Capítulo 94: Kaelen – Refugio Temporal y Planes Peligrosos

Emerger de la guarida subterránea de Oráculo de vuelta a las ruinas caóticas del Templo de Datos Caído fue como salir de una cámara de descompresión mental. La interacción con la entidad enigmática y sin rostro siempre dejaba a Kaelen con una sensación de inquietud y paranoia, a pesar de haber obtenido lo que necesitaba... por ahora. Tenía la tarjeta de crédito anónima con 100 créditos, una suma que se sentía como una pequeña fortuna en su estado actual. Tenía las coordenadas del complejo médico sospechoso en el Sector Épsilon, una pista tangible, aunque peligrosa, en su búsqueda de Lena. Y tenía una nueva misión, aún más descabellada que la anterior: infiltrarse en una instalación de OmniCorp en los niveles medios.

El agotamiento lo golpeó con fuerza una vez que la tensión inmediata de la interacción con Oráculo disminuyó. Sus músculos dolían por el esfuerzo del viaje de ida y vuelta a la Zona Roja, su estómago protestaba por el hambre, y su mente se sentía embotada por la falta de sueño y el estrés constante. Sabía que no podía intentar la misión de OmniCorp en este estado. Necesitaba descansar, reabastecerse y, sobre todo, estudiar los protocolos de infiltración que Oráculo le había proporcionado.

Decidió no quedarse en el Templo de Datos. Aunque había ocupas allí, no se sentía seguro. Era un lugar demasiado conocido, demasiado transitado por elementos indeseables, y no quería arriesgarse a que le robaran sus recién adquiridos créditos mientras dormía. Necesitaba encontrar un refugio temporal más discreto y seguro.

Salió del Templo de Datos y se adentró de nuevo en el Laberinto Nocturno del Sector Gamma. Usó una pequeña parte de sus nuevos créditos (5 créditos) para comprar comida caliente y real en un puesto callejero que parecía relativamente limpio: un cuenco humeante de fideos sintéticos con verduras desconocidas y trozos de proteína texturizada. Se sentó en un rincón oscuro de un callejón cercano y devoró la comida, sintiendo cómo la energía regresaba lentamente a su cuerpo. Era la primera comida caliente y sabrosa que tenía en días, y le supo a gloria.

Con el estómago lleno y sintiéndose marginalmente mejor, se centró en encontrar un lugar para descansar. Recordó los nichos de datos donde había estado antes, pero no quería volver allí; eran demasiado públicos. Buscó algo más permanente, aunque fuera por un solo ciclo. En los niveles inferiores, existían los llamados "cubículos de descanso" o "cápsulas de sueño": pequeños espacios apenas más grandes que un ataúd, apilados unos sobre otros en edificios decrépitos, que ofrecían un mínimo de privacidad y seguridad (una puerta con cerradura básica) por una tarifa diaria módica. Eran claustrofóbicos y a menudo insalubres, pero eran mejores que dormir en un callejón.

Encontró un lugar que ofrecía cápsulas por 15 créditos por un ciclo de 10 horas. Pagó la tarifa, recibiendo una llave electrónica simple, y subió por unas escaleras estrechas y oscuras hasta el tercer piso de un edificio que olía a humedad y desesperación. Encontró su cápsula asignada, un pequeño rectángulo de plástico y metal encajado entre docenas de otros idénticos. Abrió la puerta y se deslizó dentro.

El espacio era increíblemente reducido. Apenas había sitio para tumbarse en el delgado colchón sintético. Había una pequeña luz de lectura, una rejilla de ventilación que emitía aire viciado y un pequeño terminal de interfaz (probablemente tan inseguro como el del nicho de datos). Pero la puerta se cerraba desde dentro, ofreciendo un bloqueo contra el mundo exterior. Era un lujo que Kaelen no había tenido en mucho tiempo.

Se aseguró de que la puerta estuviera bien cerrada y se tumbó en el colchón, sintiendo cómo sus músculos protestaban pero también cómo comenzaban a relajarse por primera vez en días. Sacó la tarjeta de crédito con los 80 créditos restantes y la guardó junto con su multi-herramienta y su vibro-cuchillo en un bolsillo interior seguro.

Luego, cerró los ojos y accedió a los archivos que Oráculo le había transferido: los Protocolos de Infiltración OmniCorp. Se sumergió en los datos, su mente absorbiendo la información mientras su cuerpo comenzaba a sucumbir al agotamiento.

Los protocolos eran detallados. Incluían planos de bajo nivel de las instalaciones de OmniCorp Bio-Investigación en los niveles medios (probablemente obtenidos a través de hackeos previos de Oráculo), destacando los sistemas de seguridad conocidos: cámaras de vigilancia, sensores de movimiento, escáneres biométricos básicos en ciertos puntos de acceso, patrullas de guardias humanos. También detallaban las rutinas de los guardias, los horarios de cambio de turno y las posibles rutas de infiltración a través de conductos de ventilación o túneles de servicio (similares a los que él ya conocía bien).

La parte más crucial era el plan para plantar el troyano "Serpiente de Datos". El dispositivo debía conectarse físicamente a una terminal de acceso a la red interna, preferiblemente una de bajo nivel de seguridad (como las de las oficinas administrativas o los laboratorios de soporte, no las de investigación principal). Una vez conectado, el troyano se activaría automáticamente, usaría técnicas de camuflaje para evitar la detección inicial y comenzaría a transmitir datos encriptados a un servidor muerto especificado por Oráculo, desde donde Oráculo podría recuperarlos más tarde. La clave era conectar el dispositivo y salir sin ser detectado durante el proceso de siembra inicial.

Oráculo también había incluido algunos archivos de "asistencia técnica limitada": códigos de anulación de un solo uso para ciertas cerraduras electrónicas estándar de OmniCorp, un pequeño programa de interferencia de corto alcance para desactivar temporalmente cámaras o sensores cercanos (requeriría ejecutarlo desde su propia interfaz del Sistema, consumiendo potencialmente recursos o arriesgándose a la detección si fallaba), y un perfil de identidad falso de bajo nivel (un técnico de mantenimiento subcontratado) que podría usar si era cuestionado por guardias de bajo nivel, aunque Oráculo advertía que no resistiría un escrutinio serio.

Era un plan complejo y lleno de riesgos. Infiltrarse en los niveles medios ya era peligroso; eran mucho más controlados y vigilados que los inferiores. Entrar en una instalación corporativa activa como OmniCorp, incluso en sus áreas menos seguras, requería un nivel de sigilo y audacia que pondría a prueba sus límites.

Kaelen estudió los planos y los protocolos durante casi una hora, memorizando rutas, puntos ciegos de las cámaras, horarios. Su mente trabajaba, formulando un plan de aproximación, identificando los puntos más peligrosos. Necesitaría usar sus 10 PS con inteligencia. Quizás comprar un estimulante básico (8 PS) justo antes de la infiltración para obtener un impulso temporal de resistencia y concentración, dejándolo con solo 2 PS de margen. O quizás era mejor guardarlos para una emergencia inesperada.

El cansancio finalmente lo venció. Los planos y los protocolos comenzaron a mezclarse en su mente. Necesitaba dormir. Programó una alerta interna en su Sistema para despertarlo después de seis horas de descanso, lo suficiente para recuperar algo de fuerza pero no tanto como para volverse complaciente o perder demasiado tiempo.

Se dejó llevar por el sueño en la estrecha cápsula, un refugio temporal y claustrofóbico en el corazón de la ciudad monstruosa. Afuera, el neón parpadeaba y la vida seguía su curso caótico. Dentro, Kaelen descansaba, reuniendo fuerzas para la peligrosa tarea que le esperaba, una tarea que era solo otro paso en el camino aún más peligroso hacia Lena.