Eran las 7 de la mañana.
Bajaba por las escaleras de la estación para tomar el tren que me dejaba cerca de la escuela.
Mi ritmo era rápido, debido a que me había despertado un poco tarde no me había dado tiempo ni de comer.
Finalmente llegué la parada justo a tiempo el tren había llegado, entre y tome un asiento.
Mi respiración era un poco agitada ya que había corrido un poco antes de llegar a la estación, pero nada grave, mi condición no era tan mala.
Me puse mis audifonos, abrí cierta aplicación con logo verde y solo reproduje mi playlist. La música era variada, desde música asiática hasta música local.
Suspiré.
—Así que hoy es el primer día...
Si, mi primer día en la preparatoria.
Había quedado en la que quería, no tuve ningún problema en los exámenes de ingreso y fui aceptado.
No fue tan difícil, no había sacado una gran puntuación pero que importa, al final quedé.
Era una preparatoria no tan alejada de mi casa, pero de todas maneras tenía que tomar el tren.
Tal vez el autobús o algo así habría sido más eficiente pero el tren era más barato. Al final, el dinero siempre era la máxima prioridad en mi vida.
Mire a la nada.
El tren se volvió a abrir, el viento despeinó mi cabello y una ola de gente ingreso. Bueno, al decir ola estaba exagerando un poco, solo eran unas 10 personas.
—"¡Ou!"
Eso fue lo primero que escuche cuando el tren cerró sus puertas nuevamente.
Seguidamente un balón de voleibol rodó hacia mi lentamente hasta golpear contra mis pies.
—¿Mmm?
Observé como una persona se había caído al suelo, pero como si nada hubiese pasado se levantó y empezó a voltear hacia los lados.
Finalmente, al ver en la dirección del balón que me había caído a mi había cambiado su expresión a una tipo: "¡Ahí está!"
Sin decir nada solo camino hacia acá y tomo su balón, lo guardo en una bolsa que cargaba en su brazo derecho y después de eso puso su mano en un tubo del tren cercano a mi.
Mirándola bien, ella llevaba el uniforme de la escuela a la que voy a asistir.
No era raro ver a alumnos de esa escuela en este tren después de todo.
Pensé mirando a mi alrededor.
También me di cuenta de que ya no había asientos, por eso ella ya no se había podido sentar.
Su mochila se ve pesada.
No parecía ser muy inteligente (si, estoy siendo superficial) más bien se miraba algo torpe, pero parecía traer todos los libros al primer día.
Ni siquiera yo...
Revisando mis alrededores espere a que no hubiera nadie más parado cerca, después me levanté y camine hacia el final del tren, dónde estaba una zona para personas que iban paradas al lado de la ventana, me puse ahí.
Dirigí mi mirada a dónde estaba sentado antes, mire como ella miraba a todos lados en busca de que no hubiese nadie más que se quisiera sentar y ella se sentó.
Su cara era... curiosa. Parecía completamente satisfecha por estar sentada en ese lugar, como si acabase de comer el mejor plato del universo, totalmente complacida.
En fin.
Ignorando lo que acaba de pasar, saque mi celular, respondí unos mensajes y me distraje en el, después de unos minutos llegamos a la estación.
Las puertas del tren se abrieron y quienes íbamos a bajar aquí bajamos, no ordenadamente pero bajamos que era el objetivo.
Baje, revisando que no me faltará nada, una vez me asegure camine hacia la salida de la estación tan pronto como la encontré sali por ella, voltee a mi derecha y finalmente mire la escuela.
Era una preparatoria pública, nada demasiado extravagante, tenía buena reputación y una gran tasa de graduados, no es la mejor ni tampoco la peor, estaba ahí.
Era de 3 pisos, no era completamente al aire libre, lo que ayudaba con el calor del verano y de otros días. Aunque claramente, había muchas áreas recreativas al aire libre.
Mientras pensaba y caminaba observe como otros estudiantes de la misma preparatoria caminaban hacia ella, algunos sorprendentemente ya habían formado grupos, otros caminaban solos, yo era uno de ellos.
Nunca fui bueno para socializar, si, tengo amigos y nunca tuve problemas para comunicarme, pero fuera de eso hablar con alguien a quien no conozco y hacerlo primero me es algo difícil.
Por eso mismo, utilice un método indirecto para ceder mi asiento antes.
Por cierto, parece que ella también es de esas que va sola.
Mi pregunta es, ¿Por qué traer material de un equipo de deportes el primer día?
Da igual.
Debería centrarme en mi mismo, van a ser 3 largos años aquí, y se que comparado con la secundaria el ambiente no va a ser fácil.
Una vez entre a la escuela, me pidieron que enseñará el gafete que me habían dado de antemano, lo hice y entre.
Nada inusual, un simple cartel de bienvenida colgado frente al edificio principal, la entrada estaba bien cuidada, el camino no se miraba mal, parecía que realmente le habian echado ganas.
Supongo que a medio semestre va a ser completamente diferente.
***************
Después de una aburrida bienvenida por parte de la directora y el personal del plantel, nos pidieron ir a nuestro salón de clases.
Yo había sido puesto en el grupo de 1-D. Al no ser una escuela de especialidad o técnica, era poco probable que cambiara de grupo, aunque al final puede haber cambios.
Bostece.
Ya eran las 8. Camine al salón indicado, estaba en el el tercer piso, era el salón 306. La primer clase parecía ser ciencias sociales, nada muy importante.
Tenía más sueño que ganas de venir, la noche pasada me había desvelando jugando y apenas dormí unas horas, mi energía era de -5 ahora mismo.
—...Será difícil mejorarme.—Murmure.
Seguí caminando, con mi mochila molestando y mi actitud por los suelos, sin ganas de aprender pero con las expectativas de generaciones a mis espaldas.
Finalmente, entre al salón, otros tipos habían entrado antes que yo y había más personas dirigiéndose hacia acá así que no era el último ni el primero.
Entre.
Para mí sorpresa ya había voces por doquier.
Todos hablaban entre si, algunos parecían ya conocerse, otros preguntaba cosas como: "¿Por dónde vives tu?" O "¿Que cosas te gustan?".
Claramente también había quienes no hablaban con nadie, estaban dormidos o jugaban con su celular.
Lo que hice a continuación fue sentarme en el primer lugar libre que ví.
Estaba al lado de un tipo de lentes, igual que yo, cabello rizado y piel de color. Hablaba con otro tipo alto, de nada en particular.
Aunque algo me parecía curioso.
Había una persona a la que ya había visto en este salón.
Y frente a mi.
Era la chica del tren. No sabía su nombre, pero definitivamente ya la había visto.
Una gran coincidencia la verdad.
A diferencia de mi ella ya se había integrado a un grupo; no, parecía que ya se conocía desde hace tiempo con el.
No pude evitar escuchar su conversación, aunque hubiese querido no hacerlo era imposible no escuchar con lo fuerte que hablaban sus amigas.
—Entonces, ¿Tienes planeado entrar al equipo de volei?—Pregunto una pelinegra de lentes.
A lo que la chica de antes respondio con un asentimiento.
—Me ofrecieron el lugar antes de entrar aquí, además de una beca deportiva.
—Eso es demasiado bueno para ti, Mich.
¿Mich? ¿Ese era su nombre?
—¿Y tú? Kim, ¿También vas a entrar al equipo?
Ahora, una chica de cabello corto castaño respondió.
—Yo creo que sí, mientras tenga tiempo después de clases lo haré.
La ahora identificada como "Mich" Asintió, se miraba contenta, acto seguido le dió un abrazo a "Kim".
—¡Volvemos a jugar juntas!
Parecía bastante feliz por algo tan simple como eso.
El cabello negro de Mich era bastante brillante en realidad, sus pestañas eran largas y ahora pude apreciar su rostro mejor, no era demasiado llamativo, estaba entre femenino y lindo.
Ya me la había topado 2 veces hoy, así que era natural que captará mi atención.
—¡Oh! ¿También te gusta "Ancient Fate"?
La voz provenía de al lado de mi, era dirigida hacia mi.
Voltee y mire al tipo de antes, el de cabello curioso.
Asentí a su pregunta.
—Es un juegazo, no entiendo como no gano el último premio al juego del año.
Vaya... Alguien que sabe.
—Bueno, ya vez, ese juego de mierda, el shooter ese, no merecía ganar.
El asintió reafirmando.
—Tienes toda la razón, A. Fate fue un mejor juego en todos los sentidos.
Ambos asentian en acuerdo mutuo. Parecian totalmente convencidos de que su opinión era la que estaba bien.
A decir verdad, es un tema de mi interés, pero no tengo ni idea de cómo podría meterme a su conversación.
Lo un lo que hice fue mirar a la nada. La chica frente a mi parecía ordenar sus cosas y de vez en cuando arreglaba su cabello mientras hablaba con su amiga al lado, todos los demás parecían pasarla bien con sus conocidos.
Habían quienes al igual que yo, aún no formaban parte de un grupo, otros parecían en las nubes y la minoría recién estaba llegando.
Finalmente el timbre sonó, y un profesor entro.
Mi vida escolar comenzó.
********************
Había llegado la tan esperada hora de receso, eran las 9:30 de la mañana, el receso terminaba a las 10:00 así que tenía tiempo para comer algo.
De todas maneras había una hora libre después, así que ni próxima clase sería hasta las 11:00.
Con mi mochila colgando de mi hombro me dispuse a buscar un lugar donde pudiera comer algo, no dentro, no en la cafetería, un lugar al aire libre.
Por supuesto, habia fracasado en mi tarea de socializar o hacer amigos este primer día, o bueno, por ahora.
No era algo que me molestará, podré hacerlo más adelante, ahora mismo tal vez lo más importante es acostumbrarme al ritmo de la preparatoria.
No es muy diferente a la secundaria, por lo que nos han dicho los profesores hasta ahora era, entregar trabajos, hacer examen y algunas materias tenían proyecto, era todo.
Les daba igual si entrabas a clase o no, siempre que reprobabas podías pagar la regularización.
Por supuesto, era mejor idea entrar, algunos maestros podían dar puntos extras por asistencia perfecta o también era lo mejor para aprender y lograr una buena nota.
Cómo sea, es poco probable que yo llegue a reprobar algo.
No me considero a mi mismo inteligente, pero si tengo cierto nivel de responsabilidad.
Mientras caminaba observaba a toda clase de personas.
Finalmente, llegué a un buen lugar, había sombra, un lugar con bancas frente a las canchas de deportes, el lugar que tome fue el que estaba frente a la cancha de voleibol.
Abrí el pan que había estado guardando desde antes de venir, junto a una leche que también guardaba.
No era demasiado pero disfrutaba este tipo de "comidas".
Mientras lo hacía un grupo de chicas llegaron a la cancha y parecían prepararse para jugar.
Dejaron sus cosas en la esquina de la cancha, sacaron un balón y todas se posicionaron.
—Ese balón....
Ya lo había visto antes.
Y también había visto antes a la chica que lo tenía en sus manos.
—De verdad, ¿Por qué siempre me la encuentro tan cerca?
Voy a parecer un acosador.
No era mi intención, solo mera y estúpida casualidad.
Mientras comía, mire como jugaban.
Ella estaba como armadora al parecer.
Una de ellas hizo el saque, el balón volvió a su lado, Mich recibió un pase que coloco hacia la izquierda y otra chica remato.
El remate no fue un punto ya que había sido salvado, pero el equipo rival tampoco pudo anotar, hasta que un pase llegó a las manos de Mich, quien pareció rematar pero ella mismo tiro con un leve toque hacia la cancha rival, lo que fue un punto.
Ella, parece ser buena.
Seguí mirando el partido.
La mejor sin duda era ella, sus movimientos eran rápidos, precisos y tenía un buen salto, no era tan alta pero podía saltar alto.
No solo era armadora, también remataba y de vez en cuando parecía una libero.
No sé mucho de voleibol pero tengo entendido que no es fácil jugar en todas las posiciones y tener un nivel decente en todas.
Aunque según yo siempre se está rotando, ella incluso puede defender decentemente.
A lo que había contado ya eran 15 puntos de su parte.
No es descabellado pensar que obtuvo una beca deportiva.
Ella no es mala.
Puede ser torpe, pero viendola así....
Olvídalo.
Termine de beber mi leche y guarde algunas cosas, y antes de que pudiera notarlo alguien se había acercado a mi, lo supe lo la leve sobra que generaba.
—¿Está ocupado?
No supe quién era, pero gire la cabeza en negación.
—¿De verdad? Entonces con permiso.
Cuando la escuché bien levanté mi cabeza y mire quien era.
Era ella, Mich.
Estaba limpiandose el sudor y bebiendo agua, parecía cansada.
—Uff, que calor.
Suspiro, y tomo varias respiraciones aunque de manera errónea.
Si seguía respirando así de rápido, se lastimaria, o no podría jugar correctamente.
—Controla tu respiración, toma intervalos de 2 o 3 segundos para inhalar nuevamente, te dolerá el abdomen o el pecho si no lo haces así.
Notando mis palabras, me miró.
—¡Oh! ¡Ya me lo habian dicho!
Ella golpeó su mano con su puño.
Hizo lo que le dije, ahora sí respiración era más tranquila, y su agitación disminuyó.
—¡De verdad me siento mejor!
Se levantó y dió unos saltos.
—¡Gracias! Sinceramente ya me habían dicho de esto pero lo olvide completamente.
—No te preocupes.
—¿Viste el partido? Lo viste verdad, ¿Que piensas?
¿Eh?
De pronto había tirado esas preguntas de la nada, afirmando algo que no sabía que sabía.
—¿Que pienso?
Asintió enérgicamente, con brillo en sus ojos, me estaba encandilando.
—Eh... No estaba prestando mucha atención...
Al decir eso ella pareció decepcionarse.
—Pero, por lo que ví, creo que te esfuerzas mucho.
Dijo, con un tono indiferente, pero como un intento de subirle los ánimos.
Y funcionó, pero no como esperaba.
Inmediatamente se acercó a mi cara, con los ojos aún más brillantes.
—¿De verdad lo crees?
Asentí, claramente nervioso.
¿Que clase de chica se acerca de ese modo a un chico? Incluso era capaz de oler su perfume. Además, no somos para nada cercanos, ella ni siquiera sabe mi nombre.
—Creo que te desenvuelves bien como libero.
—¡Oh! Así que no notaste, eso es porque en la secundaria jugué 2 años de libero.
Asentí.
—Pero, le agarre gusto a rematar, es por eso que quiero jugar mejor como rematadora.
Dijo, mientras observaba la cancha.
—Creo que ya eres buena.
Ella no me miró, siguió observando a donde estaban las demás.
—No es suficiente.
Dijo, con poco entusiasmo, totalmente opuesto a lo de antes.
—No puedo quedarme estancada, tengo que mejorar, tengo que llegar a lo más alto que pueda, quiero ser la mejor.
...
No tenía palabras.
Quizá me equivoque.
No, me equivoqué.
Está chica es más inteligente y valiente de lo que creí.
Pensé que era distraída, pero definitivamente no es así, al menos no en el voleibol.
Sus aspiraciones son tan grandes como su sonrisa y su miedo es inexistente.
Si se esfuerza tanto, entonces creo que yo también podría...
Sonreí, un amargo recuerdo inundó mi mente.
—Entonces, esfuérzate todavía más.
Dije, sin mirarla, solo lo dije. No me dirigí a ella de manera amistosa, no somos amigos, no somos más que conocidos de vista y voz.
Ella se levantó, cuando camino un poco se detuvo en seco, me miró y con una sonrisa.
—Gracias, ¡Adrian!