Crecimiento.

—Aqui tiene.—Dije, entregando una bolsa de ropa a una persona.

¿Que estaba haciendo? Bueno pues, trabajando.

Al entrar en la pubertad me di cuenta de algo. ¡El dinero es lo más importante en este mundo!

Y al llegar a la adolescencia me di cuenta de algo más.

¡El dinero es satisfacción!

Si tenía dinero podría hacer cualquier cosa. Era lo mejor. El problema es que para ganarlo tenía que trabajar.

Por eso tuve que conseguir un trabajo de medio tiempo, solo eran 4 horas aquí y la paga por semana era buena, lo suficientemente como para darme ciertos lujos.

El trabajo no era difícil, solo tenía que sentarme aquí, y entregar ropa limpia y planchada a personas que la dejaban aquí anteriormente, por supuesto, también tenía que recibirla pero no era para nada tedioso.

No había que lavar o planchar, solo era el intermediario.

Y gracias a eso podía hacer dinero facil en una semana.

Bueno, al menos tenía los fines de semana libres y después de las 6 era libre.

El lugar estaba entre mi casa y la preparatoria, así que no había muchos problemas con el transporte, además, el transporte va de parte del lugar.

No es mucho lo que se paga de transporte así que supongo que se lo pueden permitir.

Me senté en la silla en la que normalmente estoy, mire al techo donde no había nada y suspiré.

Creo que es el único lugar donde me pued relajar.

Hoy... Fue un día bastante raro. Tal vez hasta deprimente.

No pude hacerme amigo de nadie en mi primer día de clases, creo que ya entendí un poco de la dinámica de la escuela pero...

Creo que la vida social es lo más importante en esta etapa.

Aunque bueno...

Hubo algo.

Recordé a esa chica, Mich.

Se acerco a mi y me habló.

Seguramente lo hizo con las intenciones más inocentes, pero aun así, es la primera vez que me pasa, con una chica al menos.

Fue raro, ¿Por qué sabía mi nombre para empezar?

Idiota.

Me levanté al baño mientras dejaría conmigo mismo.

Solo intento hacerme el interesante, por supuesto que recordó mi nombre cuando pasaron lista y yo dije presente.

No era nadie especial.

Tal vez las circunstancias la llevaron a hablarme a mi, si otro tipo hubiese estado ahí habría hablado con el.

Me mire en el espejo del baño.

Cabello alborotado, aunque no tanto, lentes de contacto ya que me molesta usar los convencionales, mis rasgos faciales no están mal pero no llego a ser considerado guapo. Más bien, estaría en el promedio, quizá tenga algunas cosas buenas pero mi actitud lo arruina todo.

Me lave las manos.

¿En qué estoy pensando?

¿Por qué de repente estoy juzgando mi apariencia?

—...Solo fue un contacto por casualidad.

Me dije a mi mismo mientras me secaba las manos y apagaba las luces.

Ella no parece estar interesada en nada más que el voleibol, y la entiendo, no es estúpido pensar que gracias a saber jugar logro entrar a la preparatoria fácilmente.

Los humanos somos diferentes. Hubo quien dijo que todos somos iguales al nacer, pero no estoy del todo de acuerdo, después de todo no todos tenemos el mismo cuerpo, el mismo talento o las mismas cualidades.

Algunos, destacan por medio de lo que pueden concebir, otros, destacan por lo que pueden lograr o hacer.

A su vez, nos solemos fijar más en quienes lo hacen, no en quienes lo piensan.

¿Por qué los jugadores de futbol tienen más reconocimiento que quién lo creo? Es algo así. Pero no creo que esté mal, porque son precisamente esos jugadores quienes lo hacen grande.

Pero en otros campos, tal vez sea injusto.

Ella logro ganarse un lugar y una beca gracias a qué logro hacer lo que se propuso, jugar voleibol.

Otros, ganaron su lugar solo por casualidad, por unos puntos más en el examen que los que se quedaron sin lugar.

¿Quien tiene más merito? ¿El que lo gano por casualidad? ¿El que lo gano con esfuerzo?

Claramente, no hay que desmeritar a los que si estudiaron, pero, comparada con muchos estudiantes ella merecía todo lo que le estaban dando.

Por eso mismo, es lógico que su única ambición e interés ahora mismo sea ser la mejor jugadora de voleibol.

No solo de la escuela, ella seguramente aspira a ser la mejor de todas.

—Con su actitud es posible que lo logre.

Dije, mientras cerraba el lugar.

Camine hacia la parada de autobús más cercana, no sin antes llegar a una tienda, compré algo para beber y comer cuando llegue a mi casa y seguí caminando un poco hasta llegar a la parada.

Mientras tanto, abrí un pan que compré, solo para no morir de hambre y empecé a escuchar música.

Seguramente, lo que más disfrutaba después de jugar videojuegos o dormir era escuchar música.

Simplemente era tranquilizante y me despejaba de todo.

Termine el pan y bebi soda que también había comprado.

Estaba atardeciendo.

Ahora mismo eran las 6:15 de la tarde, por lo que el atardecer se había hecho presente hace unos momentos.

El cielo tomo un tono naranja, era relajante.

Era una bella escena.

Completamente natural.

Sentí como todas mis preocupaciones desaparecían.

Tenía tiempo que no me ponía al pensar en estás cosas tan triviales.

¿Amigos? ¿Deportes? ¿Encuentros? ¿Casualidad? ¿Mi físico?

Nada de eso importaba en este momento.

La música seguía fluyendo. El viento fresco me hacía sentir tranquilo y el inusual silencio me provocó sueño.

No me dormí, solo lo seguí disfrutando.

Tal vez ahora me sentía más animado.

Tal vez ahora realmente me den ganas de intentarlo.

Intentar recuperar a aquel yo que alguna vez se perdió en medio de la pereza.

No, incluso ahora tal vez podria hacerlo todo.

El autobús llegó, me subí y tome rumbo a mi casa.

Nada inusual paso después, solo fui yo, probando la vida que tenía ahora.

*******************

Ya había llegado a la escuela.

Los pájaros cantaban, y había un olor a café palpable en el aula.

No era raro que varios estudiantes trajeran café antes de que comenzarán clases, de hecho, yo también estoy bebiendo café ahora mismo.

Me ayuda a concentrarme y es útil para despertar más rápido. Y tampcoo tiene mal sabor.

Mire por la ventana, ya había quienes estaban usando las canchas.

Era el equipo de futbol.

Parece que tienen prácticas desde temprano.

Está escuela en particular parecía tener muy buenas resultados en cuanto a los clubes.

No solo de deportes, los clubes de artes y poesía también tenían competencias nacionales de vez en cuando.

Escuché que el equipo de futbol del año pasado tuvo un tercer lugar en el intercolegial.

Eso le valió para entrar al nacional, pero no lo lograron.

Los equipos de voleibol o basquet no se quedan detrás, el de voleibol femenil logro un limpio 4to lugar en el nacional del año pasado.

Era un resultado incrieble para una escuela como está.

Mire como los del equipo de futbol practiban usando a un falso 9.

Era una estrategia muy usada últimamente. El delantero centro tomaba el rol de bajar al medio campo y crear juego.

Aunque lamentablemente esa estrategia al ser tan usada tenía ya formas de ser contrarrestada usando a los centro campistas como línea defensiva.

Tome un sorbo de mi café.

Por supuesto, para un equipo como este creo que no es una mala estrategia, pero un juego rápido y sin tantos pases no les vendría mal.

Tome asiento.

Hacia tiempo que no pensaba en fútbol.

No importa mucho.

Abri mi celular y comencé a mirar videos cortos.

Mayormente me aparecían gatos así que me moría de risa internamente.

Era gracioso ver cómo los gatos saltaban del miedo cuando alguien los asustaba.

—Oh... Ese vídeo también lo ví, mori de risa.

Salte inmediatamente de mi asiento al sentir como alguien me habló tan cerca y de la nada.

Mire a mi depredador.

Era Mich.

—¿Te asusté? Disculpa Jaja, buenos días, Adrian.

—Si...Buenos días.

Saludé, aunque no como hubiese querido.

Ella sonrió y se fue con sus amigas.

¿Que fue eso?

El video del gato asustado por su dueño se siguio reproduciendo.

Notando la extraña situación, apague mi celular. Solo espere a que llegara el profesor.

Nuestro tutor, de hecho.

Entro al salón con una hojas en su mano, las puso en el escritorio y camino hacia el centro del salon.

—El día de hoy van a tener una especie de examen sorpresa.

Al escuchar esas palabras los murmullos no se hicieron esperar, por supuesto las quejas tampoco. Otros no dijieron nada, como la chica frente a mi, no dijo nada pero se había puesto como un gato en modo defensivo.

—Si, si, solo hagan su mejor esfuerzo, las quejas las escucharé después.

Este profesor en particular, nos daban clase de aritmética, ciencias y literatura, por lo que no sabíamos que podría venir en el examen.

—Es un examen de conocimiento general, así que aquí se verá en qué son buenos y en que no así que echenle ganas.

Al terminar de entregar los exámenes se sentó y empezó a ojear su celular sin prestar atención a nada más.

Mire en examen.

Eran 5 hojas.

Preguntas de todo tipo, matemáticas, lenguaje, física, química, historia, pensamiento lógico...

Eran al parecer 100 preguntas en total.

Teníamos 3 horas seguidas con este profesor así que el tiempo no era un problema.

Lo más seguro es que este examen no valga para sus materias, seguramente solo era diagnóstico.

Por dios, odio los exámenes.

Eran aburridos y aunque si comprobaban cuanto sabías era una molestia no sabes que venía.

Y algunos profesores evaluaban como si les pagarán por hacerlo mal.

Al ver las preguntas note que no eran demasiado difíciles.

Claramente no nos dijo que no valdría nada para que diéramos todo, pero no eran cuestiones muy complicadas.

Creo que esto servirá.

Empecé a responder las preguntas según lo que creía.

Y termine el examen faltando todavía 1 hora.

—¿Seguro que quieres entregarlo ya?

Pregunto el profesor.

—Si.

Asentí.

No fui el primero ni mucho menos, pero todavía quedaba una hora de tiempo, así que podría revisar mis respuestas o tomarme más tiempo, pero decido no hacerlo.

Me daba igual la verdad.

Las calificaciones dan igual a la hora de obtener un título.

Me rei entre dientes.

—Bien.

El lo recibió, no sin antes echarme una mirada.

—Tu...

—¡Profesor terminé!

Una chica animada de cabello teñido salto y se puso frente a mi para entregar su examen. Viendo que no quedaba nada más que hacer me aleje y salí del salon.

Los pasillos ya estaba llenos de estudiantes de otros grupos, así que baje las escaleras al primer piso.

Tome algo de agua, mire por el rabillo del ojo como cierta individua curioseaba frente a una vitrina.

Agudice mi vista, al parecer eran los trofeos que la escuela había ganado.

Camine sin llamar la atención a un lado de ella y también lo mire, después de todo me daba curiosidad.

Había dos en particular en la cima.

—"Primer lugar en torneo nacional de Fútbol Soccer, año 2017"

—"Primer lugar en torneo nacional de Volleyball, año 2019"

Ambos, por alguna razón hablamos al mismo tiempo.

—...Hacia ahí voy.

Ella murmuró.

Mire los demás.

No había demasiados, pero si había reconocimientos en todas las disciplinas desde el año 97.

Pintura, americano, ajedrez, mecánica.

No era una escuela mala en actividades de este tipo.

—Es increíble, ¿No?

La chica a mi lado pregunto.

—No está mal, supongo.

—Defintivamente traeré el segundo trofeo de primer lugar aquí.

Sus mirada era ardiente, parecía emocionada.

—Creo que lo vas a lograr.

Ella sonrió.

Hoy, su peinado era distinto, en vez de traer el cabello medio suelto estaba atado en una cola de caballo, lo que le daba cierta altura.

—Gracias, ¿Tu lo harás con fútbol?

—¿Eh?

—Bueno, te quedaste mirando mucho tiempo el entrenamiento del club de futbol en la mañana, así que pensé que a lo mejor te interesaba jugar ahí.

¿Ella me vio?

Amigo, ¿Que mierda?

—¿Me estabas viendo?

Ella abrió más los ojos inmediatamente.

Agitó la cabeza unas 1783 veces.

—No no no no, no pienses mal, solo llegué cuando te Vi mirando atentamente y pense: wooo, quizá le gusta mucho el fútbol.

—Mmm, ¿Si?

Ella asintió inmediatamente.

Era gracioso.

—No lo sé.

—¿Que?

—No me interesa el fútbol.

—¿Que dices? Pero si te brillaban los ojos cuando lo veías

Mire el trofeo.

—Quizas y solo me gusta verlo. No soy bueno en eso.

—¿Es así?

Asentí.

Era la primera vez que tenía una conversación así en mucho tiempo.

No era malo, pero se sentía raro.

¿No era esto demasiado rápido?

O, ¿Ella también noto nuestros coincidentes encuentros?

No creo que ella me vea como un amigo, seguramente solo era un compañero de clases al que también le gustaban los deportes.

Ella tenía esa cualidad, podía hablar con cualquier persona y mantener una conversación de buena manera.

Yo por mi parte, no sabía cómo seguir.

—Pero yo creo que tú si podrías llegar al campeonato nacional.

Dije, sin verla, pero con una leve sonrisa en mis labios.

Lo sabía por qué mis palabras fueron sinceras.

—Gracias, definitivamente lo haré.

—Esfuerzate.

—Oh, y... ¿Cómo te fue en el examen?

—¿El examen? Bueno, fue...

Antes de que pudiera terminar, unas estudiantes gritaron detrás de ella.

—¡Mich!

La llamaron, ella instintivamente volteo.

Eran sus amigas.

Supongo que no tengo cabida aquí.

Me voltee y camine hacia afuera del edificio.

Pero por alguna razón aquella sonrisa todavía yacía en mi.

Llegué a la cancha de fútbol después de caminar un poco.

Estaba bien cuidada y tenía todas las comodidades.

No había nadie, pero había balones en una esquina.

Me acerque a ellos.

Voltee a todos lados, revisando que no hubiese nadie, si había personas pero nadie prestaba atención hacia acá.

Tome el balón más cercano a mi con el pie, lo levanté y empecé a dominarlo.

Tenía tiempo sin hacerlo.

Me dolía un poco pero seguí haciéndolo.

Me moví, aún dominandolo, hacia enfrente de la portería.

Lo levanté más alto y lo patee, golpeando el travesaño, el balón volvió a mi, lo controle y nuevamente lo patee y entro en la portería.

Fue cansado.

Me dolía el pie derecho.

—Asi que todavía persiste.

Esa maldita uña.

Camine para recoger el balón, lo mire por un segundo cuando estaba en el suelo, mire la red, lo tome con el pie y me di la vuelta.

Pero fue extraño.

—¿No que no eras bueno?

¿Eh? ¿Mich? ¿Que hace aquí? ¿En qué momento...?

Las preguntas inmediatamente me invadieron, pero mantuve la calma.

—Este....¿Que haces aquí?

No sabía que decir, aunque realmente no hice nada impresionante.

—Estaba platicando contigo, y de pronto te fuiste, no puedo simplemente terminar una conversación sin despedirme así que vine a agradecerte por darme ánimos.

Así que era eso...

—Pero eso que importa, ¿Por qué dices que no eres bueno en el fútbol? No sé mucho pero eso que acabas de hacer no es algo que un amateur pueda hacer.

Trague saliva.

Me había descubierto.

Fue un descuido.

No era como si lo estuviera escondido, pero le menti.

Deje el balón donde estaba.

—Solo fue algo que se me ocurrió, nada impresionante.

—Si claro.

Ella me miró, no dijo nada.

—Me iré primero.

No tenía nada que decir, no quería molestarme en tener que pensar como arreglar está situación, que para empezar no tenía sentido.

—Espera ahí señorito.

Me agarró de la espalda y me jalo, por lo que casi me resbaló pero conseguí mantenerme.

—¿Eh?

—Si puedes hacer algo bien no lo niegues, si quieres hacer algo hazlo, si quieres lograr algo lucha por ello.

¿A qué bien esto?

—¿Que...?

—Lo que quiero decir, es que si puedes hacer algo bien y te gusta no lo dejes de lado, no te rindas, sigue adelante.

Hizo una pausa.

—Mire como te divertias con el balón, ¿Por qué lo niegas?

—No lo niego, pero...

—Calladito.

Me tapo la boca con su dedo.

Saco algo de su mochila y me lo entrego, era una hoja de papel.

—¿Esto que es?

Lo leí.

Era un formulario.

—Es un formulario para entrar a un club.

—¿Por qué me lo das?

—Si te gusta el fútbol creo que deberías llenar esa solicitud para entrar al club.

Lo mire.

Lo pensé, pero simplemente...

Ella me miró, tenía los brazos cruzados y los ojos entrecerrados.

—Al menos consideralo.

Se dió la vuelta y se fue.

Yo no pude decir nada.

Me quedé ahí parado pensando en lo que acababa de pasar.

Suspiré.

¿Que está pasando?

Observé nuevamente el formulario, lo guarde y camine hacia un bebedero.

—Espero no tener que tratar con ella otra vez hoy.

Es molesta, pero eso de alguna manera la vuelve linda.

Es demasiado terca también.

Y algo rara, no tenía la necesidad de venir.

Cómo sea, esto no puede ser más raro.