Kyle había terminado con su corte de pelo, pero en lugar de dirigirse directamente a casa, decidió quedarse afuera un rato. Necesitaba aire fresco para aclarar sus pensamientos. Se encontró en un parque cercano, sentándose en un banco mientras absorbía el tranquilo entorno. Cada detalle le parecía más vívido, desde el susurro de las hojas hasta la débil risa de los niños en la distancia.
Sentado allí, reflexionó sobre lo lejos que había llegado. El peso de su pasado persistía, un claro recordatorio de que intentar suicidarse no era una hazaña fácil. Requería un nivel diferente de valentía, uno que todavía dejaba su marca en él. Kyle había tomado la decisión de acabar con todo pero, en un giro del destino, había encontrado algo por lo que valía la pena vivir. Sin embargo, a pesar de eso, permanecía un vacío dentro de él, un dolor hueco que ninguna cantidad de éxito o esfuerzo parecía llenar completamente.