Capítulo 8: Algo en su voz me detuvo

El ambiente en Kang Corporations parecía exactamente el mismo: tenso, profesional, medido. Sin embargo, para Jisoo, todo había empezado a cambiar. Cada vez que escuchaba los pasos de Min-jun acercarse, su cuerpo reaccionaba. Su corazón se aceleraba con una mezcla de ansiedad y... algo más que no se atrevía a definir.

Y Min-jun... no era el mismo con él.

Sí, seguía siendo el jefe frío, directo, exigente. Pero con Jisoo… había algo. Una pausa en la voz cuando lo llamaba por su nombre. Una leve suavidad en la mirada cuando lo corregía. Un gesto mínimo en la comisura de los labios cuando él hacía algo bien.

—Lee Jisoo, necesito el informe de la campaña de la semana pasada. En mi oficina. Ahora —dijo Min-jun al pasar frente a su escritorio.

Nada fuera de lo común. Sin embargo, Jisoo sintió que algo en ese "ahora" no era tan severo como antes.

Entró en la oficina y lo encontró de pie junto a la ventana, observando la ciudad.

—Aquí está el informe, señor —dijo, acercándose con cuidado.

Min-jun lo miró de reojo y tomó el informe. Lo hojeó durante unos segundos y luego lo dejó sobre el escritorio sin decir nada.

—Buen trabajo. Aunque me hubiera gustado más profundidad en los datos del segundo trimestre.

—Puedo rehacerlo si lo desea.

—No hace falta. Confío en que aprenderás.

Jisoo se quedó quieto. Ese "confío en que aprenderás" sonó casi… paternal, aunque no condescendiente. Algo en su tono lo desarmó.

—¿Algo más, señor?

Min-jun lo miró fijo. Por un momento pareció que iba a decir algo. Pero no lo hizo. Solo dijo:

—Podés irte.

Cuando Jisoo salió, Min-jun se quedó mirándolo. Sus ojos bajaron por su espalda hasta que la puerta se cerró. Luego apretó los labios, como si se estuviera castigando por algo.

Durante la semana, hubo más momentos así.

Un día, Jisoo tropezó en la sala de descanso y casi se le cae el café. Min-jun, que pasaba por allí (algo que rara vez hacía), lo tomó del brazo justo a tiempo.

—Tené más cuidado —dijo, con el ceño fruncido.

—Lo siento, fue mi culpa…

Min-jun lo soltó rápido, pero no sin antes mirar su mano como si le quemara.

Otro día, Jisoo presentó un diseño erróneo. Esperaba un reto. En cambio, Min-jun dijo:

—¿Tuviste un mal día?

—¿Eh?

—Pregunto si pasó algo. No es común en vos fallar así.

Y luego, se retiró sin más, dejándolo con el corazón temblando.

Por las noches, Jisoo pensaba en esos gestos. ¿Por qué le importaba tanto lo que él pensara? ¿Por qué se le quedaban grabadas sus palabras? ¿Por qué le dolía cuando lo trataba con distancia… pero también le dolía cuando lo trataba con demasiada cercanía?

Y al otro lado de la ciudad, Min-jun se servía un whisky, observando los mensajes del día, y viendo el nombre de Jisoo en uno de ellos... más tiempo del necesario.

Se pasó una mano por la cara. Respiró hondo. Cerró los ojos.

—No empieces con eso… —murmuró para sí.

Pero ya había empezado.