El sol ni siquiera había salido cuando René había convocado una reunión de todos los miembros. —Necesitamos darle a la gente una explicación —dijo, mirando alrededor de la habitación.
Todos los que tenían un mando estaban allí: Adán y Eva, Obispo y Sofía, y Alicia. Ellos eran el núcleo de poder que hacía que el Santuario de Nuevo Amanecer fuera lo que era, y tenían que presentar un frente unido, sin importar qué disputas personales estuvieran ocurriendo.
—¿Queda alguien a quien explicarle? —exigió Obispo, su rostro impasible mientras miraba a Adán. El otro hombre simplemente levantó una ceja antes de desestimar a Obispo como si estuviera por debajo de él.
Cabrón.