(Narración del Autor)
En lo profundo de la noche, cuando el cielo se había vuelto completamente oscuro, un repentino golpe interrumpió el precioso sueño de Lucius. Sintiéndose agitado, refunfuñó en su sueño:
—¿Quién es? Más vale que sea importante o serás un lobo muerto esta noche.
Hanson entró en su habitación, su rostro grabado con puro pánico y horror. Con voz aterrorizada, comunicó:
—Alfa Lucius, tenemos un gran problema.
Lucius esperó a que hablara, su humor ya se había agriado. Hanson continuó:
—El prisionero, el hijo del Alfa Keith, él~, él~ ha~
—¿Él qué, Gilbert? Deja de tartamudear o acabaré contigo ahora mismo —Lucius estaba enfadado por su torpeza.
—El hijo del Alfa Keith ha escapado, Alfa Lucius —la voz de Hanson temblaba mientras bajaba la cabeza avergonzado.
Lucius, que hasta ahora actuaba perezosamente, frunció el ceño y se levantó de inmediato: