Corro por los pasillos, intentando darme prisa. Solo quedaban 5 minutos para que empezara la clase. Y como siempre, los lunes parecía particularmente difícil para mí levantarme temprano. Aunque sabía que no debía seguir durmiendo, siempre quería un poco más. Y entonces me pasaba esto, terminaba corriendo por la universidad, en un intento desesperado de llegar a tiempo.
Cuando llego al salón, veo a lo lejos como el profesor Robbins caminaba hacia aquí, y suspiro aliviada. Justo a tiempo. Entro y camino hacia mi habitual asiento, notando que esta vez Holden lo ocupaba, hablando tranquilamente con Sam.
—Quisiera unirme a la conversación, pero el profesor está a punto de entrar. Y necesito mi asiento— le comunico a Holden en cuanto llego hacia a ellos, pero él solo me mira con un ligero brillo travieso en sus ojos. No me agradaba esa mirada, eso siempre significaba que algo estaba tramando.
—¿De qué hablas? Este es mi asiento— responde con falsa obviedad estirándose en el asiento, haciéndome fruncir el ceño.
—No, ¿De qué estás hablando tú? Tu asiento desde hace más de un mes siempre ha sido al lado de Zeth...— empiezo a contradecirlo, pero me detengo al ver su sonrisa, de repente entendiendo claramente sus intenciones —No pienso sentarme con Zeth— le afirmo mirándolo con seriedad, pero él solo se encoje de hombros despreocupadamente.
—No creo que tengas muchas opciones. Solo quedan dos asientos vacíos, y uno de ellos es de él— me recalca con diversión, provocando que lo fulmine con la mirada —Además, ¿Por qué no? Si ustedes se llevan muy bien— responde con jocosidad, sabiendo que me estaba haciendo enfadar. Miro inquisitivamente a Sam, intentando hacer que me apoyara, pero ella solo me da una sonrisa apenada, aunque claramente se ve que le resulta divertido todo el asunto. Que traición, se dejó convencer por la persuasiva personalidad de Holden y su encanto.
O tal vez tienen más en común de lo que creo, y también le pareció buena idea. En cualquier caso, sigue siendo traición.
—Ja, ja, ja. Muy gracioso. En serio, chicos— respondo sarcásticamente y lo miro con seriedad —Ya levántate, Holden. El profesor entrara en cualquier momento— me quejo con cansancio, pero él no parecía tener intenciones de moverse.
No me sentaré con Zeth. Ni pensarlo. No puedo imaginarme soportando sus comentarios jocosos y sus sonrisas burlonas por 3 horas. Me niego.
—¿Recuerdas aquella broma que tú y mi adorable hermana me hicieron hace unos meses? ¿Y que yo dije me vengaría? — pregunta con una sonrisa burlona en su rostro, solo para fastidiar— Bueno, esta es la parte en la que yo me vengo. Desde ahora me sentaré con Sam— asegura y me cruzo de brazos, retándolo con la mirada. No me rendiré tan ponto.
—Ese es mi asiento— le repito despacio cada palabra para que lo entienda.
—No hay asientos fijos ¿recuerdas? — responde sin perder la sonrisa, sabiendo que estaba ganando esta batalla.
—Pero...—.
—Srta. Horton, siéntese por favor. Empezaremos con la clase— me interrumpe el profesor entrando en el salón.
—Si, profesor— respondo sonriendo falsamente y me giro hacia Holden, para darle una mala mirada —Me las vas a pagar— le susurro mientras a regañadientes, me dirijo a mi asiento detrás de él.
—Como digas, cielo— afirma con diversión y continua con la conversación que tenía con Sam. Casi tengo el impulso infantil de patear su asiento, pero me contengo.
Nota mental: nunca confíes en Holden cuando pone esa cara de ángel.
Pasan 5 minutos, en los que el profesor parecía organizar su material antes de empezar, cuando Zeth entra por la puerta, tarde como siempre. Aunque esta vez no fue por tantos minutos. Camina con su habitual calma y compostura relajada, pero cuando se acerca, alza las cejas en señal de sorpresa, al notar que estaría sentada junto a él. Me mira interrogante por unos segundos, pero igual toma asiento.
—Esto sin duda que es una sorpresa ¿Nos estamos empezando a llevar bien y no me había enterado? — inquiere con curiosidad, mientras saca un cuaderno y algunos lápices de su mochila. Suspiro y lo miro de reojo, antes de abrir un libro y fingir que estaba leyendo.
—Era el único asiento vacío, no tenía muchas opciones— digo dándole una mirada a la nuca de Holden con cierto resentimiento —Además, somos adultos. Supongo que podemos ser maduros y comportarnos durante la clase— afirmo con cierta indiferencia, hojeando mi libro como si fuera realmente interesante. La verdad es que, desde aquel acontecimiento del fin de semana, me sentía algo extraña a su alrededor. E intentaba no lo lidiar con ello e ignorarlo todo lo posible. Aunque gracias a Holden, eso será realmente difícil.
Inesperadamente, se inclina en mi dirección, haciéndome sentir su respiración y su presencia demasiado cerca de mí.
—¿Es tan interesante ese libro? — cuestiona intrigado, inclinando su cabeza para ver mejor. Lo miro de reojo y cierro el libro de golpe, al notar su rostro tan cerca del mío.
—¿Podrías alejarte? Estas invadiendo mi espacio personal— murmuro con irritación. Él voltea hacía mí, haciendo caso omiso a mi petición, mientras una sonrisa ladeada surge de sus labios. Estaba casi segura de que solo lo hacía para fastidiarme, ya que podía notar cierta diversión en cómo me miraba.
—No tienes que molestarte, cariño. Solo tenía curiosidad— afirma con inocencia, apoyando su codo sobre mi asiento, sin moverse ni un solo centímetro lejos —Pero ya, en serio, ¿No será que la razón por la que te sentaste aquí es porque estas empezando a sentir curiosidad por mi debido a mi acto del fin de semana? — pregunta mirándome a los ojos, sin perder aquella arrogante sonrisa. Entrecierro mis ojos hacia él con molestia, antes de brindarle una sarcástica sonrisa.
—No, en lo absoluto— afirmo seriamente y presiono mi mano contra su pecho, haciéndolo volver a su sitio, lejos de mi espacio.
Una ligera risa escapa de sus labios, y antes de que pueda decir algo más, el profesor habla, llamando la atención de todos.
—Bueno, chicos. Como lo prometido es deuda, antes de empezar la clase, diré las parejas que formaran para el proyecto final— expone parado frente a nosotros y aclara su garganta, antes de empezar a mencionar los nombres —Amanda Evans y Luke Wilson, Silvia Rodríguez y Sean Parker...— señala y sigue mencionando nombres como por diez minutos, hasta que llega a mencionar los que son conocidos para mi —Samantha Perkins y Holden Fields— dice y toda la esperanza de que me tocara con Sam o Holden, se desvanece. Al igual que la esperanza de algunas chicas, que al parecer esperaban hacer pareja con mi amigo. Qué lástima por ellas. Quien sabe, tal vez esto sea beneficioso para ellos dos. Tal vez esto los acerque un poco más y le permita a Holden ser más vulnerable con ella. Después de todo, el trabajo se trata de compartir un poco de ti mismo con tu compañero —Emma Horton y Zeth Mikhail y, por último, Jimena Edwards e Ian Taylor. Bien, esa serán sus parejas...— una sonrisa socarrona se dibuja en el rostro de Zeth y yo dejo de escuchar en el momento en que nombraron a mi pareja y mi. Con esto acabo de comprobar que hoy no es mi día.
Oficialmente, así fue como mi vida universitaria murió. La lápida podría decir: "Emma Horton, asesinada por un proyecto final y una personalidad insoportable". Extra oficialmente, esto no podría ser peor.
Dejo caer mi cabeza en la mesa con resignación, cerrando los ojos y respirando profundo. Tal vez no será tan malo —intento pensar positivamente—. Trabajar en un proyecto juntos y tener que convivir con él durante todo un mes, encontrar un lugar que nos agrade a los dos, pasar tiempo con él... suspiro nuevamente, soltando un pequeño quejido esta vez. ¿A quién engaño? Estoy condenada. ¿Cómo podré soportar su irritante personalidad todo un mes? ¿Qué lugar vamos a encontrar? No tenemos nada en común. Esto definitivamente debería clasificar como misión imposible.
—Oye, que no luzcas tan feliz. Cualquiera podría llevarse la idea equivocada ¿eh? — murmura mi compañero con ironía y levanto la cabeza para verlo, frunciendo el ceño hacia él. Aquí va otra vez con su personalidad volátil. Había veces que parecía no agradarle demasiado, y otras en las que sí. Unas veces me ayudaba y en otras parecía querer poner distancia. Y como ahora, hace un comentario que parece que no le agradó mi reacción. Es tan confuso. ¿Qué es lo que realmente quieres, Zeth? Pienso, sintiéndome un poco irritada por no entender sus intenciones.
Pero no le digo nada. Algo que, si sabía muy bien de él, es que nunca me respondería con sinceridad sus razones.
—Tranquila, cariño. No soy tan terrible... al menos no todo el tiempo. Tal vez incluso te sorprenda— admite como si intuyera mis pensamientos, con una mezcla de burla en su mirada y algo más que no supe distinguir.
Irritada, dirijo mi mirada al frente, donde el profesor ya había pasado al tema de la clase de hoy, dejando el proyecto de lado.
—Chicos, presten atención. Sé que están emocionados, pero les quiero decir algo importante— nos indica al cabo de un par de horas, faltando poco para terminar la clase—Ahora que cada uno tiene su pareja y ya saben lo que deben hacer, solo quería agregarles una cosa más. Esta es una clase donde deben mostrar su creatividad y ese lado artístico, así que la presentación de su portafolio debe mostrar eso por igual. Debe mostrar su esencia y lo que ese lugar produce en ustedes, ya que el capturar emociones es algo fundamental en este campo. Como lo presentaran, ya es algo opcional. Puede ser un cortometraje o la presentación de las imágenes de forma creativa, lo que ustedes gusten — explica y todo el mundo comenzó a murmurar. Esto cada vez se ponía más complicado, sin duda estoy condenada. Creo que reprobaré —Ya, ya. Silencio, todos. Esto no es tan complicado, sé que harán un buen trabajo— nos anima, pero nadie parecía muy convencido.
Aunque tampoco nos quedaba de otra.
—Creo que mi plan salió mejor de lo que pensé— murmura Holden con diversión y yo, sin poder contenerme más, pateo su silla —¡Oye! ¿Por qué fue eso? — se queja volteando a verme y yo lo miro con molestia.
—Por idiota— le respondo y él finge estar ofendido. Sam se ríe, mientras yo comienzo a guardar mis cosas.
—Esto es todo por hoy, mis queridos estudiantes. Nos vemos la próxima clase— dice saliendo del salón con su maletín y todos empezamos a salir de la clase.
Algo sabia con certeza: Este proyecto final sería una pesadilla.