Mientras nuestros héroes se dirigían a la casa de Tights en busca del extraterrestre que Uranai Baba había visto a través de su bola de cristal, decidieron hacer una parada en un restaurante. Antes de entrar, cambiaron unas cuantas monedas de oro por billetes en una tienda de cambio cercana, asegurándose de tener suficiente dinero para pagar sin llamar demasiado la atención.
El aroma a comida recién hecha impregnaba el aire cuando entraron al restaurante, un lugar rústico con mesas de madera y lámparas colgantes que daban un ambiente cálido y acogedor. Se sentaron en una mesa grande cerca de una ventana y pronto llegaron los platos repletos de carne asada, arroz, fideos y otros manjares que hicieron que el grupo comiera con entusiasmo.
Mientras comían, el grupo hablaba animadamente sobre cómo creían que se vería el extraterrestre.
Krillin, aún algo nervioso, comentó: "Tal vez tenga muchas extremidades o un ojo gigante..."
Launch, interesada, agregó: "O quizás sea verde con antenas, como esos marcianos de las películas."
Pamputt, emocionado, dijo: "¡Imaginen si es un guerrero gigante con armadura espacial!"
Entonces, Yamcha, con una expresión seria, añadió: "Yo apuesto a que se verá como una criatura alta y musculosa, con piel rugosa, ojos brillantes y una boca enorme con mandíbulas afiladas que se abren en varias direcciones. Además, seguro tiene rastas gruesas colgándole de la cabeza y quizás hasta algún tipo de camuflaje para volverse invisible."
Los demás se quedaron en silencio por un momento, imaginando la criatura que Yamcha describía.
—Eso suena… aterrador —comentó Krillin, tragando saliva
Mientras los demás seguían especulando, Yamcha pensaba en cómo convencer a Yaco de entrenarlos. "Ya sé… como ese tipo siempre está buscando novia, podría decirle que Uranai Baba tiene poderes predictivos y que gracias a eso supimos que estaba aquí. Eso lo convencerá de que no es una estafadora."
Con el plan en mente y los estómagos llenos, el grupo pagó la cuenta y se puso nuevamente en marcha, listos para su encuentro con el misterioso visitante de otro mundo.
Continuando con su viaje,llegaron a un sendero de un denso bosque donde el sonido de la naturaleza reinaba. El crujir de las hojas bajo sus pies se mezclaba con el canto de los pájaros y el murmullo del viento entre los árboles.
De repente, un rugido ensordecedor rompió la tranquilidad del bosque, seguido del sonido de un corte limpio y seco. Al acercarse al origen del ruido, el grupo se encontró con una escena sorprendente: un niño de apenas siete años, con ropas sencillas y algo gastadas, sostenía una katana manchada de sangre mientras el enorme cuerpo de un dinosaurio se desplomaba a su lado, cortado en dos con un tajo preciso.
—¡¿Qué demonios…?! —exclamó Krillin, boquiabierto.
—Ese niño… —murmuró Launch con asombro—. ¡Tiene un talento increíble!
—No es solo talento, es instinto —añadió Yamcha, observando con interés.
Pero dentro de su mente, Yamcha tenía un pensamiento distinto:
"Ese niño… No hay duda, debe ser Yajirobe. Vaya, qué sorpresa encontrarlo tan pronto. No parece diferente a como lo recordaba, pero… en la serie original, ¿no era un cobarde? Aquí parece bastante feroz… Aunque, pensándolo bien, siempre fue fuerte, solo que le faltaba valor y perseverancia."
Pamputt, intrigado, se adelantó con una sonrisa amigable y levantó la mano en señal de saludo.
—¡Oye, pequeño! Eso fue impresionante. ¿Cómo te llamas?
Sin embargo, antes de que pudiera terminar su frase, el niño reaccionó con velocidad y furia. En un abrir y cerrar de ojos, blandió su katana y lanzó un veloz ataque contra Pamputt.
—¡¿Eh?! —exclamó el luchador, sorprendido por la rapidez del niño.
Pero con un solo movimiento, atrapó la hoja de la katana con una mano, deteniéndola en seco.
El niño intentó retirar su arma, pero Pamputt, con una leve sonrisa, se la arrebató con facilidad y la lanzó a un lado.
—Oye, oye, tranquilo —dijo Pamputt, aún sorprendido por la ferocidad del niño—. ¿Por qué me atacaste?
El pequeño frunció el ceño, sin bajar la guardia.
—Pensé que me querían robar mi comida —respondió con firmeza, señalando el cuerpo del dinosaurio partido en dos.
Pamputt miró con curiosidad al niño, aún impresionado por su habilidad.
—Yo no quiero tu comida —dijo con calma—. Solo me impresiona tu fuerza. Dime, ¿quién es tu maestro?
El niño frunció el ceño con confusión.
—¿Maestro? ¿Qué es eso?
Pamputt parpadeó sorprendido.
—¿No tienes un maestro? Entonces… ¿aprendiste a hacer esto por tu cuenta?
—Sí —respondió Yajirobe sin titubeos, como si fuera lo más natural del mundo.
Krillin abrió los ojos con asombro y miró el enorme cadáver del dinosaurio partido en dos.
—Increíble… Antes de entrenar con el Maestro Roshi, ¡me habría costado muchísimo vencer a un dinosaurio como ese!
Launch se cruzó de brazos y observó a Yajirobe con interés.
—Vaya, eres más fuerte de lo que pareces. Pero también un poco salvaje.
Antes de que alguno de ellos hablara de nuevo, Yamcha intervino con una sonrisa astuta.
—Si ese es el caso… ¿qué tal si vienes con nosotros? Nuestro maestro podría hacerte mucho más fuerte.
Pero Yajirobe cruzó los brazos y bufó con desinterés.
—Nah, no me interesa. No necesito entrenar, solo quiero comida deliciosa.
El grupo se miró entre sí. Krillin rascó su cabeza, sorprendido por la respuesta, mientras que Launch levantó una ceja.
—¿Solo te importa la comida? —dijo ella—. Tienes talento, es una lastima sera desperdiciado.
Pamputt soltó una carcajada.
—¡Jajaja! Me agrada este chico. Sabe lo que quiere.
Yamcha, sin embargo, ya tenía una idea.
—¿Comida deliciosa, eh? Bueno, ¿qué te parece esto? Si entrenas diligentemente, yo me encargaré de que siempre tengas comida increíble.
Yajirobe entrecerró los ojos y se llevó una mano a la barbilla, pensándolo seriamente.
—¿Deliciosa de verdad?
—La mejor que hayas probado en tu vida —prometió Yamcha con confianza.
Krillin se inclinó hacia Launch y susurró:
—No sé si es buena idea traer a alguien que solo piensa en comida…
—Déjalo, si Yamcha quiere adoptar a un glotón, no es nuestro problema —respondió Launch con una sonrisa burlona.
El niño aún dudó un momento, pero la idea de comida ilimitada fue más fuerte que cualquier otra cosa. Finalmente, asintió con una gran sonrisa.
—¡Está bien! Pero más te vale cumplir tu promesa.
—Lo haré —dijo Yamcha, sonriendo.
Después de una semana de viaje, finalmente llegaron a la majestuosa Capital del Oeste. Sus enormes rascacielos, vehículos flotantes y bulliciosas calles dejaban a Yajirobe completamente asombrado.
—¡¿Qué demonios es este lugar?! —exclamó, señalando un enorme edificio con luces de neón—. ¡¿Y esas cosas que vuelan en el cielo?!
Krillin rió al ver su reacción.
—Son autos voladores. Aquí en la ciudad la gente no usa dinosaurios para transportarse.
—¡¿Dinosaurios?! —repitió un transeúnte, mirándolos con incredulidad antes de alejarse apresurado.
Mientras caminaban, Yajirobe no dejaba de mirar todo con asombro, haciendo preguntas sin parar.
—¡Oigan, oigan! ¿Y eso de ahí qué es?
—Un teléfono público respondió Yamcha.
—¿Y eso?
—Un semáforo dijo Launch.
—¿Y eso de ahí?
—Una tienda de ropa contestó Pamputt.
—¿Y ESOOO?
—Una papelera, deja de señalar todo… bufó Krillin, ya un poco cansado.
Finalmente, tras muchas preguntas y explicaciones, el grupo llegó a su destino: Capsule Corporation, el hogar de Tights.
Yamcha caminó hasta la puerta principal y tocó el timbre. Pasaron unos segundos de silencio… hasta que la puerta se abrió, y una pequeña niña de cabello azul y ojos brillantes los recibió.
Era Bulma, con tan solo 9 años, vistiendo un overol amarillo y una camisa de manga larga. Pero lo que más llamaba la atención.
"¿Quiénes son ustedes?" preguntó Bulma con el ceño fruncido, apuntándolos con lo que parecía ser una pistola de juguete.
"¡Oh, qué linda!" comentó Launch con ternura. "No sabía que en esta casa había una niña."
"¿Qué es eso que tienes en la mano?" preguntó Pamput con curiosidad.
"¡Es mi pistola láser!" respondió Bulma con orgullo. "Así que más les vale no hacer nada sospechoso."
Krillin rió al ver su actitud. "Jajaja, qué graciosa. ¡Pareces toda una pistolera con tu arma de juguete!"
Pamput asintió con una sonrisa. "Sí, sí. Debe ser uno de esos juguetes de lujo que venden en la ciudad."
Mientras los demás se reían y tomaban la situación a la ligera, Yamcha no podía evitar sudar frío. "¡Esa cosa no es un juguete! ¡Es un arma real! Si mal no recuerdo, esa cosa dispara un rayo tan potente que hasta sorprendió a Yaco en la serie original. Si Bulma aprieta el gatillo por accidente, podríamos estar en serios problemas."
Yajirobe, que no entendía nada, se cruzó de brazos y resopló.
—¿Y por qué una enana nos apunta con esa cosa?
Bulma frunció el ceño y le dirigió una mirada molesta.
—¡No soy una enana! Solo quiero saber quiénes son y qué quieren aquí.
Disimulando su preocupación, Yamcha sonrió y habló con calma. "Tranquila, no venimos a hacer nada malo. Solo venimos a visitar a Tights."
Bulma parpadeó sorprendida. "¿A mi hermana?"
"Sí," respondió Launch con una sonrisa. "Y también queremos conocer al extraterrestre que está aquí."
Bulma frunció el ceño con curiosidad. "¿Extraterrestre? ¿Cómo saben sobre eso?"
Yamcha pensó rápido. "Nuestra amiga Uranai Baba lo vio con su bola de cristal. Así que decidimos venir a verlo."
Bulma cruzó los brazos y los miró con desconfianza por unos segundos, pero luego suspiró. "Hmmm… bueno, entren entonces. Pero nada de tonterías, ¿eh?"
Dicho esto, bajó el arma y se hizo a un lado para dejarlos pasar. Yamcha suspiró en silencio, aliviado de que nadie hubiera salido herido.
Mientras entraban, Krillin comentó entre risas, "Jaja, qué niña más graciosa. De verdad pensaba que nos intimidaría con su pistola de juguete."
Pamput rió también. "Sí, aunque es raro que sea tan realista. ¡Hasta brilla!
Yamcha solo los miró de reojo, pensando para sus adentros: "No tienen idea de lo cerca que estuvieron del peligro."
Una vez dentro de la casa, Bulma corrió rápidamente por el pasillo. "¡Esperen aquí! Voy a llamar a mi hermana."
Los visitantes se miraron entre sí mientras esperaban, algunos observando con curiosidad la lujosa casa. Yajirobe, quien nunca había estado en un lugar así, miraba todo con los ojos bien abiertos.
"Vaya, esta casa es enorme… ¡Y no huele a bosque ni a dinosaurios asados!" comentó, rascándose la cabeza.
Krillin rió. "Bueno, es porque no es una cueva en medio de la nada."
Antes de que pudieran seguir charlando, Tights apareció en la sala con una expresión curiosa. "¡Vaya, chicos! ¿Qué los trae por aquí tan de repente?"
Yamcha fue el primero en hablar. "Bueno, estuvimos participando en el torneo de Uranai Baba y, después de ganar, nos concedió una adivinación gratis. Por pura curiosidad, le preguntamos si había extraterrestres en la Tierra…"
Launch continuó. "Y nos dijo que sí, que había uno aquí mismo, en tu casa."
Pamput asintió. "Así que, obviamente, vinimos de inmediato. ¡Nunca hemos visto a un extraterrestre antes y teníamos mucha curiosidad por saber cómo se vería!"
Tights levantó una ceja y sonrió. "¿Así que eso los trajo hasta aquí? Bueno, supongo que entenderán que no es cualquier extraterrestre, sino alguien muy especial…"
Yamcha se cruzó de brazos, sabiendo muy bien de quién hablaba, aunque fingía curiosidad como los demás. Mientras tanto, Krillin, Pamput y Launch esperaban con impaciencia la respuesta de Tights, mientras Yajirobe murmuraba para sí mismo: "Espero que no sea un lagarto gigante con rayos láser en los ojos y que tirara fuego por la boca…"
Tights sonrió y finalmente reveló: "El extraterrestre que buscan es un patrullero galáctico."
Todos, excepto Yamcha, se miraron entre sí con expresión confusa.
"¿Un patrullero galáctico?" preguntó Krillin, inclinando la cabeza.
"¿Eso qué significa?" añadió Pamputt.
"¿Caza dinosaurios espaciales o algo así?" murmuró Yajirobe, todavía masticando un trozo de carne seca que había sacado de su bolsillo.
"Tal vez sea como un policía del espacio," comentó Launch con los brazos cruzados. "Pero si es como los policías de aquí, seguro solo da multas y se esconde cuando las cosas se ponen feas."
Yamcha permaneció en silencio, ya que obviamente conocía la respuesta.
Antes de que Tights pudiera dar una explicación detallada, una voz repentinamente interrumpió desde el pasillo.
"¡KEEEEH!"
De repente, un pequeño ser de piel morada con una cabeza desproporcionadamente grande y ojos saltones apareció de un salto. Llevaba un traje ceñido con un símbolo en el pecho y guantes blancos. Se detuvo en medio de la sala, miró a todos con seriedad y luego, con un movimiento exagerado, extendió un brazo hacia adelante y otro hacia atrás en una pose dramática.
"¡Escuchen bien, terrícolas! Yo soy Yaco, un patrullero galáctico de élite, defensor de la justicia, protector de los indefensos y temido por los criminales del universo."
Luego hizo otra pose aún más absurda, elevando una pierna mientras giraba la cabeza hacia un lado con una expresión que intentaba ser heroica.
Un silencio incómodo llenó la sala.
Una gota de sudor bajó por la frente de cada uno de los presentes mientras observaban la extraña presentación.
"¿En serio... es él?" murmuró Launch, con una ceja levantada.
Pamputt dijo decepcionado. "Me esperaba algo más imponente."
Krillin cruzó los brazos y suspiró. "Bueno, al menos no es un lagarto gigante con rayos láser en los ojos..."
Yajirobe, sin filtro alguno, soltó: "Ami solo me parece un bicho raro."
Launch chasqueó la lengua y miró a Tights. "Oye, ¿me estás diciendo que ese enano cabezón es un policía espacial de élite? ¿Cómo demonios alguien así va a atrapar criminales intergalácticos?"
Yaco bufó, ofendido. "¡Oigan! ¿Esa es la manera en que reciben a un defensor de la justicia intergaláctica?"
Launch no pudo evitar soltar una risa burlona. "Justicia intergaláctica... Sí, claro. Seguro que los tipos malos tiemblan de miedo cuando te ven hacer esa pose ridícula."
Yamcha, aunque mantenía una expresión neutra, pensaba para sus adentros: Sí, justo como lo recordaba… Un completo payaso aunque uno muy fuerte para ellos actualmente.
Yaco frunció el ceño y cruzó los brazos, claramente molesto por los comentarios.
"¡A ver, vuelvan a decirme en la cara 'payaso' y veremos qué pasa!" exclamó, hinchando el pecho con orgullo.
Pero en lugar de intimidar a alguien, sus palabras solo sirvieron para que todos le lanzaran más críticas sin piedad.
"Bueno, en ese caso…" empezó Launch con una sonrisa burlona, "¡Payaso!"
"Sí, yo también quiero verlo," añadió Krillin con una risita. "¡Payaso!"
Pamputt se encogió de hombros. "No sé qué tan fuerte seas, pero ers un ¡Payaso!"
"¡Jajajaja! ¡Payaso!" soltó Yajirobe, riéndose mientras seguía masticando un pollo asado
.Yamcha solo observaba la escena con una expresión estoica, pero por dentro pensaba: Pobre Yaco, nadie le cree.
Tights observaba la escena con una mano en la cadera y la otra frotándose la sien, suspirando con resignación.
"Yaco, te dije que dejaras de hacer esas poses ridículas, espantas a la gente," comentó con una sonrisa burlona.
Bulma, en cambio, miraba al patrullero con curiosidad. "¿De verdad eres un extraterrestre? Pareces más un muñeco raro que un alien."
"¡Oye, enano azul, te están llamando muñeco!" se burló Yajirobe mientras seguía comiendo.
Yaco apretó los puños, claramente frustrado. "¡Ya basta! ¡Soy un patrullero galáctico de élite! ¡Y más fuerte que cualquiera de ustedes!"
Pero en vez de impactar a sus oyentes, su afirmación solo provocó miradas escépticas.
"¿Más fuerte que todos nosotros juntos? Ja, seguro," dijo Krillin con incredulidad.
Pamputt se cruzó de brazos y sonrió con sorna. "Sí, claro… y yo soy el Rey del Universo."
Launch lo miró de arriba abajo y chasqueó la lengua. "Mucho ruido y pocas nueces. No pareces tan impresionante, estoy seguro que Uranai Baba se equivoque esta vez al decirnos que eras mas fuerte que todos nosotros juntos."
Bulma asintió con entusiasmo. "¡Sí! Para ser un extraterrestre, esperaba algo más impresionante, como un ser con piel escamosa, enormes colmillos y garras afiladas."
Yamcha, que había estado observando en silencio, decidió unirse a la charla con una sonrisa traviesa. "Sí, algo así como una criatura alta, con rastas, una mandíbula con colmillos que se abre en cuatro partes y que caza por deporte usando visión térmica."
Hubo un momento de silencio mientras todos imaginaban la descripción.
"Eso… eso suena aterrador," murmuró Krillin con una gota de sudor en la frente.
Bulma asintió emocionada. "¡Exacto! ¡Eso es lo que esperaba de un extraterrestre!"
Yaco, que ya estaba al límite de su paciencia, saltó furioso. "¡¿Pero qué demonios están diciendo?! ¡No todos los extraterrestres somos monstruos feos y aterradores! ¡Yo soy la prueba viviente de eso!"
Tights se llevó una mano a la boca para contener una risa. "Bueno, Yaco, la verdad es que sí esperaban algo más… impactante."
"¡Soy impactante!" protestó Yaco, pero su pose dramática solo hizo que todos suspiraran o se llevaran una mano a la cara.
Yaco, aún rojo de la furia y con su orgullo herido, se cruzó de brazos y los miró con aire desafiante.
"¡Muy bien, terrícolas impertinentes! ¡Si creen que soy solo un payaso, entonces los desafío a todos! ¡Vengan de una vez y les demostraré por qué soy un patrullero galáctico de élite!"
Sin embargo, antes de que los demás pudieran reaccionar, Launch dio un paso al frente, tronándose los nudillos con una sonrisa confiada.
"Bah, no hace falta que todos peleemos," dijo con un tono burlón. "Yo sola seré suficiente. Y con mis propias manos te demostraré que no eres tan fuerte como la adivina dijo que eras."
Todos miraron a Launch sorprendidos, excepto Yamcha, quien sonrió internamente. Parece que Launch que llevara una gran sorpresa.
Yaco la miró con desdén y se señaló a sí mismo con el pulgar. "¡Ja! ¡Te arrepentirás de subestimarme! Pero está bien, acepto. No quiero que luego digan que no les di una oportunidad."
Tights suspiró con frustración y los miró con los brazos cruzados.
"Si van a pelear, háganlo afuera. No pienso pagar por los destrozos si terminan rompiendo algo en la casa."
Bulma asintió con energía. "Sí, además, ¡quiero ver bien la pelea! No quiero que los muebles me tapen la vista."
"¡Tch! Qué molestia…" murmuró Yaco, pero se giró con aire orgulloso. "¡Muy bien, vayamos afuera! Así todos podrán ver cómo derrota a esta terrícola con facilidad."
Launch sonrió con confianza y empezó a caminar hacia el patio. "Tch, me estás empezando a caer mal. Esto será rápido."
Los demás los siguieron con emoción, esperando ver cómo se desarrollaría el combate
Tights insistió en que, si iban a pelear, lo hicieran afuera para no dañar la casa. Así que todos salieron al amplio patio de Capsule Corp, donde Launch y Yaco se posicionaron uno frente al otro.
Launch tomó la iniciativa y desapareció en un instante utilizando el Zanzōken, dejando múltiples imágenes ilusorias a su alrededor. Yaco, sin inmutarse, miró a su alrededor con los brazos cruzados.
—Trucos baratos —comentó con indiferencia.
Antes de que pudiera reaccionar, Launch apareció detrás de él y lanzó una potente patada, pero Yaco simplemente inclinó la cabeza y la esquivó como si nada. Luego, sin darle tiempo a reaccionar, ella utilizó el Shishin no Ken, dividiendo su cuerpo en dos copias idénticas. Ambas Launch atacaron al mismo tiempo desde distintos ángulos con ráfagas de golpes y patadas.
Yaco, con movimientos fluidos y sin esfuerzo, esquivó todos los ataques con una facilidad asombrosa, como si estuviera bailando entre los golpes de Launch.
—¿Eso es todo? —se burló con una sonrisa confiada.
Viendo que los ataques físicos no funcionaban, Launch retrocedió rápidamente y usó el Taiyōken. Un resplandor cegador cubrió el área, forzando a todos a taparse los ojos.
—¡Eso es trampa! —gritó Yaco molesto, pero cuando la luz se desvaneció, seguía de pie sin problemas—. Oh, cierto… mi visor bloquea los destellos intensos.
Launch apretó los dientes con frustración. Se quedó en silencio un instante, luego sonrió confiada y extendió las manos.
—A ver si puedes detener esto —dijo, reuniendo energía en sus palmas.
Una esfera azulada comenzó a formarse frente a ella, creciendo en intensidad hasta convertirse en un Kamehameha.
—¡Recíbelo de frente si en verdad eres tan fuerte! —lo desafió.
Yaco, con total confianza, se quedó en su lugar y extendió una sola mano.
—Hmph, adelante. Quiero ver qué tan fuerte es esta técnica terrícola.
Launch disparó su Kamehameha con toda su fuerza. La poderosa ráfaga de energía avanzó a gran velocidad, iluminando el área con su resplandor azul.
Yaco la recibió con su palma abierta. Por un momento, la energía pareció empujarlo hacia atrás, pero, en un instante, cerró la mano y aplastó la ráfaga de energía como si fuera nada. La onda de choque levantó polvo y dejó a todos boquiabiertos.
—¿¡Qué demonios…!? —exclamó Krillin con los ojos abiertos de par en par.
—¡Destruyó el Kamehameha como si fuera un juguete! —dijo Pamputt, incrédulo.
Incluso Tights y Bulma estaban sorprendidas. Aunque ya lo habían visto pelear antes, no esperaban que la diferencia de poder fuera tan abrumadora.
Yaco se sacudió el polvo de su guante y sonrió con suficiencia.
—Tsk, decepcionante. Esperaba más de una técnica tan famosa en este planeta —dijo con arrogancia.
Todos estaban impactados… excepto Yamcha, quien solo observaba en silencio sin sorprenderse.
Mientras tanto, Yajirobe, ajeno a la tensión del momento, simplemente siguió comiendo su comida con total indiferencia.
—No entiendo qué tanto alboroto… —murmuró con la boca llena—. Bah, lo único que importa es la comida.
Launch, frustrada, apretó los puños con rabia y bajó la cabeza.
—¡Maldita sea! —gruñó—. ¡Voy a entrenar hasta superar a este estúpido alienígena! ¡La próxima vez lo derrotaré con la misma facilidad con la que él me venció hoy!
Yamcha, viendo su determinación, dio un paso al frente y habló con humildad.
—Yaco, eres increíblemente fuerte. No podemos dejar pasar esta oportunidad. ¿Nos entrenarías a Launch y a mí? No hay mejor compañero de entrenamiento que alguien con tu nivel de poder.
Pamput asintió con los brazos cruzados.
—Tiene razón, nunca hemos peleado con alguien tan fuerte como tú. Entrenando contigo, podríamos mejorar muchísimo.
Krillin también levantó la mano con entusiasmo.
—Sí, y después de verte en acción, estoy seguro de que podrías enseñarnos muchas cosas. ¡Vamos, no seas malo!
Launch dio un paso adelante, aún con su frustración reflejada en el rostro.
—¡Exacto! No me voy a quedar atrás. Si quiero aplastarte algún día, primero tengo que entrenar contigo. No aceptaré un no como respuesta.
Yaco bufó, cruzando los brazos.
—¿Yo? ¿Entrenarlos? Ni en un millón de años. No tengo tiempo para jugar con terrícolas débiles.
Yamcha sonrió con picardía y sacó un mapa de su bolsillo.
—¿Y si te digo que aquí está la ubicación de una poderosa adivina llamada Uranai Baba? Podría decirte quién es tu pareja ideal…
Los ojos de Yaco brillaron por un momento, pero enseguida sacudió la cabeza.
—Pff, no me interesa.
—¿Ah, no? Pues gracias a su adivinación, supimos que estabas aquí y vinimos a verte —añadió Yamcha con naturalidad.
Yaco se quedó en silencio un momento, procesando la información. Luego, de repente, su expresión cambió a una sonrisa emocionada.
—¡¿Así que esa adivina realmente puede hacer eso?! ¡Está decidido, la visitaré de inmediato! Pero antes… supongo que puedo ayudarlos un poco.
Niveles de poder: Yaco-1050, Yajirobe-45