para observar los frutos del entrenamiento de sus discípulos.

—¡Ja, ja! No está nada mal tomarse un descanso antes del torneo. Incluso el descanso es parte del entrenamiento —les aconsejó Roshi, mientras se acomodaba en una silla y tomaba un trago de agua de coco.

|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

Por otro lado, Yaco, tras cumplir con la solicitud de Yamcha, partió rápidamente hacia el palacio de Uranai Baba. Su rostro reflejaba una emoción inusual, sus ojos brillaban con expectativa.

—¡Al fin sabré quién es mi pareja destinada! —exclamó mientras surcaba el cielo a toda velocidad.

Al llegar al palacio de la adivina, fue recibido por uno de los asistentes de Baba, quien lo llevó directamente ante ella. La anciana lo miró con su típico aire de misterio y sonrió levemente.

—Vaya, vaya, parece que alguien está muy ansioso. Veamos qué nos dice la bola de cristal —dijo Baba con una sonrisa maliciosa mientras agitaba sus manos sobre la esfera.

Yaco tragó saliva, su corazón latía con fuerza. La bola de cristal comenzó a brillar con un resplandor tenue, y poco a poco una imagen empezó a formarse en su interior...

Baba entrecerró los ojos y soltó una carcajada.

—Interesante… muy interesante. Tu pareja destinada es alguien que aún no conoces, pero su destino está ligado al tuyo de una forma inesperada —dijo con un tono enigmático.

—¿¡Qué!? ¡Dímelo ya, no me dejes con la intriga! —exclamó Yaco, impaciente.

Baba hizo un gesto con la mano y la imagen en la bola de cristal se volvió más clara. Entonces, Yaco vio la figura de una joven de cabellos largos y oscuros, con una expresión determinada en su rostro.

—Su nombre es Cheelai —anunció Baba—. Aunque el momento exacto en que la conocerás aún es incierto, el destino los hará encontrarse tarde o temprano.

Yaco parpadeó varias veces, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar. Nunca había oído ese nombre antes, pero si Baba lo decía, debía ser cierto.

—¡Voy a conocerla entonces! —dijo con emoción—. Y cuando lo haga, será el mejor día de mi vida.

Mientras tanto, en otro lugar, Yamcha y sus compañeros disfrutaban de su descanso. Se relajaban en la playa, conversaban sobre sus expectativas para el torneo y compartían anécdotas de su entrenamiento.

—No me importa quién sea mi primer oponente, voy a ganar —afirmó Pamputt con confianza, apretando los puños.

—No subestimes a nadie, especialmente a los discípulos del Maestro Tsuru y el Rey Chappa —advirtió Yamcha con seriedad.

—Tienes razón recordare sus nombres. No podemos bajar la guardia en especial con ellos —añadió Krillin con una sonrisa nerviosa.

Launch dijo con confianza—confia en tu entrenamiento ahora somos muy fuertes n osera prolema llegar a los 8 primeros incluso para ti Krillin

Pamputt, quien estaba bebiendo jugo, sonrió con tranquilidad.

—No importa quién sea el rival, lo importante es demostrar cuánto hemos mejorado —dijo con determinación.

Mientras conversaban, Yajirobe se dejó caer pesadamente sobre la arena, dejando escapar un suspiro de alivio.

—¡Por fin terminó ese entrenamiento infernal! —exclamó con una gran sonrisa, mientras mordía un muslo de carne asada.

El Maestro Roshi, sorprendido por su presencia, arqueó una ceja y miró a Yamcha.

—Oye, ¿y ese quién es? No recuerdo haberlo visto antes —preguntó el anciano.

—Ah, él es Yajirobe. Vivía en los bosques cazando dinosaurios para sobrevivir. Me pareció que tenía talento, así que lo traje para que sea un nuevo discípulo tuyo —explicó Yamcha con naturalidad.

Roshi lo observó con interés mientras Yajirobe devoraba su comida sin prestar mucha atención a la conversación. Finalmente, el viejo maestro sonrió.

—Bueno, si puede sobrevivir cazando dinosaurios, quizá tenga potencial. Aunque parece que su apetito es aún mayor que su fuerza —bromeó, riendo junto a los demás.

Yajirobe, sin dejar de comer, solo gruñó.

—No para nada no quiero entrenar mas…

En ese momento, Tights llegó con una gran sonrisa y una caja en las manos.

—¡Vamos, chicos! Ahora que están descansando, deberían divertirse un poco —dijo con entusiasmo mientras abría la caja y revelaba un juego de mazos de póker.

—¡Eso suena bien! —dijo Krillin animado.

—Espero que estén listos para perder —comentó Launch con una sonrisa desafiante, acomodando su cabello.

Sin perder tiempo, todos se sentaron alrededor de una mesa improvisada en la arena y comenzaron a jugar. Las risas no tardaron en aparecer cuando alguien perdía o tenía una mano terrible. Incluso Roshi, con su expresión relajada, participaba mientras fingía ser un experto en la materia.

—¡Vamos, esta vez sí gano! —dijo Pamputt con confianza, solo para soltar un quejido cuando perdió nuevamente.

—¡Ja! Parece que la suerte no está de tu lado —se burló Launch, barajando las cartas con agilidad.

—¡No cantes victoria aún, Launch! Esta vez te ganaré —retó Yamcha con una sonrisa.

De pronto, una pequeña figura se acercó con curiosidad. Era Bulma, quien había estado observando en silencio.

—¿Qué están haciendo? —preguntó con inocencia.

—Jugamos póker, ¿quieres intentarlo? —preguntó Tights con una sonrisa.

Bulma asintió con entusiasmo y se sentó con ellos. Al principio, todos pensaban que era solo una niña jugando por diversión, pero en cuestión de minutos, comenzó a ganar partida tras partida.

—¡¿Qué demonios?! —exclamó Yajirobe al ver que había perdido todo su dinero de apuesta.

—¡Ja, ja! No puede ser, nos ganó muy fácilmente —dijo Krillin entre risas.

—Talento familiar, supongo —murmuró Tights con una sonrisa orgullosa.

Launch cruzó los brazos y miró a Bulma con una ceja arqueada.

—No puedo creerlo, ¿cómo lo haces? —preguntó con fingida incredulidad.

Bulma sonrió ampliamente mientras recogía sus ganancias improvisadas.

—¡Esto es divertido! ¿Jugamos otra? —preguntó con inocencia, mientras los demás se miraban entre sí, preguntándose si realmente querían arriesgarse otra vez contra la pequeña genio.

Pasaron su tiempo restante entre risas u juegos hasta que un día antes de dicho torneo tomaron un vuelo todos juntos y su destino era la isla Papaya donde se realizaría el Torneo Mundial de Artes Marciales n° 19.

|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

En la cima de la Torre Karin, el Rey Chappa y Nam estaban agotados, pero satisfechos. Habían pasado meses entrenando bajo la guía del enigmático Maestro Karin, soportando pruebas que habían llevado sus cuerpos y espíritus al límite. Ahora, con solo una semana restante para el Torneo Mundial de Artes Marciales, sabían que su tiempo en la torre había llegado a su fin.

Ambos se arrodillaron respetuosamente ante el maestro felino.

—Maestro Karin, estamos profundamente agradecidos por todo lo que nos ha enseñado —dijo Nam con humildad.

—Sin su entrenamiento, no habríamos alcanzado este nivel —añadió el Rey Chappa con una leve reverencia.

Karin, con una sonrisa tranquila, asintió.

—Han demostrado gran determinación y disciplina. No fue nada, muchachos. Solo guié el potencial que ya tenían dentro. Pero antes de que se vayan, tomen esto —dijo, sacando dos pequeñas semillas verdosas y entregándoselas a cada uno.

Nam y Chappa las observaron con curiosidad.

—¿Qué son? —preguntó Chappa.

—Son semillas del ermitaño. Coman una y verán —explicó Karin con un tono juguetón.

Con algo de duda, ambos obedecieron. En cuanto masticaron y tragaron, sintieron un cambio inmediato. La fatiga que los había acompañado durante semanas desapareció por completo. Sus músculos dejaron de doler, sus cuerpos se sentían ligeros y llenos de energía renovada. Sus ojos se abrieron con asombro.

—¡Increíble! —exclamó Nam, flexionando sus brazos, sintiendo el vigor recorrer su cuerpo.

—Esto es… esto es como si no hubiésemos entrenado sin descanso todos estos meses —dijo Chappa, sorprendido.

Karin rió levemente.

—Las semillas del ermitaño pueden mantener a alguien sin necesidad de comer durante diez días y restaurar completamente su energía. Úsenlas sabiamente.

Ambos hicieron una profunda reverencia.

—Gracias por todo, Maestro Karin —dijeron al unísono.

—Buena suerte en el torneo —se despidió Karin, moviendo su cola perezosamente mientras los veía partir.

Con energías renovadas y una determinación firme, el Rey Chappa y Nam descendieron la torre, listos para su siguiente destino: la Isla Papaya, donde demostrarían todo lo que habían aprendido en el Torneo Mundial de Artes Marciales.

|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

Mientras tanto, en otro lugar, Tenshinhan y Chaoz también se preparaban para el torneo. Tras un arduo entrenamiento bajo la guía de su maestro Tsuru y hermano Tao Pai Pai, ambos se tomaron un descanso en la última semana antes del evento.

—Hemos entrenado sin descanso, es seguro que esta vez ganaremos —dijo Tenshinhan con confianza, cruzándose de brazos.

—Sí, y nos vengaremos de Yamcha y Launch —agregó Chaoz con una sonrisa alegre.

El Maestro Tsuru y Tao Pai Pai compartieron una risa confiada.

—No hay duda, ustedes serán los campeones —afirmó Tsuru con total seguridad.

—Ese par no tendrá oportunidad contra ustedes después de todo el entrenamiento que han recibido —añadió Tao Pai Pai con una sonrisa de confianza.

La revancha estaba cerca, y estaban listos para demostrarles lo fuerte que se habían vuelto.