Lejos de Terminar

El sonido de los golpes contra la casa despertó a las mujeres de un sueño inquieto en medio de la noche. Me gustaría decir que estábamos durmiendo profundamente, pero cada una de las mujeres sentía un cuchillo colgando sobre sus cuellos, así que dormir no era posible.

Era casi gracioso que tanto Sunny como Elizabeth se sintieran intranquilas, pero al mismo tiempo, yo me sentía más que un poco sobreprotectora con la mujer mayor. Sunny ya había negociado al menos tres años más de vida, así que no debería haber estado asustada.

Pero el temblor en la mano de Elizabeth me daba ganas de cometer un asesinato.

—Es hora —gruñó Envidia, poniendo su mano en mi hombro para que pudiera usar su vista. Ya me estaba cansando que si quería ver, tenía que depender de alguien más, pero al mismo tiempo... apreciaba que estuvieran a mi lado—. ¿Estás lista?