Un golpe en la puerta me despertó del sueño, y dejé escapar un suave gemido. Estaba envuelta alrededor de Ronan como una boa, y estaba tan condenadamente cómoda que realmente no quería moverme.
Justo cuando estaba volviendo a dormirme, los golpes volvieron, esta vez aún más insistentes.
—Ugh —gemí, tratando de darme la vuelta. Sin embargo, justo cuando me movía para salir de la cama, los brazos de Ronan se apretaron a mi alrededor y me jalaron de vuelta a su pecho—. Necesito salir de la cama.
—Necesitas volver a dormir. Alguien más puede abrir la puerta —respondió mi Pereza, acurrucándose de nuevo contra mí—. Dormir es más importante que cualquier otra cosa. Necesitamos más sueño. —Un bostezo interrumpió sus palabras, y pude oír su mandíbula crujiendo mientras trataba de acomodarse al movimiento.
—Paleta de Pudín —suspiró Beau mientras abría la puerta y asomaba la cabeza—. Odio molestarte, pero hay alguien en la puerta para un deseo.