Fue raro para Chinne despertarse bajo un techo conocido.
Parecía que se había acostumbrado al estrés de la vida en prisión.
Se quedó atrapada en sus pensamientos durante bastante tiempo.
Por fin se había acabado…
Podía irse de la aldea, finalmente.
Podía entrenar de la manera que quisiera, no en un lugar apestoso y sin aire libre.
Podía volver a reunirse con… ¿Domaze?
Pensó que estaba delirando debido al cansancio. ¿De verdad fue salvada por el espíritu?
Si no fue él, entonces, ¿Quién?
…
[Despertaste] Una voz transmitida a través de la energía resonó en sus oídos. La joven se sobresaltó, reconocería esa voz donde fuera.
“¡Domaze!” Chinne saltó hacia el espíritu sin perder ningún momento.
*Humpf* Y enterró sus colmillos en su cuello.
[¡!] Fue completamente inesperado, incluso para el espíritu, el cual no podía mantener bien su condición física, por lo que la joven se quemó la boca al morderlo y entrar en contacto con su Elemento Llama.
Pero aún así, soportando todo el dolor que le causaba, Chinne no mostró ningún indicio de soltar su mordida, sin importar lo que el espíritu intentara, por lo que solo le quedaba controlar su energía para que al menos la parte donde Chinne estaba mordiendo no la quemara aún más.
…
“Bo fiento” La joven finalmente había soltado su mordida. Con labios hinchados, lengua ardiendo y sus colmillos ligeramente ennegrecidos. Pensaba que el espíritu estaría molesto por haberlo mordido y dejarle una marca.
[No estoy enojado, solo me preocupa que te lastimaras por eso, ahora, usa Agua para humedecer tu boca y recuperarte] Domaze solo expresó su preocupación y le recomendó la forma de cuidar sus heridas.
“Ogey” Dijo la joven antes de realizar una Orden que cubrió todas las partes afectadas de su boca en burbujas de Agua.
El espíritu observó su uso de Orden y se dio cuenta nuevamente de que Chinne era un talento increíble, para que pudiera realizar una tarea así de compleja. Nadie creería que hace un mes aún no había alcanzado el Rango Elemental.
El espíritu la miraba con ojos cálidos que mostraban su aprecio por la joven y su calma al descubrir que estaba a salvo.
La joven parecía mejor mientras probaba abrir y cerrar la boca para ver si aún sentía dolor, hasta que notó la mirada del espíritu y, con vergüenza, comenzó a explicar lo que había sucedido en el tiempo que estuvieron separados para intentar calmarse y no morderlo otra vez.
Habló durante bastante tiempo antes de que el espíritu decidiera que era su turno de hablar y explicarle la razón por la que salió de su santuario.
Incluyendo…
La muerte de Acevan, el padre de Chinne.
…
“¿Es así?” La joven no reaccionó tanto ante la muerte de su padre. Tal vez le afectó demasiado el ser entregada al viejo inútil o la acumulación de decepciones que recibió por parte de ellos.
El caso es que ya casi no sentía afecto por sus padres después de todo lo sucedido, menos aún por la gente de la aldea.
“Al menos… eso te trajo a mi nuevamente” Chinne se acercó al espíritu y apoyó su cabeza en su hombro, siendo esto lo único que necesitaba en este momento.
…
*Toc toc*
Llamaron a la puerta y, aunque sea lamentable separarse, Domaze fue a revisar quien era.
[Vahana] La madre de Chinne.
“He venido a ver a mi hija” Habían interactuado anteriormente, con ella visitando a Chinne para ver como estaba antes de irse nuevamente de su propia casa, ya que la culpa la seguía carcomiendo por dentro y no se sentía emocionalmente capaz de estar mucho tiempo bajo el mismo techo que Chinne. Mucho menos ahora que su esposo ya no estaba.
[No] Pero eso fue antes de que Domaze supiera por lo que había pasado la joven. Ahora que lo sabía, no iba a permitir que este inútil intento de figura paterna la viera nuevamente.
El espíritu se lamentaba. Tal vez si hubiera salido antes, las cosas no habrían escalado hasta este punto.
Pero ahora solo podía mirar fríamente y con desprecio a la mujer que tenía delante.
“¿A-a que te refieres con no? No puedes impedirme verla. Soy su madre” Vahana pensó que era una broma cruel por parte de Domaze, por lo que intentó entrar de todas formas, pero fue bloqueada por el espíritu.
No entendía bien el cambio en la opinión del espíritu, pero la desesperación estaba empezando a llenar su rostro. La única forma de redención que había encontrado le estaba siendo impedida en este momento.
El espíritu ahora conocía la razón por la que la joven había quedado así en primer lugar, ya era muy complaciente de su parte no eliminarla al instante por ser la madre de la joven, pero ya se estaba hartando de la presencia de esa mujer, por lo que decidió alejarla definitivamente.
Pero una delicada mano lo detuvo antes de que decidiera usar la fuerza.
Chinne sostuvo su mano y lo miró, como si dijera que ella misma se encargaría de este problema
“Hija. Estás des-” Vahana quería correr para abrazar a la joven, pero fue detenida por esta sosteniendo un gran Brillo en la punta de su dedo y apuntándola peligrosamente.
“Aléjate de nosotros. Ya no quiero verte nunca más” Chinne fue firme en su petición, ya no tenía deseos de ver a esta mujer.
“¿Qué?” Quedo aturdida ante aquellas palabras mientras su piel empezaba a dolerle. No podía creer lo que escuchó. Su propia hija no quería verla más e incluso estaba dispuesta a causarle dolor con ese Elemento tan peligroso.
Así no le quedaría nada; su esposo murió, su propia casa era un lugar al que no se atrevía a volver y ahora incluso Chinne no quería volver a verla.
“¡Tú! ¡Es tu culpa que esto haya pasado!” La mente de Vahana colapsó y no podía aceptar lo que estaba pasando, por lo que culpó al espíritu de todo, así que intentó atacarlo sin importarle el miedo que sentía anteriormente.
“Aaaaargh” Pero ese intento no iba a pasar desapercibido por la joven, lo que hizo que el Brillo en su dedo creciera conforme crecía su ira ante la situación.
“¡Tú tienes la culpa de todo lo que sucedió! ¿¡Quién fue la que me propuso desafíos imposibles!? ¿¡Quién fue la que rompió su promesa!? ¿¡Quiénes fueron los que me regalaron a ese viejo cuando yo solo necesitaba que mis padres me apoyaran!?” Las lágrimas empezaron a salir mientras expulsaba los sentimientos que se había guardado todo este tiempo.
Vahana se desmayó mientras el Brillo que la apuntaba crecía cada vez que Chinne le gritaba, como si estuviera a punto de ser disparado…
[No hagas algo de lo que arrepentirás] Domaze la detuvo antes de que Chinne disparara el Brillo contra su propia madre y la abrazó fuertemente mientras intentaba calmarla.
“Aaaaaaaahhhh” En respuesta, Chinne se aferró a él y lloró tan fuerte como pudo, dejando atrás todos los sentimientos y rencores que le quedaban.
Podía ser un ente, pero seguía siendo demasiado joven para haberse enfrentado a todo lo que sucedió en el último mes.
Al menos, liberar sus sentimientos haría que su carga se aligere un poco.
…
[¿Te sientes mejor?]
“Sí” Chinne había llorado durante un tiempo y ahora se sentía más relajada mientras seguía abrazando a Domaze.
Vahana ya había dejado el lugar. Siendo que huyera o se escondiera en algún lugar para observarlos ya no era importante.
[¿Quieres volver y descansar un poco?]
“No” La joven enterró su cabeza en el cálido pecho del espíritu, expresando sus deseos de no separarse de él en este momento.
Después de pasar por una experiencia cercana a la muerte dos veces, ahora solo quería estar junto a su persona amada.
Juntos nuevamente.
Por siempre.
…
“Hay que irnos” Chinne se había soltado del abrazo del espíritu, pero aún se negaba a soltar su mano, sintiendo alegremente su calor.
Ya no había nada en este lugar que la atara, por lo que solo quedaba que Domaze también se quisiera ir con ella.
[Está bien] Tampoco tuvo que esperar mucho para recibir la afirmación del espíritu que había prometido no separarse nunca más.
La joven lo abrazó alegremente para demostrar su felicidad antes de soltarlo y dirigirse nuevamente a su casa para tomar algunas cosas.
La joven salió con una bolsa de viaje y llevó al espíritu a un último lugar.
“Antes tenemos otro destino” Sonrió maliciosamente mientras llegaban.
…
“¿Qué haces aquí?” Ikvani no entendía la razón por la que tenía a esa cosa descontrolada tocando la puerta de su casa.
“Vamos a irnos de viaje, así que danos todas tus cosas de valor como remuneración por todos los problemas que causaste” Había oído de las historias que le contaba Domaze, que se necesita dinero para hacer cosas en el exterior de la aldea, por lo que vino a cobrarlo al mejor lugar que conocía.
El hogar del jefe de la aldea debe tener cosas que puedan venderse para tener la capacidad de vivir bien en el exterior, además de cobrarle por todos los problemas que le causó.
“E-está bien, pero por favor no se lleven tanto” Ya le tenía miedo a Chinne por todo lo que había sucedido. ¡Y ahora viene con u sujeto aún más intimidante! No tenía más opción que dejarlos pasar y esperar que nada malo suceda.
Obviamente eran expectativas vanas, ya que nada más entró, la joven empezaba a llevarse todo lo que el espíritu le decía que podría valer algo.
Pero Ikvani no podía hacer más que esperar a que se fueran lo más rápido posible. Ya era un milagro que Chinne no quisiera tomar represalias contra él por todo lo que le hizo.
Todos los problemas anteriores que sucedieron pasaron a segundo plano después de ver a Domaze nuevamente.
Todo lo que había pasado en esta aburrida aldea ya era cosa del pasado, ahora solo tenía expectativas para el futuro de ambos. ¿Tal vez si tomara la iniciativa un poco más, podría...?
Por suerte para Ikvani, mientras la joven se perdió en sus pensamientos, ambos terminaron de tomar lo que querían y se fueron antes de que llegara su padre y causara aún más problemas.
La casa ya no tenía el mismo resplandor que antes, pero al menos su vida estaba a salvo.
Ahora solo tenía que arreglárselas para explicárselo a su padre sin sufrir en el intento.
…
Domaze y Chinne terminaron todo lo que les faltaba por hacer.
Ya no había nada que los detuviera.
Así que ambos empezaron a caminar hacia la salida.
La situación no era la que esperaba en un principio, aunque de alguna forma se cumplió como esperaba
Igual que en sus sueños. O en la visión que tuvo cuando era niña. Ya no lo recordaba bien y no importaba, ahora mismo su deseo se hizo realidad.
Salir juntos de la aldea.