¿Alguna vez has tenido uno de esos sueños donde sabías que estabas soñando?
Podía sentir la mano de Tanque mientras sujetaba la mía mientras dormía en su cama. Él eligió arrodillarse en el suelo junto a la cama, lo suficientemente cerca para protegerme, pero no en la misma cama. Pero lo más extraño era lo que estaba soñando.
Caminé por los pasillos de la Guarida del Dragón, capaz de ver todo perfectamente. Podía saber quién dormía detrás de cada puerta y qué estaban soñando. Deslizándome sin esfuerzo a través de la puerta cerrada, podía ver sus sueños, sus deseos más profundos.
Y concedí deseo tras deseo de personas que nunca lo supieron. Con cada paso que daba, podía sentir que mi fuerza crecía y, a su vez, fortalecía a los Pecados.
Al llegar al último piso, entré en el último dormitorio, solo para ser absorbida por una pesadilla.
Los sonidos de gritos angustiados llegaron a mis oídos antes de que mi visión se aclarara lo suficiente como para ver lo que estaba sucediendo.