La pierna de Zhou Chongwen fue fracturada por este golpe.
Originalmente, había ahorrado veinte mil yuanes para sí mismo, pero después de este incidente, gastó casi todo.
Como dice el refrán: «Se necesitan cien días para recuperarse de una lesión ósea».
Cuando apareció en el examen de ingreso a la secundaria con muletas, este antiguo estudiante sobresaliente, que una vez fue tan arrogante, ya no era el mismo.
Desde su renacimiento, Zhou Chongwen no se había concentrado en estudiar, y todo esto se reflejó en sus calificaciones.
Zhou Chongwen pensó que vivir de nuevo hacía que el examen de ingreso a la secundaria fuera un juego de niños para él.
Sin embargo, cuando salieron los resultados, se dio cuenta de que su mundo se había derrumbado.
Con esta puntuación, entrar a una secundaria normal era difícil, y mucho menos a una priorizada a nivel provincial.
Al final, tuvo que hacer las maletas e ir, cabizbajo, a una escuela vocacional.