(Narración del Autor)
Después de que terminó la intensa y eventful sesión, pronto fue hora de que Myra durmiera, pero el sueño no llegaba. Se revolcaba de un lado a otro pero no podía descansar su mente ni por un minuto.
Las manos de Myra seguían rozando sus labios rosados, recordando el momento apasionado. Ni siquiera había sido su primer beso. Su primer beso fue durante un juego tonto que jugó hace un año con sus compañeros de universidad, fue solo un reto y Myra estaba completamente borracha y no estaba en sus cabales. Lo cierto es que ni siquiera podía recordar si fue con un chico o una chica, o solo una alucinación.
Myra se sentó, enderezando su espalda para calmarse y murmuró:
—Voy a leer el libro que estaba leyendo antes, tal vez eso ayude.