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capitulo 1

LUNA – Capítulo 1: La Sombra que Habita en los Ojos

Nathaly sabía que los secretos eran como las venas: invisibles en la superficie, pero capaces de envenenar el corazón si se cortaban en el lugar equivocado. Su consultorio, un cubo de cristal y madera en el piso 21 de un edificio de Manhattan, olía a menta ya mentiras recién confesadas.

—¿Crees que tu marido te engaña? —preguntó Nathaly, los dedos entrelazados sobre el bloque de notas. No necesitaba escribir; Recordaba cada palabra, cada pausa, cada tic nervioso de sus pacientes.

Sofía, la joven sentada frente a ella, torció la pulsera turquesa en su muñeca.

—No lo sé. Pero hay noches en las que llega y… huele a otra cosa. Un alcohol barato, un cigarrillo, una piel que no es la mía.

Nathaly ascendió, pero su mente ya había abandonado la habitación. Esa pulsera —artesanía oaxaqueña, única— era un detalle que Daniel, el esposo, nunca mencionaría en terapia de pareja. Pero "Luna" sí podría preguntarle al respecto.

Esa noche, mientras Emma preparaba una demanda contra una farmacéutica en la mesa del comedor, Nathaly se inclinaba a besarla en la nuca.

—Salgo a caminar —mintió—. El caso de hoy me dejó agitada.

Emma no alzó la vista de los documentos, pero sus nudillos palidecieron alrededor del bolígrafo.

—¿En qué parque vas a caminar esta vez, Nath? ¿En el de Chelsea o en el que está junto al bar El Espejo ?

El silencio se espesó. Nathaly emocionada, ajustándose el cinturón del abrigo.

—En el que tenga las farolas rotas. Así veo mejores las estrellas.

Salió sin esperar respuesta.

El Espejo era un antro de paredes pintadas con graffiti de mujeres devoradas por serpientes. Nathaly se transformó en el trayecto: pelo suelto, delineador más grueso, un vestido negro que no hubiera usado en su vida real. Luna llevaba tres semanas frecuentando el lugar, siempre los martes, siempre cerca de Daniel.

—¿Otro martini? —preguntó él, deslizando un vaso hacia ella.

—Solo si me cuentas por qué llevas alianza pero tu Instagram dice soltero —respondió Nathaly/Luna, rozándole la mano.

Daniel se tensó. La conversación derivó en confesiones borrachas: "Sofía no me entiende""El matrimonio es una jaula" . Nathaly grabó todo mentalmente, pero su verdadero interés apareció cuando él mencionó, entre risas:

—¡Hasta la ex de mi abogada viene aquí! Esa británica que salió en… ¿ Harry Potter ?

El mundo se detuvo. Emma nunca le había dicho que Diana, su ex, vivía en Nueva York.

De regreso a casa, Nathaly encontró a Emma dormida en el sofá, la laptop aún abierta. Sin pensarlo, deslizó el cursor. La pantalla mostraba un correo enviado hacía una hora:

Para: Diana Torres

Asunto: Re: Cena

"No puedo. Ella sospecha."

Nathaly contuvo la respiración. Clickeó en la bandeja de entrada. Docientos setenta y dos mensajes de Diana. El más reciente: una foto de Emma en una terraza, con un vestido que Nathaly no reconocía. La fecha era de la semana pasada.

"Cuando dejes de fingir, sabrás dónde encontrarme" , decía el texto.

Los dedos de Nathaly temblaron al cerrar la laptop. Al girarse, vio los ojos verdes de Emma abiertos, observándola desde la penumbra.

— ¿Encontraste lo que buscabas? —preguntó Emma, ​​​​con una sonrisa que no llegaba a la voz.

Nathaly no respondió. Afuera, un coche pasó veloz, proyectando sombras que se retorcieron en el techo como serpientes.