Por Lo Que Vale

La mujer me miró, estudiando mi rostro como si hubiera una respuesta en él a una pregunta que no hizo.

—Yo fui la primera en ser creada —dijo al fin—. Antes que todos y todo lo demás, estábamos él y yo. Y yo era feliz. Pero entonces decidió que yo no era suficiente. Quería más, y fui apartada a un lado en favor de otros dos. Admito completamente que estaba celosa de ellos, pero no les deseaba ningún mal. Simplemente no quería estar sola.

La mirada que me dio fue suficiente para romperme el corazón, y estaba bastante segura de que no tenía uno que romper. La soledad en sus ojos me dijo más de lo que necesitaba saber.

Esta mujer perfecta, una que era tan dulce e inocente que incluso yo quería protegerla hasta mi último día, no tenía a nadie. Todos en su vida la abandonaron... en esta prisión rodeada de campos y fuego.