En cuanto a su yerno Han Yu, Lin Changhe no podía decir que le gustara, ni tampoco que le desagradara.
Pero en algunos aspectos, todavía sentía cierta admiración por él.
Por ejemplo, aquel día en el Puente Jinling, había saltado desde tan alto puente y se había zambullido en el agua tres veces seguidas para salvar a la gente; eso era algo que Lin sabía que él mismo no podría hacer.
Tan solo por este punto, Han Yu parecía ser un hombre responsable, y su corazón parecía ser bondadoso.
Su hija podría no ser muy feliz casándose con él, pero al menos probablemente no sufriría una gran pérdida.
Por otro lado, Lin Changhe realmente despreciaba a Qiao Wenbin.
Aquella vez en el Hotel Wanhe, el tipo había invitado a una banda femenina y a un maestro del piano, sacó un anillo de diamantes que valía casi nueve millones, e incluso contrató a varios cómplices, todo para forzar a Qingya a que volviera con él.