Capitulo:La clase de Quimica

El profesor de química entró al aula con su bata blanca y su portafolio lleno de documentos. Era un hombre de mediana edad, con gafas gruesas y una expresión de agotamiento permanente. Se paró frente al pizarrón y dejó caer unos libros sobre el escritorio con un golpe seco.

— Bien, clase — dijo, ajustándose las gafas —. Hoy hablaremos sobre reacciones exotérmicas y endotérmicas.

Algunos estudiantes ya parecían aburridos antes de que siquiera comenzaran la explicación. David, en cambio, simplemente abrió su cuaderno sin mucho interés, pero atento a su alrededor.

Aiko estaba en su asiento, tomando notas con una calma inquietante. Era como si el combate de hace rato nunca hubiera sucedido. Pero David sabía que ella estaba esperando algo.

El profesor continuó con la explicación mientras escribía ecuaciones químicas en el pizarrón.

— Las reacciones exotérmicas liberan energía en forma de calor, mientras que las endotérmicas la absorben.

David tamborileó los dedos sobre la mesa. Irónicamente, la pelea con Aiko le recordó a esas reacciones. Él era frío, reservado, alguien que absorbía todo sin mostrar mucho al exterior, como una reacción endotérmica. Aiko, en cambio, era pura energía, explosiva, liberando emociones y movimientos sin miedo.

— Ahora, haré una demostración — dijo el profesor, sacando unos tubos de ensayo.

Se acercó al centro del aula con unos químicos preparados.

David dejó de tamborilear los dedos. Algo en el ambiente se sentía… raro.

Aiko giró un poco la cabeza, como si también lo hubiera notado.

El profesor vertió una sustancia en un frasco y comenzó la reacción. Una pequeña llama azul surgió, iluminando el aula por un breve instante.

Pero entonces algo salió mal.

La llama creció demasiado rápido.

Los estudiantes gritaron cuando la mezcla reaccionó de forma inesperada, generando una pequeña explosión que hizo que el profesor retrocediera.

El frasco cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos.

David se puso de pie en un instante.

Algo no estaba bien. Esto no era un accidente normal.

Y cuando su mirada se cruzó con la de Aiko, entendió que ella también lo sabía.