Capítulo 2: El nombre bajo la luna

La madrugada avanzaba en silencio mientras el hospital dormía, pero en aquella habitación, el tiempo parecía haberse detenido. Min-jun aún sostenía a Min-ji en sus brazos, como si tuviera miedo de que desapareciera si parpadeaba.

Jisoo, recostado pero despierto, observaba con ojos llenos de ternura y orgullo.

Aquel pequeño ser, frágil y cálido, había nacido del amor más puro que ellos habían conocido.

—¿Lo sentís? —preguntó Min-jun, rompiendo el silencio.

—¿Qué cosa? —dijo Jisoo, acariciando con la mirada a ambos.

—El alma de este niño… es como si su presencia llenara la habitación. No sé cómo explicarlo.

Jisoo asintió con suavidad.

—Sí, lo siento… Como si él trajera algo más que vida… como si trajera destino.

Unos golpecitos suaves en la puerta los interrumpieron. Era la enfermera, con una sonrisa cálida.

—¿Ya pensaron en un nombre? —preguntó con dulzura.

Los dos hombres se miraron, sabiendo que esa decisión ya estaba tomada hace tiempo, solo esperaban el momento perfecto.

Min-jun se acercó al oído de su Omega y susurró:

—¿Estás seguro?

—Más que nunca.

Min-jun levantó la vista hacia la enfermera y declaró con voz firme pero emocionada:

—Min-ji. Kang Min-ji.

La enfermera anotó el nombre con una sonrisa.

—¿Y el significado? —preguntó, con curiosidad sincera.

Jisoo respondió con voz baja:

—Min por su padre… Ji por la sabiduría que deseamos para él.

Min-ji: inteligencia brillante. Un alma luminosa.

La enfermera asintió, como si entendiera el valor de esas palabras.

Cuando se quedaron solos otra vez, Min-jun salió al pequeño balcón con su hijo envuelto entre sus brazos. El cielo seguía cubierto de estrellas, pero una luna llena, enorme y blanca, colgaba justo arriba del edificio.

—Mirá, Min-ji… esta luna va a cuidarte toda la vida.

Porque bajo esta luna tu nombre fue dicho por primera vez.

Jisoo los miraba desde la cama, con el corazón lleno de amor.

No eran solo dos padres y un hijo.

Eran una familia nacida del alma.

Y desde algún rincón del universo, la luna también parecía sonreírles.