Capítulo 1

Me quedé atónita en el pabellón del jardín.

Recordando los resultados del diagnóstico del Médico Imperial hace un momento.

Mi corazón estaba lleno de miedo, incluso el brillante sol en el cielo parecía tenue y frío como el hielo.

Durante los últimos días, he estado experimentando opresión en el pecho y dolor en la parte baja de la espalda.

Acompañado de sangrado por abajo.

Todo mi cuerpo se sentía pálido y débil.

He estado sangrando así durante tres días.

Siento que si esto continúa, me desangraré hasta morir.

Como el área del sangrado es realmente difícil de mencionar, no me atrevía a hablar.

Pero conforme pasaban los días, tenía un terrible miedo a morir.

Finalmente, reuní el valor para buscar al Médico Imperial familiarizado con la Mansión de la Princesa.

Después de tomarme el pulso, el rostro del Médico Imperial se veía sombrío.

Al ver al anciano como si estuviera a punto de decir algo pero se detuvo, un peso se instaló en mi corazón.

—¿He contraído alguna terrible enfermedad?

—Médico Imperial, siéntase libre de hablar claramente; puedo soportarlo.

El Médico Imperial se inclinó en señal de saludo.

—Princesa Hua Yue, por favor perdóneme, mis habilidades son limitadas, y estoy verdaderamente perdido.

—Sería mejor que la Princesa Hua Yue busque algo de diversión en los próximos días.

—No deje que la condición de su cuerpo la lleve a un espíritu deprimido.

—Me retiro.

Pensé que debería ir a despedirme de mi padre y mi madre.

Pero apenas pude caminar desde mi habitación hasta el pabellón en el jardín.

No pude reunir más fuerzas.

«Pronto moriré...»

Las lágrimas brotaron de mis ojos.

—Hua Yue, ¿qué estás haciendo?

—¿A punto de llorar? ¿Qué es tan triste? Cuéntame para que pueda reírme.

El Joven Maestro Gu Yuzhi de la Mansión del Marqués Zhenbei, este tipo siempre está hablando sin parar.

Afirma ser el más juguetón, amante de la comida y la bebida entre los jóvenes ociosos de la capital.

Me apresuré a limpiar mis lágrimas y miré con furia al intruso.

—¡No es asunto tuyo!

Señalé hacia la entrada del arco del patio.

—¿No viste el letrero en la entrada?

—¡No se permiten gatos, perros, ni Gu Yuzhi dentro!

—¿No quieres que entre? Eso me hace querer entrar aún más.