Adam los creó

—Necesitamos encontrarla —gruñó Dante mientras miraba hacia un lado. En las sombras detrás de Ronan, no menos de una docena de pares de ojos blancos le devolvían la mirada—. No creo que el Santuario de Nuevo Amanecer vaya a durar más allá de esta noche.

Jonas, que estaba siendo sujetado entre Beau y Désiré, dejó escapar un gemido de angustia.

—Es una manada Z —anunció, con las piernas debilitándose mientras miraba los ojos—. ¿Cómo entraron al Santuario? ¿Los trajeron ustedes aquí?

—¿Nosotros? —exigió Chang Xuefeng—. Difícilmente. Nos hicieron de todo menos una inspección de cavidades cuando llegamos. Y si estás insinuando que teníamos esas cosas metidas en el culo...